DE PORRO A 'DON PERPETUO'

Su fama inició en 1999, cuando, bajo las supuestas órdenes del Gobernador de Campeche, José Antonio González Curi, Alito encabezó una incursión violenta en la Universidad Autónoma del estado, para forzar la renuncia del entonces Rector José Alberto Abud Flores.

Casi como recompensa, consiguió una sindicatura en el Ayuntamiento de Campeche y, tras fungir como dirigente del Frente Juvenil Revolucionario (FJR) en la entidad, fue impulsado para ocupar la dirigencia nacional de esa organización priista, desde donde obtuvo su primera diputación federal plurinominal.

Con 27 años de edad, fue reclutado y promovido por los ex gobernadores de Oaxaca, José Murat y Ulises Ruiz, para convertirse en el líder nacional FJR durante la dirigencia de Roberto Madrazo.

En esa etapa, apoyó al tabasqueño en sus aspiraciones presidenciales y, previamente, en el derrocamiento de Elba Esther Gordillo como coordinadora del PRI en la Cámara de Diputados.

Sin embargo, de manera paralela, mantuvo sus vínculos políticos y sobre todo económicos con el entonces Gobernador del Estado de México, Arturo Montiel, y su Secretario de Finanzas, Enrique Peña Nieto.

Todo sabemos que estaba con Roberto, pero iba cada mes a Toluca a ver a Montiel. Le ofrecía los votos del Frente para la definición de la candidatura y luego pasaba a la oficina de Peña por ‘el maletín’”, relató uno de los operadores madracistas.

Tras la derrota del PRI en los comicios de 2006, entonces, como ahora, Moreno Cárdenas operó internamente para extender su mandato en el FJR.

Aunque su gestión concluía en 2006, “madrugó” a los priistas con una asamblea para modificar los estatutos y permanecer hasta el 2008.

Esa jugada le permitió posicionarse y convertirse en candidato al Senado. Ocupó un escaño entre 2006 y 2012, bajo la coordinación de Manlio Fabio Beltrones.

Apenas arrancaba la Legislatura, cuando intentó poner en marcha un plan para promocionarse y conseguir la candidatura al Gobierno de Campeche.

REFORMA (Tolvanera 10/09/2007) reveló que el legislador acordó con ejecutivos de Televisa deslindarse públicamente de la reforma electoral que, al final, cambió el modelo de comunicación y prohibió la contratación de tiempos pagados en los medios concesionados.

A pesar de su intento para congraciarse y ganar espacios en la pantalla, la candidatura fue entregada a Fernando Ortega Bernés. Alito le coordinó la campaña desde la dirigencia del PRI en Campeche.

PERSONAJES Y ALIANZAS

Políticos cercanos a Moreno Cárdenas recordaron que, durante el sexenio de Felipe Calderón, Alito siempre se jactó de la amistad que mantuvo con su paisano, el finado Secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño.

“Le llevaba personalmente a los priistas, él sí entregaba priistas al Gobierno del PAN, para negociar y pactar”, recordó un ex legislador.

La cercanía entre ambos personajes quedó demostrada cuando Mouriño acudió a la boda religiosa de Alito con la coahuilense Ana Laura Treviño, en marzo de 2010.

La celebración, realizada en Torreón, se convirtió en una pasarela de los cuadros políticos más importantes del PRI.

Para la boda civil, el campechano consiguió que firmaran como testigos Enrique Peña Nieto, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa, Beatriz Paredes y José Murat.

Entre los invitados estuvo presente el famoso abogado de Carlos Salinas de Gortari, Juan Collado, ahora acusado de delincuencia organizada, fraude y lavado de dinero.

Otro invitado especial y testigo del enlace fue Jorge Emilio González, “El Niño Verde”, con quien Moreno Cárdenas ha mantenido una fluida relación al paso de los años y no sólo para la construcción de alianzas políticas.

En 2022, se dio a conocer que el priista habría beneficiado al fundador del partido del tucán, a través de contratos millonarios para ‘empresas fantasma’ vinculadas con González. Y todo con cargo a las prerrogativas.

Ese mismo año, el PRI se negó a construir una alianza con el PAN y el PRD para competir por la gubernatura de Quintana Roo, considerada como la base de operaciones del cuestionado “Niño Verde”.

En esas elecciones, con el 57 por ciento de los votos, triunfó la morenista Mara Lezama, a quien también se atribuye una importante cercanía con el dirigente del PVEM, partido que respaldó su candidatura.

Prácticamente de manera testimonial, el PRI postuló a Leslie Hendricks Rubio, hija del ex Gobernador del estado. La candidata de Alito quedó en cuarto lugar, con apenas el 2.95 por ciento de los votos.

EL BOOM INMOBILIARIO

Durante la disputa interna del PRI por la candidatura presidencial de 2012, en la que participaron Peña Nieto y Beltrones, Alito se decantó en automático por el mexiquense.

Se desempeñó como Secretario de Organización en la dirigencia nacional encabezada por Pedro Joaquín Coldwell.

El ex Gobernador de Quintana Roo fue designado como dirigente interino luego que el escándalo por el “moreirazo” forzó la renuncia de Humberto Moreira, quien también fue testigo y anfitrión de las primeras nupcias de Alito, en 2010.

Beneficiándose de su posición, Moreno Cárdenas se quedó, de nuevo, con una diputación federal plurinominal, la segunda en su carrera.

Entre 2012 y 2015 su evolución patrimonial registró un crecimiento meteórico.

En julio de 2019, Ulises Ruiz, uno de los principales impulsores, presentó una denuncia en su contra ante la Fiscalía Especializada de Combate a la Corrupción de la FGR.

El oaxaqueño sostuvo que el campechano adquirió 13 predios con una extensión de 7 mil metros cuadrados, con un valor comercial de más de 103 millones de pesos, es decir, 98 millones más que los reconocidos en su declaración patrimonial.

Las indagatorias se iniciaron por el delito de enriquecimiento ilícito.

La denuncia contempló 17 escrituras de un total de 24 inmuebles a nombre del priista, pero también de su hermano Emigdio Moreno Cárdenas, de su madre Yolanda Mercedes Cárdenas y del arquitecto José Juan Salazar Ferrer.

Mientras incrementó su fortuna, Alito insistió en buscar la candidatura al Gobierno de Campeche y la consiguió.

Su cercanía con Peña Nieto fue clave, pero también el impulso que le dio el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, a quien terminó expulsando del partido apenas en octubre de 2023.

DESVÍOS A LO GRANDE

El polémico personaje llegó a la gubernatura de Campeche, pero solo para una gestión de cuatro años.

Las decisiones que tomó entre 2015 y 2019 parecieron suficientes para reportar desvíos por casi 4 mil millones de pesos, de acuerdo con 92 irregularidades detectadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), tanto en el sector salud, como en el pago de nóminas.

Así consta en la denuncia interpuesta, el pasado mes de abril, por el secretario de la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados, Miguel Prado, quien llevó de nuevo a Moreno Cárdenas ante las oficinas de la FGR.

El legislador morenista sostuvo que la malversación podría implicar tráfico de influencias, desvío de fondos federales, corrupción, lavado de dinero, enriquecimiento ilícito, fraude fiscal, peculado, uso ilícito de atribuciones o facultades y operaciones con recursos de procedencia ilícita.

LA PELEA POR EL PRI

En 2019, con dos años pendientes en la gubernatura, Moreno Cárdenas pidió licencia al cargo para buscar la dirigencia nacional del PRI.

Cuando estaban por definirse los posibles participantes en la contienda interna, el ex Rector de la UNAM, José Narro, fue mencionado como uno de los aspirantes, pero al final no se registró.

En días recientes, el ex candidato presidencial del tricolor, Francisco Labastida, reveló las razones: 

Cuando compitió por la presidencia del PRI, Narro me contó que le dijo: ‘no te metas a competir conmigo, tengo 300 millones de pesos que saqué de las finanzas del estado y con eso voy a tener dinero’”.

Al final, el campechano ganó la interna, venciendo a su contrincante Ivonne Ortega, quien, tras la derrota, renunció a las filas del PRI.

Algunos dirigentes involucrados en el proceso recordaron que quien más ayudó a impulsar a Moreno Cárdenas fue el entonces Gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo.

“Alfredo lo ayudó mucho, operó y le metió mucho para que Alito llegara a la dirigencia, pero le pago mal”, relató el ex diputado consultado.

Y es que, en 2023, luego de 94 años de hegemonía, el PRI perdió la gubernatura del Estado de México.

Tras la derrota, lejos de asumir responsabilidad alguna, el dirigente del tricolor culpó al Gobernador, al que acusó de dar la espalda al tricolor, de abandonar a la candidata Alejandra del Moral, de entregar la plaza a Morena, de falta de carácter, de sumisión y hasta de esquirol.

Del Mazo respondió, señalándolo como un falso y mentiroso, pero sobre todo ingrato.

En mayo de este año, el ex Gobernador –el último de esa dinastía que gobernó el Edomex— también fue expulsado del PRI.

A su salida, el mexiquense pareció vaticinar lo que le espera al Revolucionario Institucional: “Alito será el enterrador”.

¿ALITO O AMLITO?

Como Gobernador, el priista aprovechó la protección del peñismo para operar, pero cuando llegó la sucesión presidencial de 2018, intentó mostrar cercanía con el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Alito prácticamente se cuadró ante el nuevo Presidente. Lo recibió en su estado, le agradeció las inversiones, lo visitó en Palacio Nacional, se tomó fotografías con él y las presumió.

En esa relación la pieza central fue el ex Gobernador de Chiapas y senador, Manuel Velasco, quien fungió como puente entre Moreno Cárdenas y la 4T.

El político del PVEM no sólo era amigo de Alito, sino también su compadre.

En 2015, Velasco y su esposa, la cantante Anahí, fueron padrinos de bautizo de Sebastián, uno de los tres hijos del matrimonio de Moreno Cárdenas con Christelle Castañón Sandoval, con quien se casó en enero de 2012.

A pesar de la cercanía, Alito también terminó traicionando a Velasco.

En mayo de 2022, durante los forcejeos para aprobar la reforma eléctrica, el priista hizo pública una conversación telefónica en la que Velasco le habría transmitido una supuesta amenaza del Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, para apoyar los cambios o enfrentar las investigaciones de la FGR.

Aunque se refirió a Velasco como su “hermano”, admitió que lo grabó y exhibió porque “estaba de por medio su vida”.

EXHIBIDO Y ACUSADO

En el sexenio por concluir, Moreno Cárdenas mantuvo una relación de coqueteo y complicidad con la 4T, pero también de confrontación.

Los votos operados desde su dirigencia para aprobar algunas reformas impulsadas desde Palacio Nacional le valieron el sobrenombre de “Amlito”.

Sin embargo, cuando la relación no fluyó, la Gobernadora de Campeche, Layda Sansores, dio rienda suelta a la revelación de decenas de audios para exhibir sus corruptelas, sus negocios, sus modos y su estilo de vida.

El simple tono de sus expresiones, provocó escozor.

Yo siempre les he dicho: el hijo de puta que se pase de verga, una verguiza, verguiza salvaje. Nada más te voy a dar un dato, a los periodistas no hay que matarlos a balazos, papá, hay que matarlos de hambre”, se escuchó en una de las grabaciones difundidas en el programa “El Martes del Jaguar”.

Alito acusó una campaña en su contra y recurrió al Poder Judicial para tratar de frenar la difusión de sus conversaciones, a través de un amparo.

Sin embargo, en julio de 2022 se inició una nueva indagatoria formal en su contra, por la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción del Estado de Campeche.

Se acusó al dirigente priísta de adquirir propiedades en una zona de alta plusvalía, alterando el valor de las operaciones de compraventa de los inmuebles.

Se aseguró que compró a bajo costo y vendió con ganancias del 100 por ciento.

De esas pesquisas podrían constituirse la comisión de delitos como operaciones con recursos de procedencia ilícita, abuso de autoridad, enriquecimiento ilícito y peculado.

Discrepancias que dan lugar a enriquecimiento ilícito: el valor de adquisición, según Alejandro Moreno, es de 9 millones de pesos. El valor real es de 300 millones de pesos”, refiere un documento del expediente.

Una de las principales líneas de investigación refiere que, en mayo de 2016, fueron fusionados tres predios para que Alito construyera una mansión, en Lomas del Castillo, con un valor de por lo menos 130 millones de pesos.

Sus ingresos como servidor público en el periodo que se desempeñó como Gobernador, no le hubiesen permitido realizar esa adquisición, “por lo que se presume un aumento ilícito en su patrimonio”.

De acuerdo con las investigaciones, para hacerse de su fortuna, el dirigente PRI habría utilizado prestanombres, esquemas de donación y enajenaciones, con la participación y complicidad de familiares y empleados.

Solo para notificaciones, la Fiscalía tiene registrados cinco domicilios de Alito en Campeche, uno en Torreón, Coahuila, y cinco más en la Ciudad de México, de los cuales, tres se localizan en Polanco.

EL FRENTE Y LA CAÍDA

Con el desprestigio a cuestas y derrotas consecutivas en los procesos electorales de los últimos años, llegó el momento de la sucesión presidencial.

Alito se aseguró el primer lugar en la lista plurinominal al Senado y colocó en espacios seguros a todos sus incondicionales.

Desde la dirigencia, con la asesoría de Rubén Moreira, fue el principal impulsor de la coalición opositora.

Los órganos internos, dominados por sus cuadros, no dudaron en aprobar la alianza con el PAN y el PRD.

En enero de este año, una indiscreción del dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, dejó al descubierto que el priista entregó a su partido, desde 2023, la candidatura al Gobierno de la Ciudad de México y también la presidencial.

A cambio, el PRI llevaría mano solo en la designación de candidatos en Coahuila y el Estado de México.

Pese a la existencia de ese pacto, Moreno Cárdenas promovió la participación de cuadros del tricolor en una contienda interna para seleccionar al abanderado del frente opositor.

La mayoría de los interesados terminaron declinando, pero, él en una entrevista de banqueta, se encargó de ‘bajar’ personalmente, y sin avisarle, a la finalista Beatriz Paredes.

El PRI terminó por abanderar la candidatura de Xóchitl Gálvez, quien no logró disimular su aversión hacia el dirigente del tricolor durante la campaña.

De entrada, la aspirante reclamó que Alito usara los tiempos en medios de comunicación para promoción personal, en lugar de entregarlos a su candidatura.

A eso se sumó una supuesta pifia de la hidalguense durante una de sus giras, cuando declaró que “hay muy malos priistas con los que no trabajaría, como Bartlett, como Alito”.

El 2 de junio llegó la jornada electoral y también el golpe de realidad.

El PRI perdió los comicios junto con sus aliados, no ganó una sola de las gubernaturas en juego, incluidas las de Chiapas y Veracruz, donde postuló candidatos propios.

En el recuento, en este sexenio, ese partido pasó de 12 a solo dos gubernaturas y perdió casi 2 millones de votos en la elección presidencial.

A pesar del panorama y aprovechando una extensión de mandato que vence al concluir el proceso electoral, el dirigente volvió a “madrugar” a los priistas para tratar de eternizar su mandato, a través de modificaciones estatutarias que le permiten reelegirse en dos ocasiones más.

Hoy, “Don Perpetuo”, como lo llama la CTM, tiene el fuero asegurado y se apresta para seguir encabezando al PRI con los peores resultados de su historia.