El legado de la diseñadora Amparín Serrano, (q.e.p.d) fue recordado a través del altar muertos “Espejos, una ofrenda de Color y Memoria”, en un museo del Centro de la Ciudad de México.
Mi mamá sigue viva por todos lados, en la gente que la conoció y aquellos en quienes produce emociones”.
El altar de muertos, el cual montó el Patronato del Antiguo Colegio de san ldelfonso, A.C., en colaboración con la Fundación Amparo Serrano, A.C., también rindió tributo a otros benefactores del recinto histórico.
La familia de Amparín Serrano, al igual que amigos e integrantes de las asociaciones estuvieron presentes en un recorrido especial por el altar de muertos, el cual estuvo lleno de remembranzas y tradición, además de que fue guiado por la curadora Cristina Faesler.
“Tengo sentimientos encontrados, me da mucho orgullo lo que logró mi hija porque no son tantos los que están en este centro cultural y eso me emociona demasiado; además, lo que hicieron quedó precioso gracias a sus figuras y obra”, platicó Amparo spinosa, madre de Amparín Serrano.
Lo que siento al ver esto es que se conjugan la tristeza, felicidad y orgullo”.
Durante la velada, los invitados profundizaron sobre la trascendencia de Amparín Serrano y lo representativo que fue que conmemoraran su nombre, luego de poco más de dos años de su sensible fallecimiento.
“Fue una mujer que rompió paradigmas, siempre siguió un camino muy original, el cual la convirtió en una referencia del diseño mexicano”, opinó Julio Serrano, presidente del Patronato organizador.
“Ella tenía una parte comercial con la que logró hacer una empresa que traspasó fronteras, e, igualmente, transformó la imagen de la Virgen; eso es algo que todos conocen, sus dos facetas y creo que en este espacio resaltan”.
Es un reconocimiento muy merecido para mi hermana, la quería muchísimo y era una mujer talentosa”.
Asimismo, entre calaveras, flores de cempasúchil, panes de muerto y otros elementos mexicanos, los asistentes hablaron sobre la relevancia de esta tradición en el País, así como la importancia del altar de muertos para recordar a la familia que se adelantó en el camino.
“He visto muchos altares, pero éste es muy especial, aquí también está presente mi hijo y amigas queridas, como Doris Beckmann”, mencionó Rosa María Losada, madre de José lverde, (q.e.p.d.), “les quedó maravilloso y me encanta la alegría que tiene con la vida y muerte, pues, en realidad, nuestro fin es estar aquí y después trascender”.
Quisimos poner lo que me parece que acompañó la vida de Amparín, aquello que la divirtió y le dio gusto”.
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