Por eso, hace varios años la bailarina y coreógrafa Montserrat Martínez ideó en su tesis de titulación en Estudios del Movimiento una metodología que pone al centro las emociones y el desarrollo personal de los bailarines a través del cuidado. Con ella sus estudiantes en la academia y compañía DanzaAM ganó varias medallas de oro en la competencia Prix de la Danse Luisa Díaz en Ciudad de México.
La coreografía Afecto Natural fue la pieza ganadora, una síntesis de todo lo que Martínez ha aprendido sobre la enseñanza. Este es un proyecto apoyado por el Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales del INBAL en su más reciente convocatoria para Creadores Escénicos 2023.
“Esa puesta en escena fue todo un proceso de investigación. Hemos trabajado en varios talleres todo el año para que los chicos se fueran adentrando en la pieza y sus consignas”, explica la profesora de danza.
“A la competencia no llegamos con expectativas, hemos ensayado mucho pero en realidad íbamos a probar el avance técnico de los chicos. Los resultados superaron nuestras expectativas”.
Saúl Alfaro ganó tres medallas de oro, una medalla de oro en clásico, una en jazz y una en concurso coreográfico. Yamilé Méndez ganó una medalla de oro en danza clásica y en con Afecto natural se llevó tres medallas de oro, Natalia Ávalos se llevó dos medallas de bronce en ballet clásico y en contemporáneo Arist Márquez se llevó una medalla de bronce con esa coreografía, una medalla de oro en jazz y otra en repertorio clásico. Fernanda Tenorio y Arturo Alcalá con Afecto Natural ganaron también una medalla de oro.
Los resultados de esta competencia y la estancia de varios de sus estudiantes en compañías internacionales en Estados Unidos y Europa demuestran que los cuidados son, de hecho, la clave más allá del tormento y el escrutinio de los cuerpos de los bailarines.
Alumnos como Aylin Contreras en el Royal Winnipeg Ballet, Dafne Torres en el San Diego Ballet, Diego Macías en el Fred Olsen Cruise line y Johana Gracias en el Joffrey Ballet en Estados Unidos.
Karla Munguía está en el Opus ballet de Italia y Andrea Álvirez en el África Guzmán Dance Project de España
Si bien en la academia respetan la disciplina y la tradición, la personalidad, la individualidad, el cuerpo diverso y el desarrollo técnico de cada bailarín también son grandes factores en su preparación.
“Muchos chicos llegan aquí muy fracturados, con lesiones emocionales de otras academias que les hacen pensar que no pueden bailar, que están gordas, que no son buenos. A veces llegan ask siendo niños pero también llegan jóvenes que tenemos reconstruir desde cero, desde la raíz, con ayuda terapéutica constante para entender que sí, no son perfectos, no tienen el físico que se espera en el estereotipo, pero tienen talento, son apasionados y son capaces de un entrenamiento que los lleve a su mejor nivel”, dice Martínez.
Su sueño es que sus estudiantes, bailarines que con suerte encontrarán espacios en academias profesionales de ballet en el mundo sean la germinación de este cambio estructural con sus propios compañeros y alumnos en el futuro.
Ella misma tuvo que renunciar a las compañías en las que trabajaba al darse cuenta que los comentarios no solicitados y la extenuación de los cuerpos de los bailarines eran una violencia aceptada en el entorno.
En DanzaAM Kimberly Zermeño psicóloga deportiva especializada en danza, atiende a los bailarines continuamente.
“Queríamos que fuera un proceso más como de cobijo, de acompañamiento, ayudarles a que ellos mismos pudieran restaurarse para luego entonces comenzar con el proceso coreográfico. Todo eso hoy se ve plasmado en la escena para que puedan hacer esa conexión entre su cuerpo, su alma y su espíritu y que puedan entregar eso al público”.
Con esta medallas, DanzaAM obtuvo el pase a las finales del Global Dance Open 2025 en Inglaterra que se realizará el próximo año, en julio.
Mientras tanto este domingo en el Teatro Alarife Martín Casillas, los bailarines presentarán la pieza por primera vez al público en una sola función gratuita a las 13:00 horas.
Información: Alejandra Carrillo
Fotos: Emilio de la Cruz
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