Wiplash: Música y Obsesión (2014)
Damien Chazelle convirtió los tambores en armas en este drama sobre Andrew (Miles Teller), un baterista que sangra por alcanzar la perfección bajo el brutal entrenamiento del profesor Fletcher (J.K. Simmons). La banda sonora, cargada de jazz frenético con temas como “Whiplash” y “Caravan”, acelera el corazón al ritmo de los ensayos obsesivos. Simmons ganó el Óscar como Mejor Actor de Reparto por la escalofriante interpretación de su personaje que cruza todos los límites. Detalle curioso: aunque Teller finge tocar, los redobles son obra del baterista profesional Bernie Dresel.
Birdman (2014)
Alejandro González Iñárritu tejió un hipnótico retrato de la crisis creativa con Michael Keaton como Riggan, un decadente actor de Hollywood conocido por interpretar a un superhéroe, que busca redención en Broadway. La innovadora banda sonora del músico mexicano Antonio Sánchez, compuesta íntegramente para batería jazzística, se convierte en el latido ansioso del filme. Aunque fue premiada en Venecia, fue descalificada del Óscar por mezclar jazz original con fragmentos de Mahler y Ravel. El resultado es una partitura tan audaz como la propia búsqueda artística de Riggan.
8 Mile: Calle de las Ilusiones (2002)
En las calles grises de Detroit, Jimmy “B-Rabbit” Smith (Eminem) libra una doble batalla: contra sus rivales en los combates de rap y contra sus propios demonios. Esta película de tintes autobiográficos llevó el hip-hop underground al mainstream al mostrar al compositor de “The Real Slim Shady” mostrando destrezas de improvisación. La canción “Lose Yourself”, ganó el Oscar a mejor composición y se convirtió en himno de superación personal, mientras que la escena final se volvió épica gracias al freestyle demoledor de B-Rabbit que lo lleva a la victoria.
Un pianista de jazz (Ryan Gosling) y una actriz (Emma Stone) persiguen sus sueños en Los Ángeles, entre ensayos y cafés. Esta cinta, también dirigida por Damien Chazelle, dio un nuevo aire al género musical al mezclar jazz con baladas como “City of Stars” —ganadora del Óscar— y coreografías que homenajean al cine clásico. La escena del baile en el observatorio Griffith, donde flotan, y la del bar donde Gosling toca el piano mientras Emma baila, se volvieron emblemáticas. La cinta obtuvo otros cinco Premios Óscar con mucho swing, entre ellos a Mejor Director y Mejor Actriz.
Fiebre de Sábado por la Noche (1977)
John Travolta inmortalizó a Tony Manero, un joven de Brooklyn que escapaba de la monotonía en la pista de baile. La película, ícono de la música disco, vibra al ritmo de los Bee Gees: “Stayin’ Alive” acompaña su caminar por las calles de Nueva York; “You Should Be Dancing” enmarca el solo que consagró a Travolta, y “More Than a Woman” envuelve un baile de reconciliación junto a Karen Lynn Gorney. Trajes blancos, pantalones acampanados, luces de discoteca y bolas disco componen una estampa de la juventud de los años setenta.
Lluvia Púrpura (1984)
Esta película catapultó a Prince como rockstar internacional al fucionar funk, rock y pop psicodélico en la banda sonora. Ganadora de los Premios Óscar a la Mejor Adaptación Musical y a la Mejor Banda Sonora, la historia sigue a un músico rebelde que busca triunfar en el circuito competitivo de Minneapolis mientras se enfrenta con relaciones y familiares. El tema “Purple Rain” se volvió emblemático por el solo de guitarra y la puesta en escena con luces púrpuras y vestuarios extravagantes. Una cinta que encapsula la creatividad loca de los años ochenta.
Mamma Mia! (2008)
En una isla griega, el drama familiar se resuelve cantando ABBA. Donna (Meryl Streep), una hostelera rebelde, recibe una bomba: su hija Sophie (Amanda Seyfried) ha invitado a tres exnovios (Pierce Brosnan, Colin Firth, Stellan Skarsgård) para descubrir cuál es su padre. Esto desata un caos romántico, coreografías en la playa y secuencias como “Dancing Queen” y “The Winner Takes It All”, donde Streep expresa su miedo de volver con Brosnan. Dirigido por Phyllida Lloyd (La Dama de Hierro), este musical invita a desahogar las emociones con el canto.
La Bamba (1987)
Lou Diamond Phillips, Esai Morales y Rosanna DeSoto interpretan la historia de Ritchie Valens, el joven músico chicano que puso a bailar al mundo con su versión rock del tradicional son jarocho. La banda sonora fue grabada por el grupo mexicoestadounidense Los Lobos, que renovó temas representativos como “We Belong Together”, “Oh Donna” y “Come On Let’s Go”, canciones que acompañan y retratan la vida de Ricardo Valenzuela. También se incluyen éxitos de la época como “Lonely Teardrops”, popularizada por Jackie Wilson, y “Crying, Waiting, Hoping” de Buddy Holly, quien falleció junto a Ritchie en el accidente aéreo.
El Guardaespaldas (1992)