El paso de la tormenta “Alberto” no sólo representó daños para Nuevo León.

Además de aumentar los niveles de las presas y beneficiar los campos agrícolas, las lluvias torrenciales revivieron cascadas, ríos y arroyos en el estado.

Tras años con niveles muy pobres por la sequía, los cauces y caídas de agua ahora lucen abundantes y con fuertes corrientes en municipios rurales y metropolitanos.

Uno de los afluentes que recobró su esplendor fue el Río Ramos, en Allende, que de lucir con poca agua y “chocolatosa” en el 2022, a causa de las cenizas de incendios forestales, ahora exhibe un caudal color turquesa.

Es uno de los destinos más visitados por los regios cada fin de semana, pero tras recuperarse con la tormenta ahora también recibe a decenas de familias entre semana.

Zonas tradicionales como “La Peñita”, “Charco de Las Víboras”, “Media Luna” y “Cozumelito” lucen espectaculares, con un Río Ramos que hace años no se veían como ahora.

“Se ve muy bonito, en lo personal nunca lo había visto así y hay que aprovecharlo”, expresó Leticia Aguilar, de 43 años, quien visitó el río el miércoles pasado, junto con su esposo e hijos.

La Sierra de Santiago ofrece diversos parajes que también exhiben mucha agua.

La “Cola de Caballo” luce abundante, en un marcado contraste en cómo se veía hasta antes de “Alberto”, con apenas unos “hilos” de agua.

Los ríos Pilón, en Montemorelos, y el Hualahuises, en ese municipio, también exhiben grandes caudales.

En Monterrey, el Río La Silla cobró mayor vida tras lucir con una corriente muy pobre durante la sequía.

El propio Río Santa Catarina también fue aprovechado por los regios en los días posteriores a la tormenta.

REVIVEN PAISAJES REGIOS

Al dejar atrás la sequía que tenía años azotando a Nuevo León, los ríos, arroyos y sierras de la entidad volvieron a la vida gracias a las torrenciales lluvias de “Alberto”, y ahora muestran una nueva cara.