SE ACABAN APOYOS Y AÚN NO SANAN

A cinco meses de la caída del escenario en un mitin de MC, aún hay quienes no han sanado de sus lesiones y los apoyos que recibieron ya se les agotaron.

Tratan de recuperar movilidad... y la calma

Hace cinco meses, Benita Vargas y su esposo Fernando Leija estaban en camas de hospital, uno a lado del otro, sin poder moverse.

Ahora, luego de varias cirugías y terapias, ya pueden dar sus primeros pasos, pero todavía recuerdan con tristeza el 22 de mayo.

Después de la tragedia en el campo de beisbol municipal, la vida les cambió, pero han luchado para tratar de recuperarla.

“Yo soy bien chillona, yo platico y lloro, aparte que no me puedo todavía reponer, porque yo sí vi todo, mi viejo no vio nada, pero yo sí vi todo”, lamentó Benita.

“Todavía me da miedo salir a la calle, de que me vaya a tropezar, que me vaya a caer”.

Entre semana acuden a sus terapias físicas, que reciben de manera particular, y que les ha ayudado a avanzar en su recuperación.

“Yo ya empiezo a salir con mis amigas otra vez, no podré trabajar, porque no voy a poder trabajar ya, pero sí andar con mis amigas”, dijo Benita.

Aunque ha ido “chuequeando” con ellas, al menos ya puede caminar.

“A mí me dijeron que podría llevar hasta un año la recuperación”, agregó.

Fernando apenas empieza otra vez a manejar, poco a poco ha trabajado en terapia para recuperar la movilidad.

“Gracias a Dios, le soy sincero, yo ya me salgo”, dijo Fernando, “yo ya me salgo de aquí de la casa, con cuidado, pero ya me salgo, mucho mejor de lo que estábamos.

“Sí se cansa uno, ya no es lo mismo que traiga uno los fierros y lo que trae, se afloja uno y se cansa”.

El día de la tragedia, al ver caer el escenario, la pareja intentó correr, pero por el lodo que había en el parque acabaron en el suelo y la estampida los aplastó.

Benita sufrió fracturas en la cadera, un hombro y una rodilla. Fernando acabó con fracturas de columna, tibia, peroné y clavícula.

Vive de una pensión y debe pagar terapias

Recostada en su cama, Antonia Chávez pregunta si recordar y platicar lo que vivió en el mitin de MC le ayudará en algo, porque el dinero ya se le acabó y ella sigue sin recuperarse.

La noche del 22 de mayo, al caer el escenario, la mujer de 63 años quedó atrapada entre los tubos que cayeron sobre su espalda.

Tuvo fracturas en vértebras, que por su condición de osteoporosis no pudieron ser operadas en la Hospital 21 del IMSS, a donde fue trasladada aquella noche.

Cinco meses después del accidente, el clima lluvioso intensifica sus dolores, y lo único que le da alivio son las terapias que ella paga y que recibe en una alberca.

“Por ejemplo, ahorita, que ya están anunciando lluvias te das cuenta sin que lo anuncien, porque te empieza a doler, dices: ‘va a llover’”, dijo Chávez.

Durante años trabajó como empleada doméstica en casas de San Pedro, y tras el accidente perdió su fuente de ingresos, pues no ha podido regresar.

Sobrevive con la pensión del IMSS que le dejó su marido fallecido hace tres años, que trabajaba como guardia de seguridad.

“Sí nos ayudó con algo el gobierno, pero digo, al fin de cuentas, él debe de ver que nosotros estuvimos ahí apoyando ¿verdad?”, dijo la mujer.

“Y con eso que nos dio (ayuda), durará unos dos meses, porque yo creo que para la que es ama de casa o el que es el papá del hogar, sabe lo que se gasta en mandado”.

En el cuarto de su casa, en la Colonia El Obispo, Chávez recuerda que ese día estrenó unos tenis para acudir al evento emecista.

Cuando colapsó el escenario alguien le ayudó a salir de los tubos que le cayeron encima y regresó caminando a su casa con la columna fracturada. Fue hasta después que la llevaron al Hospital 21.

“¿Tú crees que si hubiéramos sabido qué iba a pasar, íbamos a ir? Nadie nos esperábamos eso, nadie esperábamos que nos fuera a pasar ese accidente”.

Se le agota el dinero y le falta una cirugía

El hospital fue una pesadilla, recuerda Virginia Salazar Torres, “Vicky”, sentada sobre el sillón en la sala de su casa, pero a cinco meses del trágico accidente en el mitin de MC, asegura que ya superó bastantes cosas.

Durante dos meses alucinó y perdió la cuenta de cuántas cirugías le hicieron los médicos por las fracturas de clavícula, pierna y la fisura de pulmón que sufrió la noche del 22 de mayo.

No supo cómo fue que una ambulancia la trasladó al Hospital San José, donde la atendieron a lado de los candidatos emecistas que también llegaron ahí.

“Cuando yo llego me dice el doctor ¿sabe en qué hospital está?”

“A mí me dijeron: la vamos a llevar al hospital más cercano, no sé qué hospital es”, le respondió “Vicky”.

“¿Con qué va a pagar?”, dijo Salazar que le cuestionó el médico.

“¿Pero sabe qué hospital es?”, le insistían, a lo que ella replicó: “No, pues no”.

“¡Pues es el (Hospital) San José!”, le anunció el personal del centro médico.

“Vicky” recordó que durante el siniestro corrió, pero un tubo la alcanzó y la tiró, pero pudo agarrar a una militar, a quien le pidió que la sacara de ahí. Y así fue como llegó al San José.

Sufrió múltiples fracturas en la pierna y perdió la piel que recubría esa extremidad. Durante la cirugía, los médicos le retiraron lodo, piedras y hasta pasto.

Sin embargo, desarrolló una infección por un hongo que se extendió por todo su cuerpo y la mantuvo dos meses internada.

“Yo sentía que aullaba de dolor”, contó, “me sacaron de esa pierna piedras, lodo, zacate, hierba, de todo dicen los doctores”.

Aunque el Estado pagó su cuenta en el San José y le dio una tarjeta de los 100 mil pesos, el dinero ya se le agotó y tiene pendiente una cirugía para retirarle el fijador que le colocaron en una pierna.

Su hija, Ana Quiroz, agradeció la atención a su mamá, pero pide que no dejen de darle el tratamiento restante.

“Ya le mandé a la Secretaria (de Salud) Alma Rosa el caso, y le dije, en el IMSS me dicen que hasta que vaya sin fijador.

“Después de la operación no sé qué vaya a requerir, no sé qué venga ya ahorita”.