Ana Lorena Elorduy

El 19 de abril pasado, Ana Lorena Elorduy entró al quirófano para someterse a una operación en el cerebro, y, aunque tuvo mucho miedo, decidió enfrentar el reto para tener una mejor calidad de vida tanto para ella como sus hijas, Julia y Luciana, y su esposo, Christopher Delgado.

Es por eso que a seis meses de la cirugía, la actriz Ana Lorena Elorduy compartió cómo fue su proceso desde el momento en el que inició con problemas de salud por epilepsia hasta su sanación.

“Cuando mi hija mayor tenía 1 año de edad, hace aproximadamente cuatro, me desperté de la nada en la noche, con demasiada taquicardia y no sabía dónde estaba; fui al cuarto de mis papás y no los vi, aunque desde un día anterior yo sabía perfectamente que fueron a Cuernavaca. Les marqué y me dijeron que seguramente tuve un episodio de sonambulismo”, contó Ana Lorena Elorduy.

“A las dos semanas, me volvió a pasar lo mismo y mi mamá notó que tenía disociación de las palabras, por ejemplo, ella me decía: ‘agarra una mamila’ y yo tomaba el chupón; entonces, me llevaron al neurólogo y resultó que tenía epilepsia”.

Ana Lorena Elorduy confiesa que no creyó en el diagnóstico, pues no padeció convulsiones, por lo que dejó de tomarse el tratamiento, pero, tiempo después, durante un viaje con sus amigas, tuvo la primera, también con desorientación en tiempo y espacio, lo cual se volvió una constante en las crisis posteriores.

Ana Lorena Elorduy

Tras ese suceso, regresó con su médico, le hicieron distintos estudios y controlaron la epilepsia, hasta que llegó la pandemia.

“Con el Covid-19, mi condición empeoró; como seguía con medicinas, ya no me daban convulsiones físicas, solamente tenía ausencias, pero mucho más frecuentes”, dijo Ana Lorena Elorduy.

“Aprendí a identificar mi cuerpo, de repente, estaba sentada y sentía que veía una crisis, entonces, podía avisar, pero cuando terminaba, siempre preguntaba dónde estaba Julia, Chris o mi mamá. Después de ese lapso en el que no entendía nada, me daba ansiedad”.

Estos incidentes empezaron a presentarse diariamente, por lo que acudió con otro doctor, quien le hizo una tomografía y encontró la causa del padecimiento: un cavernoma en el lóbulo frontotemporal derecho, el cual era un tumor benigno.

“Horacio Sentíes, quien es mi neurólogo, me comentó que eso era operable y había un 90 por ciento de probabilidades de parar con esos eventos; me puso en contacto con los cirujanos Mario Alonso Vanegas y Eduardo Quintero y se hizo un gran equipo”, explicó Ana Lorena Elorduy.

Mucha gente cree que la epilepsia no se puede quitar, pero con el estudio que me hicieron a mí, pueden ver exactamente en qué área está la convulsión eléctrica y, dependiendo de la zona, ven si es operable”.

CAMINO AL CAMBIO

Ana Lorena asegura que lo que más le funcionó para atravesar su operación con tranquilidad fue entrar con buena actitud.

Una vez que Ana Lorena Elorduy platicó con los especialistas y tuvo los análisis pertinentes, confirmó que podían curar su epilepsia, sólo era cuestión de que decidiera una fecha para hacerlo.

“Únicamente necesitaba un tiempo para asimilarlo porque te abren la piel, entran al cráneo y luego al cerebro; no es cualquier cirugía. Además, estaba recién casada, así que pensé que primero debía instalarme bien en mi casa y que Julia estuviera totalmente adaptada, lo cual podía tardar unos meses”, explicó Ana Lorena Elorduy.

La joven de 32 años y el director general de Grupo Class Media estaban en la espera de un bebé, sin embargo, poco antes de su boda, lo perdieron y los cambios hormonales detonaron que la epilepsia agudizara, por lo que debía tomar la determinación cuanto antes.

“Ya estaba lista para decir que sí, cuando recibí la noticia de que, nuevamente, estaba embarazada y, una vez más, esa transformación repercutió en mi condición. En ese periodo, Luciana fue mi compañera de malestares, pues, durante mis ausencias, ella estaba dentro de mí sintiendo esa angustia, lo cual creó un vínculo muy especial”, recordó Ana Lorena Elorduy.

Su ginecóloga estuvo en comunicación con su grupo médico para que la medicación no pusiera en riesgo la gestación, incluso, su psicóloga se unió a las conversaciones para cuidar todo su entorno y que pudiera vivir un parto adecuado.

Sin embargo, esos meses fueron compli cados para Ana Lorena Elorduy, pues al tener episodios con mucha frecuencia, necesitaba un chofer, estar siempre acompañada y, de ninguna manera, podía salir a solas con su primogénita.

Ana Lorena Elorduy

“Vivía con angustia y perdí toda mi libertad, se volvió muy frustrante porque toda mi vida he sido independiente”, platicó Ana Lorena Elorduy.

Al momento de dar a luz, aunque ella quería un nacimiento natural, le practicaron una cesárea, pues al pujar, la sangre se le iría a la cabeza y podría tener complicaciones.

“Cuando nació mi bebé, tuve un rasgado de arteria uterina, perdí muchísima sangre y viví la convulsión más fuerte de todas. Al despertar, me espanté al verme en el hospital, traté de arrancarme los cables, empecé a llorar y mis familiares me tranquilizaron”, declaró Ana Lorena Elorduy.

Una vez que llegó a su casa, junto a su pequeña, su realidad no mejoró, ya que debía estar en todo momento junto a la enfermera, no podía bañar a a la recién nacida, ni darle de comer a solas, lo cual no permitía intimidad entre madre e hija, por lo tanto, al poco tiempo, tomó la decisión de operarse.

Christopher Delgado llevó a su hija, Luciana, al hospital para visitar a su mamá.

“Mi niña estaba a punto de cumplir tres meses, acababa de salir del parto y estaba lactando, pero me hicieron estudios y me dieron luz verde para entrar a quirófano. En una semana leí muchos libros para no tener miedo, tomé terapia, pero a veces pensaba: ‘¿y si no salgo ni las vuelvo a ver?’”, expresó Ana Lorena Elorduy.

 “Despedirme de ellas antes de la intervención, fue de las cosas más difíciles que me han tocado, pues, al final, eso lo hacía por las niñas, porque necesitaban una mamá sana, con energía y que las pueda cuidar”.

Tras ocho horas de cirugía, Ana Lorena Elorduy salió sin el tumor y con una nueva vida por deante y, aunque ahora sigue con medicamentos para la epilepsia, en un año podrá dejar de tomarlos y recuperar toda la libertad que tanto extraña.

“Me hice un electroencefalograma en el que mis ondas cerebrales salieron normales, en seis meses volveré a realizarlo. Poco a poco, empezaré a manejar o hacer otras cosas cotidianas para volver a la normalidad, pero ya puedo estar con mis nenas y hacerme cargo de ellas, lo cual me cambió todo”, añadió Ana Lorena Elorduy.

 Ahora, planea regresar a los proyectos de actuación, los cuales tuvo que dejar en pausa para atender su salud y, sobre todo, disfrutar de sus seres queridos.

Fue una cirugía muy complicada, pero mis médicos lo hicieron impecable, ni siquiera quedó cicatriz. Me cambió la calidad de vida al 200 por ciento; de lo único que me arrepiento es de no haberla hecho antes".

TOMA NOTA

Ana Lorena Elorduy comparte algunos tips que a ella le funcionaron en sus episodios por epilepsia.

  • Es importante aprender a conocerte para que, cuando sepas que algo te va a pasar, te dé tiempo de avisarle a las personas a tu alrededor.
  • En su celular tenía su ficha médica y tipo de sangre, también llevaba consigo una pulsera con todos sus datos y enfermedad, por si le daba una convulsión sin compañía.
  • Es necesario normalizar esta condición, hablar de ella y explicarle a las personas lo que pueden hacer cuando alguien entre en crisis para que puedan apoyar.

SUS MOTORES

Para Ana Lorena Elorduy, sus hijas y esposo fueron su mayor impulso para salir adelante durante todo el proceso de sanación.

Su esposo, Christopher Delgado, ha sido su apoyo en cada desafío.
Sus hijas, Julia y Luciana, son su gran motivación.
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