Los alemanes votaron el domingo a favor de un cambio de liderazgo, otorgando la mayoría de los votos en una elección parlamentaria a los conservadores centristas, con la extrema derecha en segundo lugar, y reprendiendo al Gobierno izquierdista del país por su manejo de la economía y la migración.
Los primeros resultados y las encuestas a la salida de las urnas indican casi con certeza que el próximo canciller del país será Friedrich Merz, líder de los demócrata-cristianos. Pero necesitará al menos uno o dos socios de coalición para gobernar, una posibilidad que los alemanes esperaban evitar.
“Hemos ganado”, dijo Merz a sus partidarios en Berlín el domingo por la noche, prometiendo formar rápidamente una mayoría parlamentaria para gobernar el país y restaurar un fuerte liderazgo alemán en Europa.

Las elecciones, que se celebraron siete meses antes de lo previsto tras el colapso de la impopular y problemática coalición tripartita del Canciller Olaf Scholz, se convertirán ahora en una parte esencial de la respuesta europea al nuevo orden mundial del Presidente Donald Trump. Atrajeron lo que pareció ser la mayor participación electoral en décadas.
Merz, de 69 años, ha prometido tomar medidas enérgicas contra los migrantes y reducir los impuestos y las regulaciones comerciales en un intento de impulsar el crecimiento económico. También prometió implementar una política exterior más firme para ayudar a Ucrania y un liderazgo más fuerte en Europa en un momento en que la nueva Administración Trump ha sembrado ansiedad al alterar las alianzas tradicionales y abrazar a Rusia.
Merz, un hombre de negocios, fue visto en un momento como un posible mejor socio para Trump, pero en los últimos días de la campaña reflexionó sobre si Estados Unidos seguiría siendo una democracia bajo su gobierno. Condenó enérgicamente lo que los alemanes consideraron una intromisión de los funcionarios de la Administración Trump en nombre del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD).
“Mi prioridad principal será fortalecer Europa lo más rápido posible para que podamos lograr gradualmente una independencia real de los Estados Unidos”, dijo Merz en una mesa redonda televisada después del cierre de las urnas.
“Nunca hubiera pensado que diría algo así en la televisión, pero después de los comentarios de Donald Trump de la semana pasada, está claro que esta Administración es en gran medida indiferente al destino de Europa, o al menos a esta parte de ella”.
La primera oleada de resultados y encuestas a la salida de las urnas indicaba que los Demócratas Cristianos y su partido hermano, la Unión Social Cristiana, obtendrían en conjunto un 29 por ciento de los votos. Se trataba de un porcentaje históricamente bajo para el principal partido en unas elecciones alemanas, y el segundo resultado más bajo jamás obtenido por el partido de Merz en unas elecciones a Canciller.
Ambos son signos de las crecientes fisuras en la política del país y de las debilidades de los principales partidos centristas que han gobernado Alemania durante décadas.
El domingo por la noche hubo un gran suspenso sobre la coalición que Merz podría reunir, pero claramente esperaba una repetición de las administraciones centristas que mandaron en Alemania durante gran parte del gobierno de 16 años de la ex Canciller Angela Merkel: los demócratas cristianos a la cabeza, con los socialdemócratas como único socio menor.

No estaba claro si eso sería posible. La Alianza Sahra Wagenknecht, que es una escisión pro-Rusia de la vieja izquierda alemana, rondaba el 5 por ciento de apoyo necesario para entrar en el parlamento. Si supera el umbral, su presencia podría obligar a Merz a formar una coalición tripartita con dos partidos relativamente liberales. Otro partido más alineado ideológicamente con Merz, los Demócratas Libres pro-empresariales, parecía probable que cayera por debajo del 5 por ciento y no alcanzara el objetivo.
El escenario tripartidario podría significar la repetición de un Gobierno potencialmente difícil de manejar e inestable para Alemania, reconfigurado, pero con algunas de las mismas vulnerabilidades del que colapsó recientemente.
La complicación surge porque Merz ha prometido nunca aliarse con el segundo lugar, el AfD, que suele coquetear con los lemas nazis y cuyos miembros han minimizado el Holocausto y han sido vinculados a complots para derrocar al Gobierno. Pero los resultados mostraron que el AfD es una fuerza creciente en la política alemana, incluso si no estuvo a la altura de sus ambiciones en estas elecciones.

AfD duplicó su porcentaje de votos respecto de hace cuatro años, en gran medida apelando a los votantes molestos por los millones de refugiados que ingresaron al país en la última década desde Oriente Medio, Afganistán, Ucrania y otros lugares. En la ex Alemania del Este, quedó en primer lugar.
Sin embargo, su porcentaje de votos pareció no alcanzar el nivel de apoyo que obtuvo en las encuestas de hace un año. Muchos analistas esperaban un resultado más sólido, después de una serie de acontecimientos que elevaron al partido y su tema principal.
La AfD recibió el apoyo público del Vicepresidente JD Vance y del multimillonario asesor de Trump Elon Musk. Intentó sacar réditos políticos de una serie de ataques mortales cometidos por migrantes en los últimos meses, incluso en los últimos días de la campaña.

Pero ese beneficio nunca se materializó. La reacción a los recientes ataques y el apoyo de los funcionarios de Trump pueden haber incluso movilizado una oleada tardía de apoyo a Die Linke, el partido de extrema izquierda de Alemania, que hizo campaña con una plataforma pro migración, sugirieron algunos votantes en entrevistas el domingo.
A pesar de todo ese movimiento, el socio de coalición más probable para Merz parece ser el que los analistas han predicho durante meses: los socialdemócratas de centroizquierda de Scholz, a pesar de que experimentaron una pronunciada caída en su apoyo respecto de hace cuatro años.
El único otro socio posible sería el Partido Verde, que parecía encaminado al cuarto puesto en la votación. Las negociaciones con los posibles socios comenzaron poco después del cierre de las urnas el domingo.