Los primeros soldados de la Guardia Nacional comenzaron a llegar a Los Ángeles el domingo por la mañana, ordenados por el Presidente Donald Trump para lidiar con las protestas contra las redadas de migración en los lugares de trabajo después de dos días de disturbios.
Cualquier manifestación que obstaculice el trabajo de los funcionarios de migración será considerada una “forma de rebelión”, dijo Trump en su orden, emitida el sábado.
El envío de tropas representó una escalada extraordinaria que puso a Los Ángeles en el centro de las tensiones por la ofensiva migratoria de su administración. Un experto afirmó que era la primera vez desde 1965 que un presidente ignoraba a un gobernador estatal para activar la Guardia Nacional estatal con fines policiales o para combatir disturbios civiles.

El Gobernador de California, Gavin Newsom, calificó la orden de Trump de “intencionadamente incendiaria”. Aseguró que no faltaban recursos policiales para lidiar con las protestas y que el Gobierno federal enviaba tropas porque quería “un espectáculo”.
El viernes estallaron protestas en Los Ángeles contra una serie de redadas que parecían formar parte de una nueva fase de la ofensiva migratoria de la Administración Trump, en la que las autoridades afirman que se centrarán cada vez más en los lugares de trabajo. Los manifestantes continuaron el sábado en el centro y en ciudades cercanas, mientras las fuerzas del orden realizaban arrestos y, en algunos casos, utilizaban munición antidisturbios, gas lacrimógeno y granadas aturdidoras contra los manifestantes.
Cientos de efectivos de la Guardia Nacional llegaron a Los Ángeles el domingo por la tarde, y las protestas estallaron de nuevo en el centro de la ciudad. Esto es lo que hay que saber:
¿Cómo han evolucionado las protestas?

Las manifestaciones comenzaron el viernes después de que agentes federales camuflados comenzaran a peinar el distrito textil de Los Ángeles en busca de personas sospechosas de ser migrantes sin permiso de residencia. La redada, que alarmó a los trabajadores de la ciudad, provocó escenas caóticas entre los manifestantes, que coreaban consignas y lanzaban huevos, y los agentes del orden, que dispararon gas pimienta y municiones antidisturbios.
Las manifestaciones continuaron el sábado, tanto en el centro como en el área metropolitana de Los Ángeles, incluyendo Paramount, una ciudad mayoritariamente latina y de clase trabajadora, a unos 24 kilómetros al sur. Las protestas allí fueron de las más violentas de la región, con agentes del orden utilizando granadas aturdidoras y disparando munición antidisturbios.
Bill Essayli, el principal funcionario policial de la Administración Trump en el sur de California, dijo que más de 100 personas fueron arrestadas el viernes y al menos 20 más fueron arrestadas el sábado, la mayoría en Paramount.

Un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional añadió el domingo que funcionarios estadounidenses arrestaron a ocho personas en Paramount el sábado por cargos federales de obstrucción. Dos de ellas eran menores de edad y fueron puestas en libertad, indicó el funcionario.
Las calles de Los Ángeles estaban en gran parte tranquilas el domingo por la mañana cuando las primeras tropas de la Guardia Nacional comenzaron a llegar al Centro de Detención Metropolitano, donde el Departamento de Policía de Los Ángeles había detenido a varios manifestantes el sábado.
A primera hora de la tarde del domingo, cientos de manifestantes frente al centro de detención se enfrentaron a agentes federales del orden con equipo antidisturbios. Los agentes, incluidos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), lanzaron cartuchos de gas lacrimógeno contra la multitud.
Las tropas de la Guardia Nacional también se reunieron en Paramount, cerca de un Home Depot donde los manifestantes se habían enfrentado con agentes el sábado.
¿Quién llama a la Guardia Nacional?

La Guardia Nacional es la única rama de las fuerzas armadas que puede ser desplegada tanto por los gobernadores estatales como por el Presidente. Los gobernadores casi siempre controlan el despliegue en sus estados.
La Guardia Nacional opera de forma similar a la Reserva del Ejército. La mayoría de sus miembros no prestan servicio a tiempo completo. Generalmente ocupan puestos civiles y asisten a sesiones de entrenamiento regulares, y solo son llamados al servicio activo cuando es necesario.
La Guardia Nacional se moviliza con mayor frecuencia durante fenómenos meteorológicos extremos, como huracanes, inundaciones e incendios forestales. En ocasiones, se han utilizado tropas para sofocar disturbios civiles a petición del gobernador estatal. Un ejemplo fue en 1992, cuando el gobernador de California, Pete Wilson, solicitó al Presidente George H. W. Bush el despliegue de la Guardia tras los disturbios que estallaron en Los Ángeles tras la absolución de cuatro policías blancos por la paliza a Rodney King, un hombre negro.
Antes de la decisión de Trump, la última vez que un Mandatario activó las tropas de la Guardia Nacional de un estado con tal propósito sin que el Gobernador se lo pidiera fue en 1965, según Elizabeth Goitein, directora sénior del Programa de Libertad y Seguridad Nacional del Centro Brennan para la Justicia, una organización independiente de derecho y políticas. En esa ocasión, afirmó, el presidente Lyndon B. Johnson utilizó tropas para proteger a manifestantes por los derechos civiles en Alabama.
¿Qué han dicho los funcionarios?

Los funcionarios de la Administración Trump han criticado a los líderes políticos del estado por su manejo de las protestas, mientras que los líderes demócratas de California criticaron la orden de Trump como innecesaria y un uso inapropiado del poder.
Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, declaró el sábado por la noche que Trump desplegaría la Guardia Nacional en respuesta a las “turbas violentas” que, según ella, habían atacado a agentes federales del orden y de inmigración. Los 2 mil efectivos “abordarían la anarquía que se ha permitido que se agrave”, añadió.
Trump calificó las manifestaciones, mayoritariamente pacíficas, de “insurreccionales” en redes sociales el domingo. No descartó invocar la Ley de Insurrección, que le permitiría desplegar las fuerzas armadas estadounidenses en el país, y declaró a la prensa que había “gente violenta” en las protestas y que “no vamos a permitir que se salgan con la suya”.

Las autoridades estatales y locales de California y del condado de Los Ángeles no han indicado ninguna necesidad de asistencia federal. El Fiscal General del estado, Rob Bonta, afirmó en redes sociales que las fuerzas del orden locales “cuentan con los recursos necesarios para afrontar la situación” y que la orden de Trump era “contraproducente”.
Newsom calificó la orden del Presidente de “intencionadamente incendiaria” y dijo que Trump había activado la Guardia Nacional sólo porque su administración quería “un espectáculo”.
La Alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, afirmó que la presencia de la Guardia Nacional “no sería útil”. Aseguró que la ciudad tenía capacidad para gestionar las protestas y añadió que había estado en contacto con funcionarios de la Casa Blanca y con Tom Homan, el “zar fronterizo” de Trump.