SALUD MENTAL

Claves para controlar el enojo

¿TE SUENA FAMILIAR?

Estás de buen humor, todo va bien de camino al trabajo, pero en cuestión de minutos, un conductor imprudente, a toda velocidad, se te atraviesa y encima toca el claxon y te hace una seña obscena.

  • Sientes como un incendio que sube de pies a cabeza, no te reconoces y tu furia se dispara por la indignación. Le devuelves el claxonazo, tu cuerpo se tensa. Aceleras y comienzas a seguir al conductor agresivo.

¡Detente. Sólo detente!

  • El enojo ha tomado el control. Antes de convertirte en la próxima estadística de la furia al volante, piensa en cómo puedes manejar mejor estas emociones tan intensas.
  • No importa qué lo desencadene, el enojo es una emoción universal y fundamental en los seres humanos. A menudo surge cuando sentimos que han violado nuestra dignidad, explica William Orme, psicólogo del Hospital Houston Methodist. La clave está en cómo respondemos y esto es algo que podemos aprender a controlar.

UBICA LOS EXTREMOS

El enojo se manifiesta en un espectro. En el extremo más bajo, puede ser una ligera frustración, sentirte molesto o irritado. En el extremo más alto, puede ser una furia incontrolable.

  • “Puede que hayas crecido en una familia donde te enseñaron que estar enojado es malo y que deberías mejorar tu actitud”, describe Orme. Así que reprimes tu enojo y lo dejas acumularse, como una olla express a fuego lento. O tal vez creciste en un entorno de enojo destructivo, donde quienes te rodeaban reaccionaban impulsivamente y a veces con violencia.

Nuestros propios cuerpos tampoco ayudan. El enojo nos prepara físicamente para la batalla:

  • Pone al cuerpo en alerta máxima
  • El corazón late más rápido
  • Nuestra presión arterial se dispara
  • El cerebro pensante se puede apagar

“Una emoción fuerte desbanca nuestra capacidad de razonar”, dice Orme.

A menudo, se necesita muy poco para encender la mecha del enojo:

  • Un ser querido dice algo que consideramos insensible, ofensivo o hiriente
  • Recibimos una crítica
  • Un amigo no responde de inmediato a nuestro mensaje
  • Nos interrumpen mientras hablamos
  • Alguien invade nuestro espacio personal
  • Existen tantas reacciones y percepciones a estas ofensas como personas. Lo que una persona olvida de inmediato, otra puede rumiar durante horas o días.
  • En algún punto del espectro, apunta Orme, deberíamos preguntarnos qué está pasando. “¿Esta emoción me está indicando que debo tomar alguna acción?”, sugiere. “Podemos reflexionar sobre estas experiencias antes de que se acumulen.”

TRES CLAVES DE CONTROL

Ya sea que reprimamos nuestro enojo o reaccionemos con él, simplemente reconocer cómo nos sentimos nos da la oportunidad de pausar, pensar y prestar atención a las señales de nuestro cuerpo.

  • Pero, ¿Cómo detenemos un tren descontrolado? La mejor estrategia es presionar el botón de pausa:

1. Respira profundamente

  • Cuenta hasta 10; inhala por la nariz y exhala por la boca con calma.

2. Distráete

  • Bebe un vaso de agua o prepárate una taza de té; haz una lista de compras; riega tus plantas; sal a caminar; si estás manejando, reduce la velocidad; haz algo que calme tu emoción inicial.

3. Reflexiona

  • Imagina que están grabando tu enojo en secreto. ¿Qué tan mal se vería si lo vieras?
  • Esto no significa ignorar o reprimir el enojo. Reconocerlo es el primer paso para manejarlo, dice. El enojo reactivo puede hacer que te sientas avergonzado o culpable por no haber controlado tus emociones.
  • “Podrías empezar a evitar situaciones que te hagan enojar, y esto puede llevarte a aislarte y desconectarte de las cosas que te importan”, comenta Orme.
  • Por otro lado, hay quienes no son conscientes de sus emociones y reprimen su enojo, lo que puede llevar a ansiedad o incluso depresión. “Ese tipo de personalidad necesita darse permiso para sentir la emoción y evitar ser pisoteada o aprovechada”, señala el especialista. Es importante validar esa emoción y decidir cómo manejarla.

BUSCA AYUDA SI...

A veces, hablar con un buen amigo o un familiar de confianza puede ayudarnos a superar un episodio de enojo. Preguntas como estas pueden ayudarte a poner tu enojo en perspectiva:

  • “Oye, ¿qué harías en esta situación?”
  • “¿Estoy exagerando o sacando esto de contexto?”
  • “¿Debo disculparme yo o debería hacerlo la otra persona?”

“Abrir tu mente a la perspectiva de otra persona puede ser muy útil”, aconseja Orme.

  • Sin embargo, hay momentos en que el enojo requiere asesoría externa. Si explotas constantemente con quienes amas, el enojo puede dañar permanentemente tus relaciones, haciéndolas cada vez más difíciles de reparar.
  • De manera similar, si el enojo no resuelto o explosivo te lleva a recurrir a mecanismos de afrontamiento como el alcohol o las drogas, es primordial buscar ayuda profesional de inmediato.

Fuente: William Orme, psicólogo del Hospital Houston Methodist.

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