Sí hay interés en participar’
A juicio de Pamela Guevara, estudiante de la licenciatura en Política y Gestión Social de la UAM Unidad Xochimilco, la convocatoria lograda por el SEU, simulacro en el que votaron 255 mil 707 personas de la comunidad universitaria del País, demuestra el interés de los jóvenes por involucrarse en el proceso electoral.
“Lo que más me gustaría resaltar justamente de este ejercicio es que sí nos interesa y por algo nos organizamos. Yo creo que, justamente, más allá de las personas que se interesaron en participar en el proceso, a mí sí me llama la atención que tanta gente, de tantas universidades, se haya decidido a participar en organizarlo”, dice la joven de 22 años.
A su parecer, los resultados obtenidos en el simulacro electoral realizado a nivel universitario pasan a segundo plano, pues lo más valioso de este ejercicio para la también alumna de Negocios Internacionales en el Politécnico es el reflejo del poder de organización que tiene la juventud.
“Lo que me da más satisfacción es que con comunicación orgánica, con la difusión orgánica que se tuvo, con la organización que hubo dentro de los mismos planteles, se haya logrado sacar este simulacro.
“Nos demuestra que sí hay un interés en participar en las elecciones”, remarca la vocera nacional del SEU.
Aunque las candidatas y el candidato presidencial han lanzado propuestas para jóvenes, Guevara siente que estas no le hablan a la juventud.
“No sé si es porque piensan que no nos interesa, nadie nos habla de cómo se van a financiar y eso es algo muy importante, porque a pesar de que muchos de nosotros apenas vamos a empezar a introducirnos al campo laboral, pues no se nos dice en qué se nos van a ir los impuestos.
“Por ejemplo, escuchamos la propuesta de que ya vamos a tener el acceso a la vivienda. Sí, ¿pero cómo? No han presentado un plan concreto. A mí lo que más me preocupa específicamente es cómo se van a financiar”.
La toma de decisiones en el País, considera la universitaria, recae en el adultocentrismo.
Muchas veces también se menosprecia a la juventud por creer que no hay una experiencia previa, por creer que no estamos lo suficientemente preparados. Pero no es que no estemos lo suficientemente preparados ni lo suficientemente informados como para politizarnos, sino que realmente no han sabido llegar a las comunidades jóvenes con un mensaje político claro”.
La organización del ejercicio realizado de forma simultánea en 450 planteles públicos y 30 privados fue compleja. A nivel nacional, los esfuerzos se concentraron en asegurar que el simulacro se realizara en tiempo y forma.
Los comités de cada universidad tuvieron que conseguir y armar las casillas. Incluso elaborarlas con materiales como cartón y madera. También se encargaron de imprimir las boletas y velar por el buen desarrollo del simulacro en cada sede.
“En la organización general eran más como temas de comunicación, de cómo se iba a llevar ese día, cuántos cortes teníamos que hacer, cuándo íbamos a cerrar casillas, cómo se iba a transmitir, cómo iba a ser transparente el ejercicio”, platica Guevara.
“La organización de cada comité fue muy diferente, incluso por las condiciones en las que las universidades se encontraban, porque, obviamente, son muy diferentes las condiciones, por ejemplo, de una universidad privada a los de una pública”.
Su insatisfacción respecto al proceso electoral los llevó a organizar este ejercicio, explica.
“No nos sentimos, como jóvenes, contentos con el proceso electoral (…), creo que hay cierto interés dentro de la universidad de estar en estos procesos, pero no hemos encontrado una entrada”.
La iniciativa también nació de querer hacer un ejercicio más formal en las instituciones educativas, pues en los planteles ya se habían realizado sondeos, entrevistas y lonas con preguntas. Pero en esta ocasión decidieron hacerlo lo más parecido a las elecciones.
“Creemos que es muy importante pasar a la formalidad también para familiarizarnos con el proceso electoral que se viene, en donde se nos juzga a las juventudes de (tener) mucha apatía y creemos que ya ir preparadas con una decisión informada, con un conocimiento sobre el proceso, con un conocimiento acerca de qué es lo que va a pasar después es bien importante”.
Guevara percibe que hacen falta espacios dedicados a inculcar la formación política. Esta carencia incluso siente que existe en las universidades, donde los esfuerzos y movimientos sociales han surgido de colectivos universitarios.
Quien quede como presidenta o como presidente, considera, afectará directamente a las juventudes y, sobre todo, a las y los universitarios.
“¿Por qué? Por ejemplo, nosotras estamos en una universidad pública. Nosotros recibimos Presupuesto federal. Obviamente nos importa quién vaya a quedar como Presidenta o como Presidente y que garantice que justamente vamos a tener los recursos para que nuestra universidad pueda otorgarnos una educación de calidad”.
‘Podemos elegir el México que queremos’
Las amigas de Yarlin Ramírez, alumna de noveno trimestre de la licenciatura en Política y Gestión Social de la UAM Unidad Xochimilco, la han inspirado a promover los procesos democráticos y la nación que desean para la ciudadanía.
“Yo no militaba antes en el sentido estudiantil, pero desde que las conocí, ellas me han empujado a luchar por el México que queremos. Creo que justo eso es lo que a mí me inspira, que ahora nosotros, las y los jóvenes, tenemos en nuestras manos un gran peso y una gran decisión en estas elecciones, y yo creo que podemos elegir el México que queremos”.
El martes 7 de mayo, Ramírez fue una de las y los estudiantes que tenían previsto organizar el simulacro electoral en la UAM Xochimilco, pero el plantel educativo ubicado en Calzada del Hueso 1100 canceló sus clases y permaneció cerrado por falta de energía eléctrica en sus instalaciones.
Lo que hicimos y decidimos fue dividirnos en universidades donde sabíamos que necesitaban nuestro apoyo”, recuerda la joven de 21 años.
Ella se trasladó a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, donde promovió el simulacro electoral y realizó diversas tareas logísticas, desde foliar las boletas hasta exhortar a la población estudiantil a emitir el voto.
“Llegando ahí, mi labor fue seguir organizando lo que ya habían empezado, armar las urnas, acomodar las boletas (…), ir a salonear para que los compañeros y las compañeras que todavía faltaban por salir a participar lo hicieran”, comparte la estudiante universitaria.
La apertura de las mesas de recepción de votaciones se dio entre las 9:00 y las 10:00 horas. A las 17:00 horas terminó el ejercicio para dar pase a las actividades de transparencia: iniciar el conteo y las transmisiones en vivo para la difusión de los resultados por cada campus.
Desde la Máxima Casa de Estudios, Ramírez también se encargó de la creación de contenidos para difundir en las redes sociales de la iniciativa estudiantil que logró instalar más de 600 casillas en planteles públicos y privados de educación media superior y superior en todo el territorio nacional.
Con base en la información difundida por el SEU, en la Ciudad de México, Puebla y el Estado de México se pudo lograr la participación de más planteles. Las comunidades universitarias de la BUAP, IPN, UACM y UAEMéx fueron algunas que respondieron al llamado.
La joven considera que la respuesta que consiguieron por parte de estudiantes, docentes y trabajadores de nivel medio superior y superior fue buena dado los recursos limitados con los que contaron para el ejercicio democrático y la complejidad que tuvo la organización remota.
“Eran las juntas con los demás universitarios de otros estados por Zoom, por Meet, por WhatsApp, entonces todo fue a distancia con muy pocos recursos y con lo que estaba en nuestras manos y creo que nos salió muy bien”, señala.
A su criterio, es importante que se sigan promoviendo y realizando este tipo de ejercicios que impulsan la participación política de los estudiantes, pues considera que la juventud es capaz de impulsar cambios sociales.
A mí, me empodera poder participar en esto porque se escucha mi voz, se escucha lo que yo quiero para mi País, se escucha cuáles son mis necesidades", agrega.
“Se nos dice que (los jóvenes) somos apáticos a la política porque justo no hay espacios donde nosotros nos sintamos, bueno, donde yo me sienta representada”.
Ramírez siente que quienes ocupan los cargos públicos en el País no les han dado la oportunidad a los jóvenes de conquistar espacios en los que puedan desarrollar sus inquietudes.
“Yo creo que no se nos han abierto las puertas, no se nos ha escuchado mucho tiempo y creo que ahora (…) las candidatas y el candidato nos están buscando porque saben que representamos mucho para estas elecciones”.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional Electoral (INE), hay 1.8 millones de jóvenes de 18 años en la lista nominal -es decir, que cuentan con credencial para votar vigente-; 2.1 millones de 19 años, y 11.2 millones de 20 a 24 años.
En tanto, hay 11.01 millones de jóvenes de 25 a 29 años de edad que podrán acudir a las urnas para decidir qué persona llegará a la Presidencia de la República, entre otros cargos públicos.
“Es muchísimo el peso que tiene el voto joven. Creo que ahora más que nunca estamos con un empoderamiento súper grande de saber de que nuestras demandas se están escuchando, nuestras necesidades están siendo escuchadas, qué es lo que necesitamos, qué es lo que queremos, hacia dónde queremos que vaya México”, complementa Ramírez.
“Siento que este 2 de junio se va a ver muy reflejado y esperemos lo tomen mucho en cuenta (los aspirantes presidenciales) porque necesitamos mucho y las y los jóvenes queremos cambiar México”, puntualiza Ramírez.
Antes de las elecciones, tienen previsto organizar otro simulacro electoral a nivel universitario, especialmente en instituciones donde no fue posible realizarlo.
‘Es muy triste que se nos jacte de ser apáticos’
El activismo estudiantil es una de las actividades que más le interesan a Lina Zamora, estudiante de noveno trimestre de la carrera en Política y Gestión Social de la UAM Unidad Xochimilco.
“Me llaman demasiado la atención, no sólo por el impacto que realmente tienen en la sociedad y en el gobierno que esté. La verdad es que este simulacro nace de la necesidad de que se nos involucre (a los jóvenes) en las decisiones y no sólo que se diga de palabra”, platica la alumna.
Zamora pide a las autoridades que tomen en serio lo que la juventud tiene que decir y aportar.
“Que sí se nos considere, que sí se nos cuente, que sí se nos pregunte, que sí se nos cuestione”, ahonda la joven de 20 años.
A su consideración, ejercicios como el simulacro electoral realizado a nivel universitario son sumamente importantes no sólo para el papel que los jóvenes jugarán en estos comicios, sino también porque sientan un precedente para los procesos electorales del próximo sexenio.
La respuesta que tuvo este (ejercicio) sí nos impresiona. El alcance fue demasiado. Y justo esto nos abre las mil posibilidades que existen de repetirlo una y mil veces y las que sean necesarias”, cuenta Zamora.
“Nosotros hacíamos un sondeo después de cada debate presidencial. Entonces, justo creímos que era muy oportuno hacerlo después de este segundo, ya con un poco más de esclarecimiento en las opiniones de las personas”.
Para eficientar la logística del SEU, los universitarios involucrados en la organización del ejercicio definieron comisionados estatales.
“(Fue) sondear primero cuántas universidades teníamos por estado. Por ejemplo, Guadalajara tenía 25. De esas 25, cada universidad tenía sus respectivos comités estudiantiles (…); en una de ellas había cuatro comités. Se hacían respectivos equipos representativos de esos cuatro comités por universidad, y de ahí se eligió a la persona o al representante estatal.
“No era como jerarquizar el movimiento, en ningún momento esa fue la intención, sino, más que nada, agilizar y hacer representativo el ejercicio, y justo mejorar la comunicación que había en el momento del proceso y antes”, detalla la alumna.
Hubo jóvenes renuentes y poco participativos ante el simulacro electoral, recuerda Zamora.
“Aunque tú salonees, aunque tú pongas carteles, les involucres y les digas, oye, ¿sabes qué? Ven, participa, vota, hazte escuchar, sobre todo, ven a hacerte oír y ven a hacer que este ejercicio demuestre lo que nosotros queremos que demuestre (…) pues sí existen estas dos opiniones.
“(Nos respondían) cualquier cosa que tenga que ver con un partido político, yo no quiero involucrarme. Ok, bueno, en ese sentido, sí eran apáticos”.
Otros se mostraron desconfiados del proceso, destaca.
“(Nos decían) oigan, ¿y a ustedes quién les dijo que vinieran a hacerlo? Se les explicaba: ¿sabes qué? Nadie nos dijo, nosotros lo quisimos hacer”.
Pero también hubo otros jóvenes que se mostraron emocionados, añade Zamora, la mayoría de ellos primovotantes.
“Nosotros queríamos que se viviera la experiencia de cómo se hacía en la vida real, realmente que conocieran por primera vez una boleta (…) y sobre todo vieran el cómo se vota.
“Entonces, en ese sentido, la verdad es que sí fueron súper entusiastas, te preguntaban, te cuestionaban: oye, ¿y por qué lo haces? Oye, ¿y a mí esto en qué me beneficia?”.
Por otro lado, le parece que las propuestas de las candidatas y el candidato a la silla presidencial carecen de involucramiento hacia los jóvenes y estudiantes universitarios.
“Podemos escuchar que se nos van a dar las becas, se nos van a seguir dando los programas sociales, se nos van a abrir las posibilidades a que, por ejemplo, las escuelas privadas también reciban apoyos económicos, que haya estas becas de manutención. Se nos habla de muchas propuestas, pero al fin y al cabo, yo creo que lo que realmente importa es que no queden al aire, que no queden en solo período electoral, que queden realmente en la realidad.
“Que se demuestre y que justo se abra esta posibilidad a que, ¿por qué no?, los jóvenes propongan y digan: a ver, ¿qué quieres?, ¿qué es lo que necesita tu universidad?, ¿qué es lo que necesitas tú para poder representar y ser el futuro de México? Porque eso es la realidad. Somos los que vamos a decidir, no solo hoy, sino en un futuro, lo que pasa en nuestro País”.
A su parecer, son minoría las personas que se muestran apáticas ante este tipo de ejercicios democráticos, y remarca la sólida participación que consiguieron.
“Es muy triste que se nos jacte de ser apáticos, no por querer serlo, sino porque no se nos han abierto estas posibilidades. De ahí nace la necesidad de hacer este ejercicio, (de) nosotros empezar a impulsar estos espacios”.
“Realmente, el involucrarnos en este tipo de ejercicios, no sólo apertura estos espacios, sino que involucra y hace que la comunidad estudiantil y, en general, todas las juventudes y niños se empiecen a involucrar en estos procesos que son sumamente importantes para nosotros y para México en general”.