Para que José María Balmaceda descubriera su verdadera vocación, tuvo que tomar varios caminos, como comenzar la licenciatura en Nutrición, incursionar en labores de escenografía y vestuario, así como perder todos sus ahorros en un emprendimiento fallido.

“En la búsqueda de una nueva carrera, me incliné por Diseño Textil porque tenía arte, antropología y muchísimas materias prácticas, como tejido y manuales; además, hablaba de artesanías e historia, por lo que pensé que era perfecta para mí al englobar temas de mi interés”, dijo José María Balmaceda, de 37 años.

Después de trabajar seis años con una amiga en una sociedad enfocada en elaborar piezas customizadas, es decir, hechas a la medida, para proyectos particulares, las cosas no funcionaron y perdió todo su dinero, hasta que recibió una llamada que redireccionó su rumbo.

“Un indio me contactó hace como dos años y me insistió en que trabajara con él; yo no tenía cabeza, pero necesitaba sobrevivir, así que le dije que sí. No tenía ni un peso, pero me contestó que lo hacía gratis”, platicó.

José María Balmaceda

El comerciante le mandó muestras de tapetes elaborados con seda natural y lana, y, cuando José María Balmaceda las tuvo en sus manos, se dio cuenta de que eran de excelente calidad.

“Vendí el primero y me acuerdo perfecto que cuando depositó el cliente me angustié un poco porque, en realidad, no conocía al que me lo ofreció; no sabía a quién le mandaba el dinero del otro lado del mundo, pero, gracias a Dios, tres meses después, llegó el producto. En ese momento, decidí viajar a la India para en contrarme con esta persona que puso tanta fe en mí”, explicó.

Durante el viaje, José María Balmaceda descubrió la capacidad de los artesanos y que existe un sinfín de posibilidades para tejer, por lo que fundó su estudio

“Hago una visita anual a ese país y a Nepal para descubrir con ellos tintes, colores, formas y tejidos. Al llegar a los talleres, me encuentro con producciones de Japón, París, Australia y Rusia, entre otras regiones, entonces, veo lo que pasa a nivel tendencia mundial”, comentó el director ejecutivo de la marca que lleva su apellido

José María Balmaceda

Los tapetes se maquilan en Nepal y la India y los importamos a México. Nuestros mayores clientes son despachos de arquitectura y diseño de interiores; después, personas y hoteles”.

A lo largo de su experiencia laboral, José María Bamaceda aprendió que tanto arquitectos como diseñadores de interiores partían de dos elementos: cortinas y tapetes.

“Puedes tener dos espacios en una área, pero hay que delimitarlos con estos dos objetos. La alfombra es parte fundamental porque es la base de todo”, expresó.

Sobre dónde deben ponerse, el diseñador textil compartió algunas sugerencias.

“Sin duda, yo creo que debe haber uno de estos elementos en tu habitación porque es lo más íntimo de tu casa, donde te descalzas para entrar en tu sagrada cama”, agregó José María Balmaceda.

José María Balmaceda

También me encanta que haya uno en las zonas en las que se junta la gente para platicar y conocerse, como en la sala, lobby y el cuarto de televisión, donde hay conversaciones e intimidad”.

Por otro lado, en cuanto a los materiales que emplea José María Balmaceda, estos varían acorde a la colección y concepto que esté ideando.

“Las opciones son infinitas, hay veces que sólo utilizamos lana; otras, seda de bambú y de plátanos porque brillan más que la normal. Además, usamos puras fibras sin brillo, con mates”, mencionó el también empresario José María Balmaceda.

José María Balmaceda

Comfy details

Conoce algunos de los beneficios estéticos y emocionales al incluir una alfombra decorativa en tu hogar.

1. Podrás descalzarte en tu casa.
2. La habitación se verá más grande.
3. Tu entorno se vuelve más acogedor.
4. Tendrás una pieza artesanal espectacular en tu vivienda.

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