Ricardo Villanueva Lomelí cumplió una meta: ser Rector General de la Universidad de Guadalajara, cargo que ha desempeñado en los últimos cuatro años.
A nueve meses de terminar su gestión –31 de marzo de 2025– hace un alto para hablar de los logros y tropiezos, así como los retos a los que se ha enfrentado.
Su futuro político y dentro de la UdeG es incierto, pero sí tiene claro algo: quiere que lo recuerden como el Rector que cambió la forma de relacionarse entre los universitarios.
¿Cómo califica estos años al frente de la UdeG y qué hay que presumir?
Fueron años atípicos, me tocó vivir momentos atípicos, desde una pandemia hasta complicaciones en la relación con los otros poderes, pero a pesar de vivir cinco años complicados, con presupuestos solo con la inflación, al final entendí que tenemos que hacer restas si queríamos hacer proyectos ambiciosos y creo que lo logramos.
Son más de 4 mil 900 millones de pesos en obras sin tener crecimiento presupuestal, logramos cuatro Centros Universitarios nuevos en la Zona Metropolitana de Guadalajara, dos preparatorias metropolitanas más, crecer la matrícula en cerca de 47 mil espacios, haber logrado la matrícula al 100 en preparatoria, eso hace a Jalisco en el primer Estado en cumplir ese derecho.
A pesar de las dificultades, me siento muy orgulloso de esas cosas porque decir 47 mil espacios suena un número más, pero no, son 47 mil seres humanos que hace cinco años no estaban en las aulas y hoy pueden estar. Quiero reconocer el compromiso de todos los profesores, directores, secretarias porque simplemente crecimos la matricula sin tener más plazas, más recursos, más infraestructura.
En mi administración se construyeron más de 430 aulas en las distintas escuelas, construimos casi un aula y media por semana.
Volteando un poquito hacia atrás, hay muchas cosas que presumir, pero una de las cosas más importantes que no se mide en pesos es haber podido llevar de uno de los conflictos más fuertes en la historia de la relación del Gobierno del Estado con la Universidad y haber transformado eso y lograr en presupuesto constitucional parta la Universidad de Guadalajara donde 123 Municipios los aprobaron a favor, es uno de los grandes logros de la política en Jalisco, eso, sumado a la reforma de pensiones que hicimos el año pasado, son las cosas que más presumiría.
¿Cuál es el legado de Ricardo Villanueva?
Me encantaría que fuera la cercanía y el buen trato, porque eso a veces no se valora, porque administrar el poder se puede hacer de mucha manera y me he quejado mucho que se confunda la autoridad con virilidad, pero creo que va a terminar siendo el presupuesto constitucional, si algún día alguien se acuerda de mí, puede que sea el presupuesto constitucional, pero nada me encantaría más que dijeran que fue el Rector que cambió cómo relacionarnos entre los universitarios.
Mientras nuestros ídolos sigan siendo Alejandro Magno, Napoleón, Pancho Villa, puros asesinos, gente que ha sometido, que ha conquistado, que ha abusado, el concepto del poder es sumamente asfixiante, es el control, y yo no creo en eso. Nunca he tenido que tratar mal a nadie, levantarle la voz a nadie y me siento un buen Rector, creo que tengo toda la autoridad y eso es simplemente entender que el poder se puede ejercer de otra manera, no bajo la forma occidental viril que hemos tenido.
En el tema de la reforma a pensiones ¿no hubo un desgaste con los sindicatos?
Entrar a una reforma de pensiones es doloroso, tocar el bolsillo y la inversión que requiere tanto el trabajador como la Universidad no era menor, tenemos que pasar de 10 puntos el trabajador de su salario mensual y 10 puntos la Universidad, a pasar a 16 y 16, el déficit que teníamos iba a hacer que en 12 o 13 años nos íbamos a acabar los 17 mil millones que tenemos en la bolsa.
Entrar a esta reforma es dolorosa y tiene un costo político que generalmente es algo, hacerlo en el último año de tu administración… no puedo negar que en momentos dije: ‘y si se lo dejo al que sigue’, pero no, eso hubiera sido sumamente irresponsable.
Cuando vi que la Universidad, teniendo el fondo de pensiones más sano, si no tomábamos una decisión pronto nos íbamos a acabar en 12 años ese fondo, si te acabas el fondo empiezas a consumir las finanzas de la universidad y hoy 14 universidades están quebradas por no haber hecho las cosas a tiempo.
Me di cuenta de que había que tomar una decisión responsable, pagar el costo político y afortunadamente la Universidad tiene sindicatos sumamente conscientes, buscamos un modelo en el que no afectáramos a trabajadores en activo porque ya habían vivido la reforma de 2003 e hicimos un parteaguas, de aquí en adelante los trabajadores y la Universidad íbamos a aportar el 16 y 16, pero los trabajadores en activo los dejamos con el 10.
Creo que encontramos una manera salomónica, pero riesgosa, no puedo negar que por momentos sentí vértigo de tomar una decisión que puede generar desestabilidad política, que puede generar movimientos al interior de la Universidad, pero cuando haces las cosas correctas y estás seguro de tener la razón, llegas a buen puerto.
Al final hicimos la reforma más trascendental de las instituciones públicas en México, porque estoy seguro de que, en 20 años, cuando muchas instituciones estén quebradas, van a decir que qué bueno que hicimos esto en la Universidad de Guadalajara porque nosotros tenemos garantizados los próximos 180 años, según el estudio actuarial.
Le tocó una administración teniendo como Gobernador a un rival político, Enrique Alfaro, con quien se vio la cara en una elección, ¿cómo califica el trato y todo lo que se vivió con el Gobierno?
Creo que la relación que tenía con Enrique Alfaro, antes de él ser Gobernador y yo Rector, fue hasta positivo porque nos conocimos siendo rivales en una contienda por la Alcaldía de Guadalajara y luego siendo yo regidor de Oposición, eso nos dio una relación que sirvió al final del camino porque era una relación de respeto.
Ahora que nos encontramos como Gobernador y Rector había una relación de respeto, efectivamente Enrique sí tiene esa personalidad que se requiere para gobernar, que toma decisiones rápido, que toma decisiones pronto, a veces me gustaría que tuviera tantita reversa, pero no la tiene, él toma decisiones y eso está bien, la mayor virtud de un gobernante es tomar decisiones, para eso los contratamos.
En cinco minutos me puedo poner de acuerdo con el Gobernador, es alguien que se deja convencer, que escucha, pero también cuando es no, no hay manera, y donde nos encontramos con los no, tuvimos un conflicto que estresó la relación mucho tiempo, pero en el momento que volvimos a encontrar cómo sí, todo fluyó.
Fue como la montaña rusa, bajábamos y subíamos, así fueron los cinco años, pero al final de su administración y la mía, me quedo satisfecho de que logramos hacer cosas importantes.
De todos estos momentos que hubo entre el Gobierno y la Universidad, ¿cuál fue el más fuerte y cuál el de mayor concordia y acuerdo?
El de mayor acuerdo fue la pandemia, fue maravilloso, realmente nos unimos para poner todas las capacidades, sin egos, sin vanidades, sin partidos, sin política, yo disfruté mucho el tema de ver como todos los jaliscienses nos unimos, fue un momento, dentro de una tragedia, de una crisis donde salió lo mejor. Ese momento fue casi sublime para los jaliscienses, todos unidos enfrentando a la pandemia.
El peor momento fue el día que anuncié la megamarcha, tuve una reunión con él que no fue de lo mejor, no pudimos entendernos, sentía que había una cerrazón y una injusticia hacia la Universidad, él tenía su opinión y no nos pudimos poner de acuerdo, fue un momento ríspido, fue la única vez que tuvimos un diálogo un poco hasta desagradable y yo salí a anunciar la marcha, es fue el momento más complejo, a partir de ahí siguió el estrés, pero afortunadamente volvimos a encontrar el camino del encuentro.
Le toca un momento triste, doloroso y de impacto para la Universidad, la muerte de Raúl Padilla, ¿cómo fue ese momento y cómo ha cambiado la Universidad?
Sin duda el día más difícil y complejo de mi rectorado. Todo mundo sabe lo que significaba el ex Rector Padilla López para la Universidad que para los universitarios era un líder, hubo muchos que lo quisieron catalogar en el concepto del cacicazgo, nunca acepté ese término porque Raúl tenía todo el tiempo del mundo para convencer y los caciques no convencen, ordenan. Él se ganó un liderazgo por sus hechos, por sus obras, un ex Rector sumamente talentoso, es la mente más privilegiada que he conocido y la más lúcida que ha pasado por esta Universidad, era un tipo excepcional, fuera de serie.
Tampoco me ha abochornado decir que era muy fácil ser Rector con Raúl vivo. Yo era Rector, las decisiones yo las tomaba, pero tener un consejero como Raúl Padilla, que era muy generoso en sus opiniones, eso hacía más fácil todo, era un personaje que siempre te daba un consejo inteligente, que te daba la seguridad y sí, a partir de su muerte, ha significado que ponga todos mis sentidos, tengo 10 veces más trabajo, todos los proyectos que Raúl atendía, hoy se lo valoro más, no descansaba por el Festival de Cine, la Feria del Libro, el Festival, por el corporativo de empresas, tenía una cantidad de cosas que, hasta que tuvimos su ausencia, me di cuenta de todo lo que él atendía. Mi agenda se volvió una locura.
Lo que he intentado es que su ausencia sea lo menos dolorosa para la comunidad, dar estabilidad política, él era una especie de pegamento entre muchos, somos una familia en la Universidad, pero también nos pateamos, nos caemos gordos algunos, pero él era siempre como un bálsamo.
Al final lo que hizo pasó la prueba, porque cuando tú diseñas instituciones, si están bien hechas tienen que sobrevivir sin ti, tienen que estar diseñadas para que no dependan de las personas y hoy se demostró que la Universidad, la Feria del Libro, el Festival de Cine, y lo digo de la manera más bonita, no lo necesita y eso quiere decir que Raúl hizo bien el trabajo.
¿Cómo ve ahorita a la Universidad?
En lo que llevo de vida nunca he visto más fuerte a la Universidad, estamos unidos, es la institución con más credibilidad en Jalisco, es de las instituciones más queridas, la Universidad pasa por un buen momento. Tenemos miles de defectos, sí, me encontré 150 preparatorias sin muro, una Universidad con carencias, sí, pero la mejor universidad. Está en su mejor momento y creciendo. Somos una familia, sí nos peleamos y todo, pero si alguien patea a uno de los nuestros estamos bajo la lógica de que a mi perro nadie lo patea sólo yo.
Anuncia la gratuidad en los posgrados, ¿a partir de cuándo?
Vamos a tener una etapa transitoria, vamos a hacer un programa de becas, el camino es a la gratuidad y es de las cosas que quiero platicar con la Presidenta electa, Claudia Sheinbaum, y sé que para ella el tema de la gratuidad es una causa de vida, en la ley se habla de la gratuidad, pero hay un transitorio que dice que hasta que no se dé el fondo para la gratuidad las Universidades no estamos obligados, hay un proceso de transición, porque los recursos autogenerados que tiene la Universidad son parte del presupuesto y perderlos sin un fondo sería complicado.
Creo que la Universidad, con el presupuesto constitucional, podríamos compensar, independientemente del fondo de gratuidad, empezar a dar la gratuidad hasta el posgrado, si Jalisco logra tener la gratuidad desde preescolar hasta el posgrado sería histórico.
Ahorita estamos haciendo una bolsa para empezar a becar a los estudiantes de posgrado, todavía no es la gratuidad, pero sí la mayor bolsa de becas para el país.
Y la idea es que en el pregrado quitar todas las matrículas, todos los cobros y dejar solo las aportaciones voluntarias y eso me parece sano.
Yo sí quisiera que la UdeG fuera la primera universidad gratuita al 100 por ciento en México, pero quiero platicarlo con la doctora Claudia Sheinbaum y trabajar juntos en eso.
¿Cómo es su relación con la doctora Sheinbaum y si ya tuvo una invitación para irse a su gabinete?
No tengo ninguna invitación.
He ido construyendo una buena relación con ella, tengo la mejor opinión, una mujer brillante, una científica universitaria, un personaje político de muchas convicciones, lo que me ha sorprendido es que es una mujer de convicciones claras y toda su vida se ha dedicado a defenderlas.
En el camino hemos tenido una relación muy sana, mi hipótesis fue que, si yo hubiera tenido 15 minutos, media hora, con el Presidente de la República lo hubiera logrado convencer de que la UdeG es el modelo de Universidad que él quiere, porque tengo los datos que documentan que la UdeG es la institución que más atiende a jóvenes del primer quintil de ingresos más bajo de México y es por la red, porque nos fuimos al interior del Estado. En la UdeG el 56 por ciento de nuestra matrícula es del primer quintil de más bajos ingresos.
Cuando he platicado estas cosas con la doctora una vez me dijo: “ok, me voy a dar la oportunidad de ver la Universidad con otros ojos” y le llevé algunos datos y me dijo que los iba a comprobar y en otras reuniones me dijo “sí, tienes razón, la Universidad está haciendo un buen trabajo”.
Mi trabajo ha sido tratar de que vean a la UdeG como un modelo de universidad que sí puede reducir la desigualdad en México, honestamente las universidades como la Benito Juárez no es lo que va a sacarnos de la desigualdad, el día que el hijo del obrero tenga la misma calidad de educación que el hijo del empresario es cuando reduciremos la desigualdad.
La UdeG, si vas a cualquier campo regional están recibiendo un buen nivel de infraestructura y de educación de calidad y que un egresado del CUCEA, por ejemplo, sí le compite a cualquier otro egresado de una universidad privada, estamos logrando reducir esa brecha.
¿Está la UdeG lista para tener su primera Rectora?
Listísima, la Universidad está llena de mujeres talentosísimas, hay una cantidad de mujeres maravillosas. Aquí no necesitamos ni acciones afirmativas ni nada, verdaderamente hay mujeres talentosas que perfectamente pueden dirigir esta comunidad.
¿Le gustaría que su sucesora fuera mujer?
Sí me gustaría, me encantaría que una mujer nos dirija y ver cómo sería eso, pero tampoco la decisión tendría que ser una cuestión de género. Me encantaría, antes de morir, ver el poder administrado por mujeres, porque lo que hemos visto es mujeres que administran el poder como hombres y eso no es suficiente. Me encantaría ver cómo desde el género femenino el poder se administre distinto, quitarle la virilidad al poder, porque el poder es someter.
Siendo autocrítico, ¿qué le faltó?
Tiempo, hubo muchas cosas que yo quisiera haber cambiado más rápido y no lo logramos. Me faltó dinero, fui un Rector con cero crecimiento y eso complicó muchos planes porque significó hacer reestructuras internas y restas que me quitaron mucho tiempo al principio, pero hay cosas que cambiar, me faltó que los nombramientos para plazas académicas se hagan entre académicos, que haya más tiempos completos, porque tenemos muchos profesores por asignatura en relación a los de tiempo completo, me faltó que haya más actividades fuera del aula en la Universidad, el sistema de bibliotecas, sigo creyendo que las bibliotecas en nuestro sistema educativo no es tan usado y eso está mal eso habla de un modelo que no manda a los estudiantes a la biblioteca.
La atención psicológica, tenemos un problemón, falta mucha inversión, vamos a hacer algunas cosas, pero siento que hay deuda con la salud mental. Faltan muchas cosas todavía.
Cada que hay una marcha de mujeres hay una parada obligada: la Rectoría, ¿cómo se ha avanzado en la erradicación de la violencia de género?
No se ha erradicado el acoso y la violencia contra las mujeres y con una sola que haya esto sigue mal.
Pondría entre mis taches esto, porque no erradicamos la violencia de género en la Universidad, pero sí creo que la impunidad la acabamos, se ha procesado a todos los que están en denuncia de acoso, hicimos un protocolo que está vinculado al reglamento de responsabilidad y al código de ética.
Nos costó años hacer el andamiaje jurídico para que esto embonara, tomar en cuenta el violentómetro, porque tampoco se trataba de que alguien, por un chiste mal dicho había que correrlo, la parte de reeducar me parecía clara y cuando llegue todo era: córralo, y no era la ruta.
Pero hemos dejado en claro y bajado los niveles porque no hay impunidad, eso lo tiene claro toda la comunidad, aquí, el que la hace la paga.
Todavía hay casos, creo, he sido muy tolerante a las manifestaciones que recibimos porque aunque no esté de acuerdo en que rayen el edificio de la Universidad porque la Universidad no es la culpable, reconozco que la Universidad no solo no debería tener casos de acoso al interior, la Universidad es la institución obligada a estar denunciando y marcando la agenda de que no suceda en otros lados.
No solo aspiro a una Universidad libre de violencia, aspiro a una Universidad que sea la gran institución que tenga la calidad moral para acabar la violencia de género en todas las demás y mientras eso no suceda, nos merecemos que nos rayen.
¿Se le podría ver a Ricardo Villanueva en una boleta electoral?
Espero que no, pero sí se podría. Mi mente decidí dejarla en la Universidad, tenía encuestas que me favorecían mucho, la tentación era alta, pero vamos a ponernos a prueba de los chapulines, mi momento era este, ya veremos en el 27, si somos congruentes que no nos gustan los chapulines, que se valora que se queden a terminar su responsabilidad y si en tres años los tapatíos o alguien se acuerda de mí, lo valoramos.
Hagamos se veía como un brazo político de la UdeG, está por perder su registro, ¿afectará esto a la Universidad?
No, creo que si pierde el registro no pasa nada. La Universidad no pertenece a ningún partido, pero no puedo negar que hay universitarios cercanos y valiosos a ese proyecto y no podemos más que ser agradecido porque los diputados de la fracción de Hagamos ha sido la mejor defensora de la Universidad y educación.
Si pierde el registro un poquito la Universidad gana para que no haya esta suspicacia de que la Universidad tiene un partido, eso no me gusta, digamos que podría festejar poquito el que lo perdieran, creo que lo va a mantener, y si lo mantiene ojalá valore perderlo, no sé, lo que ellos decidan.
El que haya esa sensación de que la Universidad tiene un brazo político no me gusta, la cancha de los partidos es de los partidos, la universidad, su grupo dirigente sus universitarios no estamos diseñados para la búsqueda del poder formal como tal, lo que me gusta es que los universitarios invadan los partidos, eso sí me encanta.
Si pierde el registro o lo mantiene, para la Universidad es irrelevante.
¿Qué va a pasar con Ricardo Villanueva a partir del 1 de abril del 2025?
Espero el 1 de abril ponerme unas chanclas y salirme a que todo el mundo me vea en chanclas ese día no más, pero no sé qué va a pasar, lo que estoy seguro es que voy a ser profesor, tengo dos hijas que son mi mayor responsabilidad en la vida que he descuidado mucho y espero tener más tiempo y pues si el próximo Rector o Rectora le puedo servir en algo más, ahí estaré, lo único seguro es que sí voy a ser profe, eso me encanta, voy a seguir siendo esposo, papá, amigo y maestro.