DÍA 1

Desayuno y compritas en El Tecorral

Los sábados, su Plaza Verde reúne a pequeños productores y campesinos agroecológicos de Malinalco y alrededores. Encuentra hortalizas y fruta, miel, huevo, café, licores, conservas… para surtir tu despensa, luego de disfrutar sus famosos chilaquiles.

Entre semana, esta casa comunitaria ofrece talleres culturales, clases magistrales, catas, cursos y capacitación sobre huertos, aprovechamiento de agua… y otras materias para la vida sostenible.

Para los más peques hay espacio lúdico con manualidades.

Tip: puedes echarle ojo a su catálogo de productores en línea (eltecorral.org), hacer tu pedido por WhatsApp y recogerlo in situ.

¿Qué pedir y llevar? Chilaquiles, albahaca italiana, cedrón, verduras, quesos y pan.

@eltecorral

Aventura, mezcales y picnic en Malikualli

Para darle una probadita a la ruta del mezcal, el complejo ecoturístico ofrece tours –en bici eléctrica o cuatrimoto–; tras siete kilómetros, ligeramente cuesta arriba, se llega a La Cascada, una de las ocho destilerías localizadas en la comunidad de Palmar de Guadalupe.

Los visitantes son recibidos con un caballito de mezcal joven de agave criollo, con 48 grados de alcohol. Tras preparar el alambique, José Nieto hace una pausa para explicar su elaboración artesanal, desde la maduración de los agaves, su cocción en horno de tierra, el molido con mazo, la fermentación en tambos de plástico y la doble destilación en alambique de cobre.

Mientras los aromas de la fermentación y el calor del alambique se hacen sentir, José responde cada pregunta de los entusiastas. Hasta este modesto espacio, con cierto aire clandestino, rodeado de vegetación y agaves, llega uno que otro vecino por un mezcalito caminero o a granel.

Antes de partir, pueden probarse los abocados con maracuyá, zarzamora o tamarindo. Sin excesos, pues habrá que rodar de vuelta.

Previa reservación, Malikualli puede preparar un picnic para dos en su cueva privada, con decoración, luces, frazadas, fogata, flores y hasta sesión fotográfica. El menú incluye pizza artesanal, botella de vino y postre.

Tip: Viste ropa cómoda (deportiva) y usa bloqueador solar.

@malikualli_malinalco

Comida en Casa Limón

Uno de los favoritos para disfrutar un menú de manteles largos con vistas a un hermoso jardín repleto de árboles frutales.

Algunos amantes del buen comer maduritos recordarán a Leonel García, propietario de este hotel, por su restaurante francés Honfleur, en la CDMX.

Bueno, pues hace más de 30 años que este administrador y chef formado en Le Cordon Bleu, decidió mudarse a este municipio mexiquense y seguir por el rumbo de la hospitalidad.

La cocina de Casa Limón mezcla influencias y técnicas francesas con ingredientes mexicanos en una carta concisa, que atrae cada fin de semana a antiguos clientes de Honfleur y colonos del Club de Golf.

Otro de los atractivos del sitio es el bar al lado de la piscina. Aunque no seas huésped, si la ocupación lo permite, con previa reservación, puedes tomar el sol en sus tumbonas, mientras disfrutas algún coctel o copa de vino.

Tip: el servicio regular es de viernes a domingo; de lunes a jueves con rigurosa reserva.

¿Qué pedir? Alcachofa a la vinagreta, confit de pato o camarones al estragón y pastel de queso con maracuyá.

@casalimonmalinalco

Tragos y botana en Casa Colibrí

Tiene apenas dos años abierta, pero su colorida decoración y la excepcional vista de su terraza la han convertido en favorita de los viajeros. Es la parada idónea para disfrutar del atardecer entre cocteles.

La especialidad de la casa: tragos frappé con mezcal mexiquense, como el atoyac, con piña y jengibre, o el rufo, con tamarindo y limón. Aunque también puede beberse derecho, con sus respectivas naranjas y sal de gusano, u optar por alguna cerveza artesanal.

Para comer o botanear el menú es extenso y presume sazón local: pizzas, tlayudas, sopes, tacos, mixiotes… pero hay que poner el ojo en las preparaciones con jabalí. Recién incluidas en el menú, las costillas en adobo de pastor, servidas con piña rostizada, están para chupar el hueso.

Tip: si quieres disfrutar de la mejor vista, es recomendable reservar.

¿Qué pedir? coctel gaviota, sopes prehispánicos con cecina y chapulines, y costillas de jabalí al pastor.

@restaurantecasacolibrí

DÍA 2

Desayuno en Mestizo

 

Este espacio tiene un aire desenfadado y un traspatio que invita a la relajación. Los chefs Carlos Ovalles y Juan Manuel Chávez ofrecen en sus mesas una fusión oaxaqueña y mexiquense.

Aunque es uno de los favoritos para comer o cenar y echar una ronda de mezcalitos, el fin de semana también ofrece desayunos dignos de buen apetito. Para muestra, sus chilaquiles verdes de hoja santa con costilla, los de tlayuda con mole negro y tasajo, o los molletes de chilaquiles con huevo estrellado. Para beber no faltan, por supuesto, chocolate artesanal oaxaqueño y tejate.

Tip: puedes reservar una mesa del chef (cuatro tiempos con maridaje) para charlar largo y tendido con los artífices de esta cocina mestiza. 

¿Qué pedir? Chocolate artesanal oaxaqueño con agua y chilaquiles de tlayuda con mole negro.

@mestizo.malinalco

Nieves en Malinalli

Previo a esta parada dulce, vale la pena recorrer el tianguis. El descubrimiento de las cosechas de temporada es una gozada. En estos días, colorean los puestos guayabas rosadas, maracuyás, hongos azules, chayotes tiernos, calabacitas, aguacates…

Malinalli ofrece nieves artesanales de leche, de agua, envinadas y picantes, pero las que le ha ganado adeptos son sus especialidades: malinalli (calabaza en dulce, almendras, manzana y piñón); sabor de los dioses (plátano, guayaba, arroz y canela) y beso azteca (zanahoria, betabel, manzana y pasas).

Tip: Si quieres una sucursal menos concurrida, ve a la de Galeana

¿Qué pedir? Canasta o cono doble con malinalli y sabor de los dioses.

@nieves_malinalli

Comida en Los Placeres

Abierto desde 1996, podría decirse que es de abolengo. Preferido de los lugareños y de quienes suelen frecuentar este destino cada fin de semana. 

David Ochoa, el chef, confiesa que ciertos comensales no fallan a su cita semanal en las mesas de Los Placeres y piden siempre lo mismo. 

Entre los favoritos de esos asiduos, el fideo seco negro, con frijol y chile pasilla; el filete David, relleno de queso azul con salsa de vino tinto, y durante esta temporada, los chiles en nogada.

El cocinero define la gastronomía de este sitio como ecléctica; sin embargo, el eje de las preparaciones que componen la carta es el producto local.

Una decoración rústica con toques muy mexicanos, un servicio esmerado y un íntimo traspatio hacen la estadía más que agradable.

¿Qué pedir? Agua del día, huazontles malinalcas (rellenos de queso maduro en salsa de pasilla) y cochinita placeres.

@losplaceresrestaurant

Café y postre en La Casa de Valentina

Bien dicen que de la vista nace el amor. Basta echar un vistazo a la entrada para sucumbir a la tentación: galletas de almendra o de matcha, panqués de plátano, roles de queso, con frutos rojos y chocolate blanco, éclairs de vainilla, tarta de limón y merengue…

Hace ocho años, los mexiquenses Juan Pablo Quezada y Fátima Márquez apostaron por crear un restaurante de atmósfera creativa, con buena comida, café y música. En su interiorismo, altamente fotogénico, se nota el sello de sus propietarios: él, diseñador; ella, mercadóloga.

El café que aquí se sirve es de Huatusco y Fortín de las Flores, Veracruz, tostado medio. Para los más golosos, la malteada de vainilla se presume como una de sus especialidades.

¿Qué llevar? Galletas de almendra con glaseado de limón, roles de queso con frutos rojos y pan de centeno con masa madre.

@lacasadevalentina

Cena en Trattoria Pacharán / A la Burger

Pocos sitios pueden presumir de conjugar dos menús en una sola mesa y éste es uno de ellos. No hará falta echar el volado para decidir si pizza o hamburguesa, cocina italiana o de humo.

Gracias a que estas terrazas contiguas comparten propietarios, sus platillos van y vienen. Trattoria le da gusto a quienes buscan pizza a la leña, lasaña boloñesa, pasta carbonara… A la Burger consiente a los que prefieren el estilo de un barbecue tejano.

Se agradecen detalles como la salsa de la casa, elaborada con chile manzano, los bollos estilo brioche y las opciones vegetarianas. 

De atmósfera casual, es el lugar idóneo para cerrar el día entre cervezas artesanales y cocina confortable, sin complicaciones.

¿Qué pedir? Hamburguesa de brisket y pizza Paulina (con queso gorgonzola, nuez, pera y un toque de miel).

@trattoria_pacharan

 

Alguna recomendaciones

🔴 Zapatos todo terreno y bloqueador solar.
🔴 Algunos de los lugares sugeridos sólo abren de viernes a domingo.
🔴 Por la pandemia, no hay acceso a la zona arqueológica.

Textos: Teresa Rodríguez
Fotos: Cortesía Punto Romántico / Trattoria Pacharán / Casa Colibrí / La Casa de Valentina / Mestizo /Los Placeres y Teresa Rodríguez
Edición: Fabiola Meneses 
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