Como el crimen organizado, los sindicatos tomaron el camino de las armas de alto poder para el control de territorios y la conquista de otros.

El pasado 24 de agosto decenas de hombres armados, en camionetas, y otros con palos, a bordo de camiones, llegaron a Zimapán, Hidalgo, para “convencer” a los trabajadores de las minas que operan en ese municipio a afiliarse al Sindicato del Cemento.

Aparte, los zimapenses narran a REFORMA que el líder del Sindicato del Cemento, José Neri Ortega Blancas, llegó a Zimapán en un helicóptero rojo y, en otro helicóptero negro, arribó José Oliver Labra Espino, representante de ese gremio en Zimapán.

En un video proporcionado por los pobladores, se observa a por lo menos a dos sujetos con armas largas alrededor de un Bell 407 color rojo, del que, aseguran, bajó Ortega Blancas.

Aparte, por tierra llegaron decenas de camionetas con decenas de gente armada.

La llegada de los líderes a ese municipio, ubicado a 123 kilómetros de Pachuca, fue en inicio una “cortesía”.

De acuerdo con testimonios, Ortega Blancas ofreció a los pobladores 200 mil pesos y una obra para la comunidad a cambio de que se unan al Sindicato del Cemento.

Los habitantes, dedicados en su mayoría a trabajar en las minas que operan en ese municipio y a transportar el material en camiones de volteo, se negaron a entregar sus fuentes de empleo al gremio visitante.

José Neri Ortega Blancas, líder del Sindicato del Cemento.

Los del Sindicato del Cemento, con sede en el Edomex, alquilaron avionetas para lanzar volantes a la población para convencerlos de afiliarse a esa organización de raíces priistas y dejar los gremios locales, encargados de llevar minerales de Zimapán a distintos lugares de procesamiento.

“Eran unos 40 sujetos armados, porque las combis venían repletas de personas que, pues sinceramente si se veían muy malandrines, entonces pues imagínense intimidando, no es lo correcto, el 24 de agosto es cuando empezaron a arribar con sus helicópteros y avionetas para lanzar volantes”, narra uno de los trabajadores mineros de Zimapán.

“Compañeros Zimapenses, que no te engañen, basta de pseudo sindicatos que durante años solo han servido a los intereses de las empresas y de los grupos minoritarios, ajenos a la comunidad. Muchas empresas te explotan en contubernio con esas gentes y te amenazan con quitarte el trabajo y/o cerrar fuente de empleos. ¡Basta ya de abusos!”, decía el volante lanzado desde las alturas.

El gremio mexiquense llamó a la comunidad de Zimapán a luchar por sus derechos laborales como los salarios de ley, antigüedad, IMSS, vacaciones, aguinaldo y prestaciones de ley.

La comunidad no cedió, por lo que desde ese 24 de agosto de 2024 se registró un primer enfrentamiento entre los transportistas, en el que salieron a relucir los machetes.

El conflicto escaló y, en noviembre, el Sindicato del Cemento bloqueó las minas El CarrizalLa PurísimaSago y Guadalupe, como medida de presión, y los pobladores acusaron que los mexiquenses volvieron a agredir a transportistas locales y mineros, de acuerdo a las pesquisas abiertas por este caso en la carpeta PGJH-04/SP/DGLI/UIM-I-ZIM/1983/2024.

Sólo una mina de esas genera al mes 7 millones de dólares y emplea a cerca de 800 trabajadores para la extracción de cuarzo, principalmente, lo que significa una tentación para el Sindicato del Cemento, alertan los afectados.

Con esa información y ante la negativa de afiliarse al gremio, se indicó que el Sindicato del Cemento exigió desde entonces aplicar un “derecho de paso” para cobrar a los transportistas locales que laboran en las minas el uso de carreteras o caminos.

La zozobra en el pueblo ante nuevos ataques, invasiones o bloqueos a minas permanece a la fecha.

“Ellos tienen armas, nosotros no, ya pedimos la intervención del Gobierno de Hidalgo, que iban a mandar seguridad, pero ahorita en el pueblo no hay nada (de patrullajes), hace dos semanas se plantaron en el Palacio Municipal de Zimapán a protestar en otra clara afrenta a los trabajadores de Zimapán, es un acoso que aún no termina”, advierte otro poblador.

ESCALA CONFLICTO

El Sindicato del Cemento organizó una escalada de bloqueos con el uso de 200 camiones en distintas partes de HidalgoEdomex y la CDMX para advertir que en Zimapán se violan los derechos de los trabajadores de minas.

El 19 de febrero pasado, Transportistas Unidos de Zimapán (TUZ) se volvieron a desmarcar de las protestas del Sindicato del Cemento, que cuenta con el apoyo de transportistas provenientes del Estado de México.

“Dicha agrupación sindical intentó en noviembre pasado, mediante presión, bloqueos y la presencia de hombres armados, obtener el control de los contratos para el traslado de materiales minerales en nuestro municipio, mismos que desde hace décadas han sido asignados a grupos de transportistas locales y que representan el sustento de cientos de familias en nuestro municipio; por lo que en su momento, no solo nuestro grupo de transportistas, sino la población del municipio en su conjunto, rechazó la presencia de este grupo de choque debido a sus actos violentos”, recordó TUZ en un posicionamiento.

La tensión en Zimapán es latente, reconoce un poblador.

En la localidad operan cinco minas, en las cuales laboran de manera directa unas 6 mil personas originarias de El CarrizalPurísimaSagoPreisan y Guadalupe.

“Un 80 por ciento de la población se dedica al trabajo de las minas directa e indirectamente, y estoy hablando de mineros, transportistas, los talleres mecánicos, refaccionarias, los taxis, las combis, el mercado, todo, todo se deriva de esta fuente de empleo, y estos (del Sindicato del Cemento) quieren quitarnos esta fuente de empleo, quieren acaparar Zimapán”, alerta otro zimapense.

“El Sindicato del Cemento tiene intención de acaparar los viajes de material, colocando camiones provenientes del Estado de México para transportar el mineral, dejando sin empleo a miles de personas oriundas de Zimapán, estos trabajadores y sus familias operan desde hace años en el negocio del acarreo y con la incursión de este sindicato se verán afectados significativamente en sus ingresos”, narra uno de los trabajadores del Municipio.

El Gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca, manifestó su respaldo al pueblo de Zimapán comprometiéndose a hacer lo necesario, tanto jurídica como políticamente, para que el Sindicato del Cemento no entre al Municipio en detrimento de los sindicatos locales.

La situación tiene a la localidad al borde de la violencia entre los grupos de choque y la población.

El Sindicato del Cemento negó que utilice grupos de choque y gente armada para tomar Zimapán.

Acusó a los representantes de las empresas Carrizal ManningSago y Guadalupe, así como a las organizaciones de camioneros que laboran para esas compañías, de haber iniciado una “campaña negra en contra de nuestra organización sindical, a la que acusan de manera falsa de tener grupos armados y de pretender el cierre de las minas, lo cual desmentimos de manera categórica”.

Aseguraron que “para justificar el despido que han realizado de trabajadores, para no indemnizarlos de acuerdo a como lo marca la ley, culpan a nuestros agremiados del cierre de sus minas, de lo cual no tenemos nada que ver”.

El Sindicato del Cemento organizó una escalada de bloqueos con el uso de 200 camiones en distintas partes de HidalgoEdomex y la CDMX para advertir que en Zimapán se violan los derechos de los trabajadores de minas.

El 19 de febrero pasado, Transportistas Unidos de Zimapán (TUZ) se volvieron a desmarcar de las protestas del Sindicato del Cemento, que cuenta con el apoyo de transportistas provenientes del Estado de México.

“Dicha agrupación sindical intentó en noviembre pasado, mediante presión, bloqueos y la presencia de hombres armados, obtener el control de los contratos para el traslado de materiales minerales en nuestro municipio, mismos que desde hace décadas han sido asignados a grupos de transportistas locales y que representan el sustento de cientos de familias en nuestro municipio; por lo que en su momento, no solo nuestro grupo de transportistas, sino la población del municipio en su conjunto, rechazó la presencia de este grupo de choque debido a sus actos violentos”, recordó TUZ en un posicionamiento.

La tensión en Zimapán es latente, reconoce un poblador.

En la localidad operan cinco minas, en las cuales laboran de manera directa unas 6 mil personas originarias de El CarrizalPurísimaSagoPreisan y Guadalupe.

“Un 80 por ciento de la población se dedica al trabajo de las minas directa e indirectamente, y estoy hablando de mineros, transportistas, los talleres mecánicos, refaccionarias, los taxis, las combis, el mercado, todo, todo se deriva de esta fuente de empleo, y estos (del Sindicato del Cemento) quieren quitarnos esta fuente de empleo, quieren acaparar Zimapán”, alerta otro zimapense.

“El Sindicato del Cemento tiene intención de acaparar los viajes de material, colocando camiones provenientes del Estado de México para transportar el mineral, dejando sin empleo a miles de personas oriundas de Zimapán, estos trabajadores y sus familias operan desde hace años en el negocio del acarreo y con la incursión de este sindicato se verán afectados significativamente en sus ingresos”, narra uno de los trabajadores del Municipio.

El Gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca, manifestó su respaldo al pueblo de Zimapán comprometiéndose a hacer lo necesario, tanto jurídica como políticamente, para que el Sindicato del Cemento no entre al Municipio en detrimento de los sindicatos locales.

La situación tiene a la localidad al borde de la violencia entre los grupos de choque y la población.

El Sindicato del Cemento negó que utilice grupos de choque y gente armada para tomar Zimapán.

Acusó a los representantes de las empresas Carrizal ManningSago y Guadalupe, así como a las organizaciones de camioneros que laboran para esas compañías, de haber iniciado una “campaña negra en contra de nuestra organización sindical, a la que acusan de manera falsa de tener grupos armados y de pretender el cierre de las minas, lo cual desmentimos de manera categórica”.

Aseguraron que “para justificar el despido que han realizado de trabajadores, para no indemnizarlos de acuerdo a como lo marca la ley, culpan a nuestros agremiados del cierre de sus minas, de lo cual no tenemos nada que ver”.

“Cada mina genera cerca de 150 mil dólares al día, por lo que es de extrañar por qué pagan sueldos miserables a sus trabajadores”, acusó el sindicato en un posicionamiento.

“Que paguen lo justo a sus trabajadores y que las empresas brinden prestaciones, sobre todo en materia de salud a sus empleados a los cuales abandonan cuando se enferman de los pulmones”, lanzaron.

El Sindicato del Cemento aclaró que los bloqueos responden, entre otras cosas, a una acción solidaria con el ejido de San Pedro, en Zimapán, “ante la cerrazón de los representantes de las empresas mineras a pagar a los ejidatarios lo que es justo por los abusos que han cometido en su contra”.

Los mexiquense también se lanzaron contra el Presidente Municipal de Zimapán, Hermilo Trejo (de Morena), por “no estar a las altura” para enfrentar el problema.

“Tras dialogar con el Alcalde de Zimapán, Hermilo Trejo, la misma noche de ese día (de noviembre) se decidió quitar el bloqueo a las minas, no sin antes advertirle al Presidente Municipal que tenía tres días para lograr hacer entrar en razón a los representantes de las compañías mineras para pactar un acuerdo justo con los ejidatarios y, que de no hacerlo, se volverán a bloquear esas minas de manera indefinida de manera sorpresiva.

“Por desgracia el Alcalde de Zimapán Hermilo Trejo no ha estado a las alturas para enfrentar el problema y su ineptitud es evidente; además de que es palpable que tiene intereses y compromisos con las empresas mineras a las que permite que hagan lo que quieran”, acusa el Sindicato del Cemento.

NARRAN ASEDIO

Un transportista de minerales de Zimapán cuenta a REFORMA que existen en ese poblado familias amenazadas si no aceptan la afiliación al Sindicato del Cemento.

“Ya han convencido a gente, primero con amenazas y después con dinero, si esto sigue así van a dividir al pueblo, ya se han hecho reuniones para hacerles frente en caso de que vuelvan a Zimapán, si el Gobierno no nos hace caso, nos vamos a defender solos”, advierte el poblador.

¿Así llegaron, en aeronaves y armados?

Efectivamente, desde el mes de agosto por ahí empezaron a llegar unas avionetas que empezaron a tirar volantes, en los cuales, pues venía información que decía que era el Sindicato de Cemento, que venían a apoyar a la gente por las cuestiones laborales, no sé a qué se referían, porque pues aquí las personas que trabajan en las mineras, pues siempre se les ha pagado lo justo. Entonces, las personas lo que percibimos es de que pues querían entrar con engaños, y pues luego luego se veía que había mucho dinero de por medio, de lo que ellos estaban manejando, pues ya para ocupar una avioneta para aventar este volante, imagínense cuánto no cuesta eso.

Posteriormente arribaron aquí al municipio, pues al parecer los líderes de ese sindicato en helicóptero y efectivamente venían con personas armadas, traían armas exclusivas del Ejército y pues si nos entró algo de pánico, ¿verdad? Porque aquí no es muy regular ver ese tipo de cosas.

¿Qué les dijeron?

Que el objetivo es que pretenden, hasta este momento, apoderarse del trabajo de aquí de las mineras, sí es el interés que ellos tienen y, pues la verdad, es que sí nos ha estado pegando mucho porque, pues ahí empezamos nosotros a empezar a movernos como población para evitar de que ellos, de alguna otra manera, entraran aquí a quitar el trabajo de los zimapenses.

¿Cómo fue la toma de Zimapán?

Sí. Arribaron muchísimos camiones que venían de fuera, prácticamente que no son de aquí, al parecer venían del Estado de México, empezaron a bloquear los accesos a las minas principales y pues hubo algunos compañeros que los agredieron, les quitaron sus teléfonos, no los dejaron pasar. Venían como 15 o 20 combis llenas de gente con armas, amedrentando, intimidando, prácticamente es lo que vinieron a hacer, se tornó algo muy, muy feo, nos dimos a la tarea de organizarnos más, como ciudadanos, ir a Pachuca, a que nos hicieran caso, allá con las autoridades estatales, pues las cuestiones que estábamos pasando con estas personas que quieren apoderarse de los empleos de aquí, de locales, entonces, pues imagínense llegar con armas, pues no, no es algo correcto, verdad, si quisieran ellos hacer algo bien, no, no es la manera.

¿Estaban los líderes del Sindicato del Cemento?

Había varias personas ahí de los líderes, de estos líderes. Exactamente, ahora inclusive, inclusive se manejó también, que ellos le dieron dinero a gente de aquí de Zimapán, como para empezar a juntar gente, para que estuviera del lado de ellos, imagínense.

Esto no se logró. Pues afortunadamente, fue más la mayoría de la gente que empezó a unirse, todos los zimapenses.

¿Es vigente este conflicto?

Estas personas no se han quedado contentas con esa situación de que nos fuimos a manifestarnos pacíficamente a Pachuca.

Ahora, afortunadamente, están operando actualmente cinco minas metálicas, y también hay mineras no metálicas, entonces, pues ese es el interés, que ellos vienen aquí a nuestro municipio, no tanto a defender a la gente, sino a defender sus propios bolsillos.

¿Cuántos zimapenses laboran ahí?

Un total de 6 mil personas trabajan de manera directa, entre todas las minas metálicas y no metálicas. Ahora, esas personas generan empleos indirectos, imagínese, en ese momento, cuando arribaron ellos y bloquearon los pasos a las minas, pues prácticamente cerraron el paso a nuestro trabajo, porque las mineras, en ese momento, para no exponer a sus trabajadores, decidieron cerrar de manera temporal, porque pues sí estaba muy tensa la cuestión, imagínese cómo nos iba a pegar en la economía aquí en Zimapán, prácticamente, Zimapán, dependemos de la minería, no hay otra fuente de empleo.

¿Tienen sindicatos ahí en Zimapán?

No, no son sindicatos aquí. Aquí lo que se maneja son agrupaciones. Cada agrupación tiene trabajo en diferentes minas, en diferentes áreas, ese es el motivo de que prácticamente toda esta gente ha trabajado de la mano con las empresas desde hace años. Todas las agrupaciones están integradas por ejidatarios, por vecinos de las comunidades.

¿Cuál es la principal preocupación?

La preocupación de toda la gente es que se cierren las minas en Zimapán, si se acaba, no habría economía más que de las personas que están en Estados Unidos, pero pues imagínense también cómo está la situación allá.

POLITIZAN PROTESTAS

Ante el rechazo de los trabajadores de Zimapán de afiliarse al Sindicato del Cemento, las protestas de los mexiquenses dieron un giro y acusaron que la diputada local morenista Alhely Medina Hernández protege a abusadores de niñas en ese municipio hidalguense.

Los zimapenses habían buscado el apoyo de la legisladora para evitar el ingreso del sindicato mexiquense.

La diputada defendió en un posicionamiento el que la comunidad se haya organizado para impedir extorsiones y cobros ilegales por parte del Sindicato del Cemento y recordó que, en uno de sus intentos de entrada al municipio, el grupo llegó acompañado de personas armadas que descendieron de un helicóptero para intimidar a la población.

Esto derivó en que el Sindicato del Cemento acusara a Medina Hernández de supuestamente proteger a Willy Trejo, quien sostiene desde 2022 un conflicto familiar con sus hermanas Aylen Trejo y Jaqueline Trejo, esta última madre de dos menores.

Willi Trejo es un empresario y excandidato a la alcaldía de Zimapán por Morena.

Entre el revuelo del conflicto por el control de las minas, Trejo y su esposa fueron acusadas por el abuso de sus sobrinas, un tema del que se colgó el Sindicato del Cemento para lanzarse contra el morenismo de Zimapán.

La pareja fue detenida el 8 marzo de 2023, derivado de la carpeta de investigación con número de averiguación 20-2022-00190.

Sin embargo, fueron liberados 16 de marzo del mismo año, pues la Jueza de Control Penal de Pachuca, Janett Montiel Mendoza, dictaminó que no existían pruebas suficientes para vincularlos a proceso.

Este caso detonó en una investigación por el delito de cohecho contra las hermanas de Willi, pues, de acuerdo con la carpeta de investigación 20-2022-124, ofrecieron a una perito de la Procuraduría de Hidalgo en Zimapán “retirarse de su trabajo con goce de sueldo” a cambio de que determine en su examen que las menores fueron víctimas de violación.

“Estas mismas personas, Aylen y Jaqueline Trejo , volvieron a buscarme al centro de salud de Zimapán y me ofrecen protección de parte de la diputada o Senadora, no recuerdo, de apellido Lozano”, acusó la perito.

Se indicó que luego de que la perito estatal no acreditó abuso en las menores, las hermanas acudieron con el médico cirujano José Alberto Baños Vázquez el 23 de junio de 2023 y describió en su examen ginecológico que las menores tenían un desgarre en el himen.

Sin embargo, en un análisis federal, la FGR encontró que el himen de las menores estaba íntegro y reprochó la manera de realizar el examen por parte de Baños, al tomar fotos a las menores de sus partes íntimas y exhibir deficiencias técnicas en su informe.

“Un punto a destacar es que el citado galeno no es médico especialista en medicina legal y/o forense, tiene un diplomado en Medicina Forense, pero de acuerdo a las deficiencias observadas en las técnicas utilizadas, descripción de lesiones, análisis y conclusiones, se denota que no tiene experiencia en este tipo de evaluaciones”, determinó la FGR.