La semana pasada se produjo una rápida escalada en el conflicto de casi un año entre Israel y el grupo libanés Hezbolá. Primero se produjeron dos días de explosiones de bipers y walkie-talkies utilizados por Hezbolá, ataques letales atribuidos a Israel que también dejaron mutilados a civiles en todo Líbano.

El líder de Hezbolá prometió tomar represalias y el viernes el grupo militante lanzó una oleada de cohetes hacia el norte de Israel. Más tarde ese mismo día, el comandante de la unidad más elitista de Hezbolá murió en un ataque en Beirut que mató a decenas de personas más.

Los ataques transfronterizos se intensificaron el domingo por la mañana , cuando Hezbolá, un grupo chiíta respaldado por Irán que es la fuerza armada más poderosa del Líbano, lanzó más de 100 cohetes hacia el norte de Israel, algunos de los cuales cayeron cerca de la ciudad de Haifa. Israel lanzó cientos de ataques contra el Líbano.

El lunes, Israel lanzó una serie de ataques que mataron a más de 490 libaneses, el ataque más letal desde la guerra entre Israel y Hezbolá en 2006. Israel advirtió a los residentes del sur y el este del Líbano que abandonaran sus hogares ante la expansión de una campaña aérea en el territorio.

Muchos temen que la escalada de violencia pueda desembocar en una guerra abierta entre Israel y Hezbolá, lo que desestabilizaría aún más una región ya sacudida por los combates en Gaza. Ambas partes han dicho que no quieren que eso ocurra, aunque han advertido con firmeza de que habrá ataques más graves.

Israel y Hezbolá han lanzado repetidos ataques entre sí desde que comenzó la guerra de Gaza, pero ambos bandos se han retractado cuando la espiral de represalias parecía estar a punto de descontrolarse, bajo la fuerte presión de Estados Unidos y sus aliados. Pero en las últimas semanas, los dirigentes israelíes han advertido de una posible operación militar de mayor envergadura para detener los ataques desde el Líbano y permitir que cientos de miles de israelíes desplazados por los combates regresen a sus hogares cerca de la frontera.

A continuación te presentamos algunas cuestiones que conviene saber sobre la situación:

¿Cuales fueron los últimos ataques?

Más de mil 600 libaneses resultaron heridos en los ataques mortales del lunes y miles más huyeron del sur del Líbano. Israel dijo que estaba atacando bases de armas de Hezbolá y que había alcanzado unos mil 600 objetivos. El Ministro de salud del Líbano dijo que habían sido atacados hospitales, centros médicos y ambulancias.

El ejército israelí advirtió a los residentes que abandonaran inmediatamente las zonas donde Hezbolá almacena armas. Los medios libaneses dijeron que la advertencia de evacuación se repitió en mensajes de texto.

Hezbolá afirmó que había disparado docenas de cohetes hacia Israel, incluso a bases militares, y funcionarios dijeron que una serie de sirenas de ataque aéreo estaban sonando en el norte de Israel advirtiendo de ataques con cohetes.

El viernes, un ataque aéreo israelí derribó un edificio de gran altura en los suburbios del sur de Beirut, matando a Ibrahim Akil, comandante de la unidad de élite Radwan de Hezbolá, y a otros altos dirigentes de la unidad. Israel afirmó que Akil lideró la campaña del grupo de lanzamiento de cohetes, drones y otros ataques contra el norte de Israel. Al menos 45 personas murieron en ese ataque y más de 60 resultaron heridas.

El ataque se produjo tras la conmoción provocada por los atentados con dispositivos electrónicos, en los que el martes y el miércoles detonaron miles de bipers y walkie-talkies utilizados por Hezbolá. Al menos 37 personas murieron, incluidos dos niños, y alrededor de 3 mil resultaron heridas. Israel no ha confirmado ni negado su participación.

Los analistas dicen que el ataque tuvo poco efecto sobre las fuerzas de Hezbolá, pero podría interrumpir sus comunicaciones y obligarlo a tomar medidas de seguridad más estrictas.

¿Cuál es la situación en la frontera?

La frontera entre Israel y el Líbano ha sido escenario de intercambios casi diarios desde que comenzó la guerra entre Israel y Hamas el 7 de octubre. Antes del lunes, los intercambios habían matado a unas 600 personas en el Líbano (en su mayoría combatientes, pero también a unos 100 civiles) y a unos 50 soldados y civiles en Israel. También ha obligado a cientos de miles de personas a evacuar sus hogares cerca de la frontera tanto en Israel como en el Líbano.

El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, prometió tomar represalias por los atentados con dispositivos electrónicos, pero también se ha mostrado receloso de avivar aún más la crisis. El grupo se enfrenta a un difícil equilibrio entre estirar las reglas de combate atacando más profundamente en Israel y, al mismo tiempo, tratar de evitar el tipo de ataques a gran escala contra zonas civiles que pueden desencadenar una guerra a gran escala de la que se le podría culpar.

Hezbolá afirma que sus ataques contra Israel son en apoyo a Hamas. La semana pasada, Nasrallah dijo que los bombardeos no terminarán, y que los israelíes no podrán regresar a sus hogares en el norte, hasta que termine la campaña de Israel en Gaza.

¿Qué está planeando Israel?

Las autoridades israelíes afirman que aún no han tomado una decisión oficial sobre la ampliación de las operaciones militares contra Hezbolá y no han dicho públicamente cuáles podrían ser esas operaciones. Sin embargo, la semana pasada, el jefe del Comando Norte de Israel fue citado en los medios locales abogando por una invasión terrestre del Líbano.

Mientras tanto, a medida que los combates en Gaza se han desacelerado, Israel ha aumentado sus fuerzas a lo largo de la frontera libanesa, incluida la llegada de una poderosa división del ejército que se cree incluye miles de tropas.

El Ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, declaró la semana pasada el inicio de una “nueva fase” de la guerra mientras Israel centra su atención en Hezbolá

“El centro de gravedad se está desplazando hacia el norte”, dijo.

En una tregua negociada por la ONU en la guerra de 2006, Hezbolá se disponía a retirarse 29 kilómetros de la frontera, pero el grupo se ha negado a hacerlo, acusando a Israel de no cumplir también algunas disposiciones. Israel exige ahora que Hezbolá se retire entre ocho y diez kilómetros de la frontera, el alcance de sus misiles antitanque guiados.

La guerra de 2006, que duró un mes y comenzó cuando los combatientes de Hezbolá secuestraron a dos soldados israelíes, incluyó intensos bombardeos israelíes en el sur del Líbano y Beirut y una invasión terrestre en el sur. La estrategia, según dijeron más tarde los comandantes israelíes, era infligir el máximo daño en las zonas donde operaba Hezbolá para disuadirlo de lanzar ataques.

Pero Israel podría tener esta vez un objetivo más ambicioso: apoderarse de una zona de contención en el sur del Líbano para hacer retroceder a los combatientes de Hezbolá de la frontera. La lucha por mantener el territorio amenaza con una guerra más prolongada, aún más destructiva y desestabilizadora, que recuerda la ocupación israelí del sur del Líbano entre 1982 y 2000.

¿Cuál sería el impacto de una guerra total?

El temor es que una nueva guerra pueda ser incluso peor que la de 2006, que fue lo suficientemente traumática para ambos bandos como para servir como elemento disuasorio desde entonces.

Los combates acabaron con la vida de cientos de combatientes de Hezbolá y de unos mil 100 civiles libaneses, y dejaron en ruinas amplias zonas del sur e incluso de Beirut. Más de 120 soldados israelíes murieron y cientos resultaron heridos. Los misiles de Hezbolá contra ciudades israelíes mataron a decenas de civiles.

Israel estima que Hezbolá posee actualmente unos 150 mil cohetes y misiles, algunos de ellos guiados con precisión, lo que pone a todo el país a su alcance. Israel ha reforzado sus defensas aéreas, pero no está claro si podrá defenderse de los intensos bombardeos de una nueva guerra.

Israel ha prometido que podría convertir todo el sur del Líbano en una zona de batalla, alegando que Hezbolá ha emplazado cohetes, armas y fuerzas a lo largo de la frontera. Y en la retórica intensificada de los últimos meses, los políticos israelíes han hablado de infligir el mismo daño en el Líbano que el que los militares han causado en Gaza.