Sus dirigentes denunciaron una “alianza del deshonor” entre la izquierda y el oficialismo para arrebatarles la victoria en las elecciones legislativas en Francia, pero la extrema derecha también mostró su falta de preparación, con polémicos candidatos y medidas.

Aquí te mostramos tres puntos que marcaron esta derrota:

Solo contra todos

El partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN) aparecía como el gran favorito para ganar la segunda vuelta de las elecciones legislativas, tras lograr junto a sus aliados un 33 por ciento de votos en la primera e imponerse en los comicios europeos con un 31.37 por ciento.

Pero el bloque ultraderechista terminó tercero, por detrás de la alianza de centroderecha del Presidente Emmanuel Macron y de la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP), que ganó los comicios por sorpresa.

Aunque los resultados representan la mayor entrada de diputados ultraderechistas en la Asamblea Nacional (Cámara Baja) desde el final de la segunda Guerra Mundial con 143 de los 577 escaños, el principal motivo de su revés fue el “frente republicano” en su contra.

El NFP y la alianza de Macron retiraron más de 200 candidatos en conjunto en el balotaje para concentrar el voto en aquellos “republicanos” con más posibilidades de derrotar a un rival ultraderechista en cada circunscripción.

La extrema derecha perdió así 90 de los 152 duelos contra un candidato del NFP y 105 de los 128 contra un candidato oficialista, lo que para los analistas demuestra una mayor movilización de los votantes de izquierda para frenar al RN.

"Ovejas negras"

Pero más allá del “frente republicano”, RN parece haber adolecido de falta de preparación. Sobre el terreno, decenas de candidatos dieron una imagen de incompetencia, amateurismo y un racismo sin complejos.

Una candidata rechazó que RN fuera racista al asegurar que tiene “un oculista judío” y un “dentista musulmán”; otro expresó sus “dudas” sobre el carácter antisemita de las declaraciones del líder histórico Jean-Marie Le Pen, condenado en los años 80; etc.

Las redes sociales se llenaron de fragmentos de debates televisados en los que candidatos de extrema derecha en cada circunscripción se mostraban incapaces de explicar su programa. Otros incluso no aparecieron en público durante la campaña.

“Sigue habiendo un problema de imagen y una falta de credibilidad”, explicó el domingo por la noche el especialista de la extrema derecha Jean-Yves Camus en la cadena Public Sénat.

Polémica binacional

Más allá de su indefinición en temas de campaña, como la derogación de la reforma de las pensiones de Macron, la principal polémica fue la propuesta de prohibir a los franceses con doble nacionalidad el acceso a determinados puestos estratégicos, defendida por Bardella.

Su diputado Roger Chudeau, que fue reelegido, fue más allá, señalando una “doble lealtad” de los binacionales como la franco-marroquí Najat Vallaud-Belkacem, quien a su juicio nunca debería haber ejercido como Ministra socialista de Educación Nacional entre 2014 y 2017.

Incluso Marine Le Pen se declaró “estupefacta” por estas declaraciones.

Pese al revés en su ascenso al poder, el partido obtuvo una progresión histórica. 

“Pasó de 8 diputados en 2017 a 88 diputados en 2022 y ahora a más de 140”, junto a sus aliados, recuerda Mathiot.

“La marea sube. Esta vez no ha subido lo suficiente, pero sigue subiendo y, en consecuencia, nuestra victoria sólo se ha aplazado”, advirtió Le Pen.