
Llamémoslo el misterio de los costales blancos. Tras el descubrimiento de que se extendían sobre hectáreas de un terreno en el municipio de San Nicolás, las autoridades federales ordenaron su retiro “urgente”.
Ahora, la más reciente evidencia fotográfica sugiere que el problema es más extenso de lo que se creía.
En enero, una investigación periodística de The Guardian y Quinto Elemento Lab identificó miles de costales blancos apilados alrededor de una fábrica que recicla residuos peligrosos importados de Estados Unidos.
Con base en este hallazgo, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ordenó reubicar lo que dijo eran 30 mil toneladas de un material con “características de peligrosidad”.
Pero imágenes aéreas y fotografías de Google Street View muestran que hay al menos un sitio al aire libre, relacionado con la empresa Zinc Nacional, donde han apilado más de estos costales gigantes, que normalmente son utilizados para almacenar químicos industriales.
La Profepa dijo que hará una nueva inspección basada en los recientes hallazgos.
El tema de la importación de residuos peligrosos de Estados Unidos ha detonado discusiones en los medios de México y en Canadá en los últimos meses, cuestionando por qué sus países reciben estos desechos al tiempo que enfrentan una nueva guerra comercial instigada por la Administración del Presidente Donald Trump.
En México, la atención se ha centrado en la planta de San Nicolás, propiedad de la empresa Zinc Nacional, que recicla polvos de acería que le manda la industria siderúrgica estadounidense.
Según las últimas imágenes, la empresa ya retiró todos los costales que se encontraban allí, siguiendo la orden de Profepa.
Sin embargo, nuevas fotos muestran que también hay costales sobre casi media hectárea de terreno pero a 15 kilómetros de distancia y en las instalaciones de otra empresa llamada Meremex, en el parque industrial Ciudad Mitras, en el municipio de García.
Según los documentos consultados, Meremex es propiedad mayoritaria de Zinc Nacional, tiene dos instalaciones en ese parque, llamados Planta 1 y Planta 2, y también ha tenido autorización para reciclar residuos peligrosos.
Fotografías tomadas el miércoles con un dron, en una colaboración entre El Norte, The Guardian y Quinto Elemento Lab, muestran que hay costales gigantes apilados en el patio de Meremex Planta 2, cubiertos parcialmente con lonas azules.
Además, imágenes históricas de Google Earth y Street View muestran que otros dos terrenos en el mismo parque industrial estuvieron llenos con costales en el pasado.
Los costales tienen parecido con los que fueron encontrados en el patio de Meremex Planta 2.
La leyenda “Hecho en México por Zinc Nacional” está impresa en costales dispuestos en la plataforma de un tráiler estacionado al frente de uno de estos terrenos en el 2022.
En las imágenes a pie de calle de ese año es posible ver costales acomodados en torres de tres pisos, y algunos de éstos rotos y derramando polvos sobre el suelo. El sitio está a 600 metros del río Pesquería.
A la luz de la nueva evidencia fotográfica, la Profepa informó que inspeccionará estos sitios para determinar “de qué material se trata, para determinar si es necesario algún tipo de muestreo de suelo y si requiere remediación”.
La Profepa inicialmente dio 15 días a Zinc Nacional para retirar los costales dispuestos en el patio de unas ocho hectáreas en su planta de San Nicolás.
Las imágenes satelitales sugieren que la empresa seguía retirando costales el 14 de marzo y las fotografías del dron de esta pasado miércoles confirman que ya despejó este patio.
De acuerdo con la Profepa, Zinc Nacional le informó que estas bolsas contienen óxido de zinc, un producto final que se extrae de los residuos peligrosos y se utiliza en productos como hule y fertilizantes.
La Profepa afirma que el material en estos costales tiene “características de peligrosidad”.
La Procuraduría ordenó a la empresa que realice un muestreo del suelo y desarrolle un plan de remediación en el caso de que haya contaminación.
“Los sacos están siendo colocados en sus almacenes con piso firme de concreto armado, muros y techo de lámina de acero”, informó la dependencia.
Añadió que su investigación del caso continúa y que también está revisando las licencias de otras empresas que manejan residuos peligrosos en Nuevo León.
Estos hallazgos se originaron por una reportaje de The Guardian y Quinto Elemento Lab, publicado por El Norte el 14 de enero, que reveló que Estados Unidos exporta alrededor de 690 mil toneladas anuales de sus residuos peligrosos a México.
Especialistas en temas ambientales consideran que permitir que estos residuos atraviesen la frontera es particularmente problemático cuando terminan en lugares como México, con menos capacidad institucional para vigilar su manejo seguro.


En México, Zinc Nacional es uno de los mayores importadores de residuos peligrosos estadounidenses. La empresa recicla los polvos de acería que envían las principales siderúrgicas de Estados Unidos para recuperar zinc.
El toxicólogo Martín Soto Jiménez, de la Universidad Nacional Autónoma de México, realizó en 2023 un muestreo en las colonias en los alrededores de la planta recicladora y, según un análisis toxicológico realizado en el 2024, encontró altos niveles de plomo, cadmio y arsénico en muestras de suelo, incluso en el interior de algunas viviendas y escuelas.
En respuesta a las preguntas de las periodistas, la empresa dijo que está colaborando con las autoridades locales y federales, y atendiendo a las observaciones planteadas en las inspecciones.
“Hemos completado con éxito la remoción del 100 por ciento del material de óxido de zinc de nuestros patios de operaciones”, informó Zinc Nacional.
La empresa informó que Meremex cerró en 2023 y que “completaremos la remoción de su inventario en las próximas semanas”.
Además, Zinc Nacional dijo tener “serias preocupaciones sobre el rigor metodológico y la confiabilidad del estudio” realizado por Soto Jiménez, así como la forma en que se divulgó.
Sugirió que no se analizaron suficientes sitios para detectar contaminantes, que el reportaje publicado destacó selectivamente sólo los peores resultados, que muchos de los resultados no eran tan alarmantes como se afirmó en el reportaje, y que no era concluyente si los metales pesados encontrados en las muestras provenían de Zinc Nacional.
Tras la publicación del artículo original, algunas dependencias estatales y federales inspeccionaron la planta de Zinc Nacional.
La Profepa anunció la clausura de 15 equipos que la empresa no tenía autorizados, y le ordenó trasladar a un lugar apropiado todos los costales que tenía almacenados en el patio de chatarras.
Expertos ambientales consultados para este reportaje señalaron que es preocupante ver tanto material químico acumulado alrededor de instalaciones que manejan residuos peligrosos.
“El volumen en sí mismo es preocupante”, dijo James Rybarczyk, profesor de Química jubilado, quien fue integrante de un equipo de respuesta a emergencias químicas en Estados Unidos. “Es una cantidad enorme de cualquier cosa, y ¿que esté simplemente ahí, acomodado?”.
Rybarczyk, quien ha investigado las actividades de Zinc Nacional desde hace cinco años cuando la empresa propuso abrir una planta en su ciudad natal de Muncie, en Indiana, dijo que estos costales pueden filtrar fácilmente sustancias químicas o metales al suelo.
“¿De dónde podría provenir todo este volumen, por qué no se vende, por qué se almacena? Esas son mis preguntas”.
Otros expertos sugirieron que se requiere más trabajo para garantizar que no haya riesgos químicos en los sitios donde estuvieron almacenados estos costales.
Javier Castro Larragoitia, profesor investigador de geoquímica ambiental en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, indicó que se necesita realizar un muestreo para determinar cuáles son los siguientes pasos más adecuados.
“Si hay un contaminante en el suelo, siempre está el potencial de que sea trasladado hacia la parte inferior, al subsuelo y puede llegar a la base subterránea”, explicó.
Los tres sitios dentro del parque industrial donde está Meremex se ubican en una cuenca hidrográfica a 600 metros del río Pesquería, que desemboca en el río Bravo.
La planta de Zinc Nacional también está cerca de una importante cuenca, según el abogado ambientalista Francisco Javier Camarena Juárez.
“(Esto) hace que entonces tenga que haber mayor cuidado con lo que está ocurriendo”, dijo.
La empresa informó que ha contratado a una compañía autorizada por Profepa para determinar si ha habido contaminación.
Pero confiar en que las empresas contraten a sus propios investigadores podría considerarse un conflicto de intereses, afirmó Gonzalo García Vargas, toxicólogo de la Universidad Juárez, en Coahuila.
“La población si se organiza puede pedir que el estudio lo hagan organismos independientes, que no dependan de la compañía, que lo haga alguna universidad pública”, dijo. “Es lo que se hizo aquí en Torreón”, añadió, refiriéndose al conocido caso de contaminación por plomo de la fundidora Peñoles.