La historia del entretenimiento nocturno en Guadalajara ha contado casi desde los años 80 con el talento de las transformistas. Artistas que imitan a las grandes divas del cine, la música y la televisión, con maquillajes que asemejan sus rasgos faciales y shows que doblan en vivo sus más icónicas presentaciones musicales.
Muchas comenzaron en el icónico bar Mónica’s el primer espacio en abrir sus puertas para abrazar la comunidad LGBT o la disco Angels en Guadalajara. Ahí se hacían espectáculos escénicos y shows de distintas transformistas, incluso noches temáticas.
Esas, quizá, fueron las raíces del drag que conocemos hoy día y que parece estar en todos los rincones de la Ciudad.
En los bares y espacios culturales de la comunidad, sí, pero también en presentaciones de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara o del Festival Papirolas para niños, niñas y jóvenes, en pasarelas de moda de diseñadores como Benito Santos, en festivales culturales, en los deportes, en programas sociales, como cuando la artista drag Valentina presentó el programa de reinserción Mujeres Libres junto al Gobierno de Jalisco para mujeres en procesos penitenciarios y en la televisión: la Sala Plácido Domingo fue la sede de la coronación de la segunda temporada de Drag Race México, por ejemplo.

La conquista drag tapatío es total y así lo revelan personajes como Gala Varo, el personaje de Jesús Mesa, doctor en Ciencias Biomédicas de la Universidad de Guadalajara que comenzó a hacer drag en Guadalajara y ahora representa a México en la competencia internacional Global All Stars de la franquicia WOW o el tapatío Christian Peralta que comenzara como transformista y conquistara la primera temporada de Drag Race México entre muchos otros exponentes que hoy viven del arte que aman y, con él, trascienden fronteras.

EL TRANSFORMISMO PIONERO
Poco a poco, gracias al auge que tuvieron artistas del drag en el reality show estadounidense Rupaul’s Drag Race, otros talentos que utilizaban maquillaje, vestuarios estridentes y pelucas para crear sus propios personajes y no a imitar a las estrellas como en el transformismo tradicional, comenzaron a tener cabida en la ciudad.
Uno de ellos, quizá el primero en utilizar esta estética en una forma propia, fue Damian Salmon, que le dio vida a un personaje icónico en la historia del drag tapatío: Becky D’ Vich.
Becky D’ Vich es un personaje pionero en el drag contemporáneo. Para Damian, ha sido una forma de encontrarse a sí mismo hace alrededor ocho años.

“Yo vengo de la generación del no, donde tus sueños no importaban porque lo único que importaba era encajar con la sociedad y tienes ya un destino marcado. De pronto a los 33 años me doy cuenta que mi destino no puede ser estar en una oficina, inspirado por la temporada seis de Rupaul’s Drag Race, entré en una catarsis porque habían ocurrido cosas terribles en mi vida, pérdidas familiares muy fuertes, relaciones tóxicas”, recuerda.
“Ahí recordé que desde que era un niño tengo un sueño de actuar, bailar y cantar. En el drag es donde encuentro justo todo esto que estaba buscando”.

Para Gerardo Reyes Toledo y su personaje Matraka, finalista de la primera temporada de Drag Race México, esto fue crucial en su camino como artista.
“Fue para mí un escape, yo crecí un pueblo muy pequeño, Purísima del rincón en Guanajuato, y desde siempre me quería ir muy lejos a vivir mi vida como persona parte de la comunidad LGBT, en mi descubrimiento en Guadalajara, me topé con un sinfín de formas de expresión, de diversidad que fueron un choque y un gran aprendizaje para mí”.
Reyes estudió Artes Plásticas en la Universidad de Guadalajara y su personaje drag es para él un ejercicio de autodescubrimiento personal y artístico.
Cuando él llegó en 2017. se encontró en el escenario con una larga historia de transformismo y una ola del nuevo drag que lo llevó, que le permitía expresar sus pulsiones artísticas plásticas.
“Se han abierto nuevos espacios para expresarnos fuera del ambiente nocturno y eso se agradece muchísimo. En el ambiente nocturno también se nota que hay más valor para el trabajo de las dragas, se les da más prioridad y se les trata con el respeto y el profesionalismo que se merecen”, reconoce.

En medio de los dos mundos, Christian Peralta, conocido en redes sociales como Christian Peralta Transformista, comenzó su carrera en 2008 imitando a grandes artistas de la historia de la música mexicana.
Comenzó en el Monica’s con varios de sus mentores también artistas de la noche como Ricky Lips y Roberto Espejo, ídolos y pioneros del transformismo en Guadalajara.
“Cuando yo comencé la escena era de una variedad majestuosa, la verdad, digo ahorita estamos viviendo una etapa de de dorada en el drag mexicano, pero en aquel entonces era la del transformismo con grandes producciones”, recuerda.
Poco a poco se hizo un nombre, entonces no habían redes sociales y el éxito se medía con los aplausos y las contrataciones. Christian comenzó a invertir en su arte, desde el vestuario, el maquillaje, las pelucas y su show que eventualmente llegó a las audiciones de la primera temporada de Drag Race México, el formato de competencia drag que se estrenó en México en 2023.
De entre once competidoras de diferentes trayectorias alrededor de la República, Christian Peralta fue la ganadora de esa temporada llevando el nombre de Jalisco a nivel internacional.

“Empecé con el transformismo, pero siempre tuve esa cosquillita de hacer drag siempre de una forma opulenta, siempre me han gustado mucho las las divas del cine, no puedes desligar el drag siempre de de las divas, ese es un reto nuevo para mí fusionar el arte drag con el transformismo porque siento que también van muy de la mano”.
Después de 16 años en el negocio a Christian le emociona que el drag pueda estar en otros foros y espacios si es que las y los artistas tienen la disciplina de seguir innovando.
Hoy día el reto más grande para Christian Peralta es el de que su pasión trasciende esos hitos importantes para su carrera para seguir trabajando, invirtiendo su dinero y, sobre todo, poder proveer para su esposa y su hija.
Peralta es un padre de familia que ve el drag como cualquier otro trabajo, uno para el que es necesario la disciplina, el carácter creativo.
Ahora mismo está escribiendo con Ricardo Espejo y puso su propio espacio donde hay lugar para el arte drag en toda su extensión.
“Mi reto es mantener el legado que quiero dejar en mi comunidad para llevarlo a la sociedad, creo que todo se ejerce sobre el ejemplo y quiero que el público vea que esto realmente es un arte, porque obviamente ya tenemos un público ganado en la comunidad LGBT, pero muchas personas todavía no saben de qué trata este tipo de de arte. Para muchas personas somos solo hombres vestidos de mujer, pero no saben que realmente hay una preparación, un arte detrás de todo este movimiento, una visión que también puede ser una visión de negocios. Por eso todos los ojos de México están volviendo a Guadalajara”.
Información: Alejandra Carrillo
Fotos: Especial
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