
¡A celebrar!
Ataviados con jeans, botas vaqueras y tejanas, gran parte de la generación 1997-2000 del Colegio Cervantes Costa Rica se reunió en el Lienzo Zermeño para convivir y rememorar viejos tiempos.
Concurrida
El grupo original estaba compuesto por 400 alumnos divididos en 10 salones, de los cuales asistieron 221 a este evento.

Invitado especial
La presencia del maestro Javier Mora, a quien todos recordaban con mucho cariño, fue una emotiva sorpresa para los egresados.
Y nos dieron las 10
La fiesta duró 10 horas y, gracias a que se realizó en el Lienzo, no tuvieron problemas con Sol ni lluvia. Cuando su tiempo estaba a punto de concluir, todos cooperaron para prolongar la diversión 2 horas más, trajeron pizzas de manera improvisada y continuó el bailazo.

Dan gracias
El reencuentro comenzó una semana antes de esta fiesta, con la celebración de una misa de acción de gracias en la Parroquia de la Santa Cruz; la ceremonia fue oficiada por el Padre Jorge Francisco Curiel Rojas, mejor conocido como Chisco, quien forma parte de esta generación y viajó desde Viena para estar en este acontecimiento.
Sin distancia
Para ser parte del festejo, varios egresados se trasladaron de otros estados de la República y también de otros países, como Estados Unidos, Austria y España.

Un detalle
Cada ex alumno se llevó a casa un termo personalizado con la fecha de esta reunión y el distintivo de su generación.

Rico menú
Todos los comensales disfrutaron de choripanes, cortes gruesos, provoleta con chistorra y pepitos que fueron preparados al momento; el banquete estuvo a cargo del parrillero Eduardo “Canti” Montes de Oca, quien también forma parte de la generación.

¡Salud!
Cada ex alumno llevó su bebida, así que en las mesas hubo cervezas, tequila, whisky, ron, vino tinto y más.

Dulce encuentro
Para la hora del postre hubo galletas, pastel red velvet, panqué de naranja, chocolates importados, panqué con Nutella, flan y pastel de chocolate.

Como niños
Todos los ex alumnos se divirtieron como chiquillos en el toro mecánico y en el juego inflable llamado Eliminator, donde demostraron que aún tienen buena condición física.

El after
Diez horas de convivencia fue poco para estos amigos, así que, como en los viejos tiempos, varios de ellos continuaron la fiesta en el club Preston.

Temas retro
La música estuvo a cargo de un trío y un DJ que animó a todos con éxitos de los 90 y los 2000.
El extra
Entre todos llevaron calcetines, libros, lentes, botellas, cupones y más regalos que se rifaron para hacer más emocionante la fiesta.

Se sacó un 10
La organizadora del evento fue Marion Osterberger, quien, a pesar de que nunca había producido un evento, preparó todo a la perfección con el apoyo de Eduardo “Canti” Montes de Oca.




Información: Lizeth Villegas. Fotos: Rodolfo Lasso