Las relaciones de Cazzu-Christian Nodal-Ángela Aguilar; Aanuel y Karol G; Joe Jonas y Sophie Turner; Britney Rosalía y Rauw Alejandro; Ariana Grande y Dalton Gomez; Taylor Swift y Joe Alwyn, y muchas otras parejas conquistaron recientemente el corazón de sus seguidores y de las redes sociales y crearon una lluvia de opiniones al respecto de sus rupturas.
Si la pareja ideal no existe, estas bombardean a los usuarios de redes al mostrar sus regalos exorbitantes, sus dramas y, tras el quiebre, sus nuevas relaciones.
Estos modelos de relación pueden crear ideales tóxicos para las juventudes en la vida real, pues pasan de una pareja a otra con rapidez o en modelos de manipulación y control como el llamado love bombing.

Este último término hoy se refiere a una práctica reconocida como manipulación emocional, en la que una persona es objeto de una intensa y abrumadora demostración de afecto, atención y elogios a los pocos días de comenzada la relación.
Este comportamiento puede incluir regalos, cumplidos excesivos, mensajes constantes y actos de afecto grandiosos. Luego cesan de golpe haciendo sentir a las personas como si hubieran hecho algo malo y deban ganarse de nuevo los premios que les daban al principio.
Muchos de esos regalos en tonos excesivos —ramos de rosas gigantescos, ropa de marca, dispositivos electrónicos de precios exorbitante— están constantemente circulando en las redes sociales en cuentas de celebridades e influencers que proyectan relaciones modelo.
Según la doctora en Ciencias Sociales, María Esmeralda Correa Cortés, del departamento de Políticas Públicas del Centro Universitario de Ciencias Económica Administrativas de la UdeG, especialista en estudios sobre juventud y cultura, los jóvenes mexicanos menores de 30 años están viviendo una transformación en sus relaciones.
Para ella, hay jóvenes que pertenecen a un grupo más conservador y otro más moderno al respecto. Es en el primero, dice, donde se observan más casos de love bombing.
“El grupo más progresista considera este comportamiento como una bandera roja. Los artículos costosos y los regalos y la intensidad en una relación que apenas va iniciando, lo ven como una forma de control, para el otro grupo es una práctica mucho más común, según lo que observamos”, dice.

“Estos modelos hacen que los jóvenes y las jóvenes vivan comparando su relación con otras relaciones. Entran en un ciclo de amor romántico que las puede poner en riesgo, afectando a las relaciones sanas y a la percepción que tienen de sí mismos. Este tipo de prácticas de intensidad incluso desde que se van iniciando, pues son parte de ese amor romántico idealizado”.
El término Love Bombing fue acuñado por los expertos a partir de la experiencia que reportaron miembros de la secta Unification Church, también conocida como los “Moonies” en 1970. El líder de la secta, Sun Myung Moon, promovía esta técnica como una forma de atraer nuevos miembros y mantenerlos fieles al grupo. En este contexto, Love Bombing se utilizaba para adoctrinar y mantener el control sobre los seguidores, inundándolos de amor y atención para evitar que se alejaran o cuestionaran las enseñanzas del grupo. Si les daban tanto regalos ¿cómo podían ser malos para ellos?

En un estudio realizado por la Universidad de Arkansas y el Departamento de Salud Pública en Estados Unidos, determinó que el Love Bombing es un acercamiento narcisista para iniciar una relación.
Este estudio dio evidencia empírica de la presencia de comportamientos de love bombing entre los millennials indicando que estaba correlacionado con tendencias narcisistas y estilos de apego inseguros (falta de confianza o valoración en uno mismo y en los demás), y negativamente asociado con la autoestima; también se asoció con un mayor uso de mensajes texto y otros medios digitales dentro de las relaciones románticas.
En conclusión, se encontró que el love bombing era una estrategia lógica y potencialmente necesaria para las relaciones románticas entre individuos con altos niveles de narcisismo y bajos niveles de autoestima. Sin embargo, aún no hay datos que estudien cómo afecta a las personas que son víctimas de ello.
La Organización Mundial de la Salud reveló en un estudio al respecto que en 2016 3 de cada 10 adolescentes habrían vivido algún tipo de violencia en el noviazgo en México.
En 2021, tras la pandemia, la OMS hizo otro estudio que reveló que 1 de cada 4 mujeres de entre 15 y 24 años que han mantenido alguna relación íntima, serían objeto de las conductas violentas de un compañero íntimo cuando cumplan 25 años.

Uno de los comportamientos que más ha indignado a los usuarios de redes sociales en el caso del cantante de canciones gruperas Christian Nodal es cómo pasa de una relación a otra casi sin tiempo de por medio.
Desde su relación pública con la también cantante mexicana Belinda, —a la que le propuso matrimonio— a la rapera argentina Cazzu, con quien tuvo una bebé, y a la semana de anunciar su separación anunció su relación con la cantante mexicana Ángela Aguilar.
Este tiempo de por medio suele ser así de rápido sobre todo en relaciones que millones de personas siguen en redes sociales.
Pasar de una pareja a otra rápidamente, a menudo llamado rebound relationships, es decir relaciones de rebote, es considerado negativo en la sociedad por varias razones relacionadas con la salud emocional y mental.

Para la doctora María Esmeralda Correa, en ambos grupos de jóvenes, los conservadores y los progresistas, hay presiones sociales por mantenerse en pareja.
“En el caso de los conservadores sí hay una presión mucho más fuerte por tener pareja e incluso puede caer en prácticas un poco más de riesgo como empezar a buscar a sus parejas incluso en hombres de mayor edad que ellas cuando son chicas, o desde edades muy tempranas. También hay distintas presiones como las de buscar parejas que cubran las expectativas o los valores de la familia”.
En el grupo de los progresistas, esta presión se nota sobre todo a partir de los 26 años, según la experta.
“Hay cambios de pareja constantes, eso sí en ambos grupos y esto también puede ser principalmente por ser más conscientes de los patrones de conducta que caen en las banderas rojas y un discurso más amplio sobre la violencia en la pareja. Es algo que afecta a los dos grupos que buscan identificar todo el tiempo esos riesgos y terminar esas relaciones si son tóxicas”.

Según la psicología, pasar de una pareja a otra sin tiempo de por medio para procesar emocionalmente puede llevar a patrones de comportamiento no resueltos y problemas emocionales en las nuevas relaciones.
Las personas que saltan rápidamente de una relación a otra pueden estar buscando evitar la soledad o la confrontación de sus propios sentimientos, lo que puede conducir a una dependencia emocional de la pareja en relaciones desequilibradas donde la pareja “sirve” para cuidar los sentimientos del otro.
Sin el tiempo adecuado para reflexionar sobre lo que salió mal en relaciones anteriores, existe el riesgo de repetir los mismos patrones negativos en nuevas relaciones. Esto puede incluir elegir parejas inapropiadas o repetir dinámicas de conflicto y abuso.
Información: Alejandra Carrillo
Fotos: Especial
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