Un hospital del ISSSTE y un cine abandonados muestran el deterioro de la Unidad Habitacional Tlatelolco, que este jueves 21 de noviembre cumple 60 años.
Rodeado por un tapial de láminas, con vidrios rotos en las ventanas y grafiti en los muros, el edificio de lo que fue el Hospital General del ISSSTE Gonzalo Castañeda está vacío desde 2012.
“Se encuentran en trámite opiniones para obtener la autorización para la demolición y reconstrucción del Hospital”, indica un documento del Gobierno federal de 2018.
DETERIORO
A 200 metros, sobre el Eje 2 Norte Manuel González, también en desuso yace la estructura del alguna vez Cine Tlatelolco, que en agosto de 2012 fue transferido al Sistema de Transporte Colectivo por situarse junto a la estación del Metro. El edificio actualmente tiene el carácter de inmueble dañado.
“Después iban a construir una plaza comercial, que nunca se hizo, hace cinco meses quisieron hacer un concierto adentro del cascarón, vinieron y lo suspendieron, parece que se va a derrumbar, pero así se meten a drogarse, a dormir”, comentó el vecino Raúl Avelar.
Ambos inmuebles fueron parte de la modernidad con la que en 1964 fue presentada la Unidad Tlatelolco.
Esta semana, los habitantes de una de las tres secciones que conforman el complejo multifamiliar protestaron por la falta de agua que aqueja a la zona.
Una plaga de roedores fue reportada por los vecinos a la Dirección Territorial de la Alcaldía Cuauhtémoc a principios de este año.
“Dejaron de recoger la basura que la gente deposita en los “hongos” que están afuera de todos los edificios y hay muchísimas ratas, que ni todos los gatos que hay han controlado”, resaltó la vecina Claudia Martínez.
LOS CONTRASTES
Para el colono Hugo Milanés, los alrededores de Tlatelolco se renuevan con la construcción de edificios habitacionales y plazas comerciales sobre Manuel González y Flores Magón, en las colonias San Simón y Guerrero.
“Aquí la unidad envejece igual que la mayor parte de sus habitantes, tenemos todos los servicios cerca, transporte, tiendas, comedores y lo que más falla son los elevadores, por apagones o porque se descomponen”, detalló.
En la explanada afuera del Metro, el andador peatonal se inclinó, se fracturó y en las banquetas las losetas se han despegado, lo que dificulta el traslado de adultos mayores.
“El problema es que los vecinos no quieren pagar las cuotas, sólo en los edificios que alquilan sus locales abajo tienen dinero para arreglar rápido los elevadores”, mencionó Milanés.
En reuniones con la directora territorial Elisa Mejía, representantes de la Comisión de Participación Comunitaria (Copaco) le pidieron mejorar el mantenimiento a las celdas de cimentación, que son parte de la estructura que sostiene los edificios.
La zona está marcada por el colapso de la Torre Nuevo León durante el sismo de 1985.
Para evitar que las celdas se humedezcan con las filtraciones de agua, personal de la Alcaldía las seca de forma manual; sin embargo, sólo se cuenta con una cuadrilla con dos personas cada una, explicó personal a los vecinos.
Un estudio del Programa Universitario de Estudios de la Ciudad (PUEC) de la UNAM señaló que entre los adultos mayores, afectados por la falta de agua, sobresalen muchas personas sin familia.
“Uno de los adultos mayores, acostumbrado a la escasez de agua y reconociendo que sus problemas de espalda no le dejan cargar cosas pesadas, había ideado conseguir cientos de botellas de agua de al menos un litro y rellenarlas”, citó el estudio.