El álbum debut del grupo británico fue lanzado con una portada que mostraba a Mariora Goschen, una niña de 11 años, con el torso desnudo y un avión de juguete en las manos. La fotografía fue tomada por Bob Seidemann, quien declaró que buscaba simbolizar la inocencia y el futuro. Sin embargo, la imagen generó controversia desde su publicación. En Estados Unidos, la disquera decidió reemplazarla por una fotografía del grupo para evitar problemas legales y éticos.