Vieja rencilla

El 7 de mayo de 2019, la Secretaría de Economía (SE) informaba que Estados Unidos impuso una tarifa comercial de 17.5 por ciento a las importaciones de jitomate mexicano.
Dicha medida fue una de tantas fricciones del primer ciclo presidencial de Donald Trump contra México para presionarlo a atender los flujos migratorios al vecino del norte.
Asimismo, la imposición del arancel fue una respuesta para mermar el avance de los envíos de jitomate mexicano a Estados Unidos ya que afectaban principalmente a los productores de Florida, estado históricamente con preferencia republicana.
Durante el ciclo 1998/1999, el tomate de Florida concentraba 59 por ciento del mercado estadounidense, mientras que el producto mexicano tenía el 41 por ciento.
Para el ciclo 2016/2017, la participación del tomate mexicano aumentó a 67 por ciento del mercado de Estados Unidos, mientras que la hortaliza de Florida bajó a 33 por ciento.

En su momento, el Presidente Andrés Manuel López Obrador calificó de injustas las medidas de Estados Unidos de imponer aranceles al jitomate, al mismo tiempo que las relacionó con un asunto electoral.
“En Estados Unidos se toman estas medidas de tipo político electoral por las circunstancias, son totalmente injustas y estamos nosotros defendiendo a los productores, convenciendo de que debemos de llevar una muy buena relación ente los dos países”, reviró el tabasqueño en su conferencia.
Logran acuerdo

Después de un largo proceso de negociación, los productores exportadores de tomate mexicano alcanzaron un nuevo Acuerdo de Suspensión Antidumping del Tomate con Estados Unidos.
Con este nuevo Acuerdo se suspendió la investigación de dumping que tenía en curso el Departamento de Comercio de Estados Unidos en contra de la industria tomatera mexicana, lo que permitió continuar con las exportaciones de tomate hacia ese país sin pagar elevadas tarifas.
No obstante, diversas confederaciones agrícolas estatales señalaron que el nuevo acuerdo se logró debido a la inclusión de una controversial propuesta de inspeccionar en la frontera el 92 por ciento de los camiones de tomate para revisar su calidad.
También contempló incrementos en los precios de referencia para tomates de especialidad y un incremento en el precio de los tomates orgánicos por arriba del 40 por ciento sobre el precio de los tomates convencionales.
De nuevo al ataque

El 14 de abril de 2025, ya durante la segunda Administración de Trump, el Departamento de Comercio anunció que en un plazo de 90 días se retiraría del Acuerdo de Suspensión de la Investigación Antidumping sobre Tomates Frescos de México de 2019, el cual permite a productores mexicanos exportar jitomate sin pagar aranceles antidumping.
Pero Washington advirtió que a partir del 14 de julio aplicará un recargo “del 20.91 por ciento sobre la mayoría de las importaciones de tomates procedentes de México”.
“El acuerdo actual no ha logrado proteger a los productores de tomate estadounidenses de las importaciones mexicanas a precios injustos”, acusó el Departamento del Comercio.
Buscan diálogo

Tras enterarse de la medida arancelaria, la Presidenta Claudia Sheinbaum reclamó que la decisión “no se notificó al Gobierno mexicano” sino que se avisó a abogados de los productores de tomate mexicano en Estados Unidos.
Sin embargo, dijo que su Gobierno está abierta al diálogo con la Administración Trump para evitar afectaciones a consumidores y productores de ambos lados de la frontera.

El Secretario de Agricultura, Julio Berdegué, ejemplificó que 9 de cada 10 tomates que Estados Unidos importa son de México.
“Les van a salir más caras sus ensaladas, su ketchup y todo. No nos pueden sustituir porque no es que haya un montón de otros países que producen esta cantidad de excelentes tomates a un precio muy conveniente”, sentenció.
Con información de AFP.