
Las mujeres en el País enfrentan un panorama alarmante de violencia de género en los sectores ambientales, que abarcan el activismo ambiental, la administración y formulación de políticas públicas, la defensa del territorio, la gestión e implementación de proyectos y la investigación científica, de acuerdo con la “Encuesta sobre violencias de género en sectores ambientales” de 2024 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México.
Las respuestas de las 204 personas participantes en el ejercicio revelaron que, aunque las mujeres desempeñan roles cruciales en la conservación, gestión y protección del medio ambiente, son vulnerables a acoso sexual, comentarios misóginos, discriminación laboral, menoscabo de sus contribuciones profesionales y otras formas de violencia.
¿A qué se enfrentan las mujeres?

La forma más común de violencia de género reportada por las mujeres encuestadas fueron los estereotipos de género y los roles tradicionales, que se manifiestan en una asignación desigual de tareas y la limitación de sus oportunidades, compartió Sol Sánchez, oficial nacional de género del PNUD en México, durante la presentación del informe de resultados.
En segundo lugar quedó el acoso verbal, que la maestra en Derechos Humanos y Democracia ejemplificó con comentarios sexistas y discriminatorios.
En tercera posición se ubicaron tanto la discriminación como las brechas salariales, las cuales suelen presentarse como diferencias injustificadas en sueldos y en oportunidades, detalló.
A decir de Sánchez, este último rubro debe corregirse urgentemente porque la paridad salarial ahora está contemplada en la Constitución.
Otras formas de violencia que reportaron las participantes fueron acoso sexual, amenazas o intimidaciones, abuso sexual y violencia física.
¿Cuáles son los impactos?

Un impacto de la violencia de género en los sectores ambientales son afectaciones a la salud mental y al bienestar emocional, dado que más de la mitad de las personas encuestadas informó un deterioro en tal aspecto. Ansiedad, baja autoestima, depresión, estrés postraumático y trastornos del sueño son algunas de sus manifestaciones.
“En el desarrollo profesional también hay limitaciones sistemáticas en oportunidades de participación y crecimiento, la exclusión (en) espacios de toma de decisiones y, en casos más graves, el abandono del sector, lo que representa una perdida significativa de los talentos”, advirtió Sánchez.
Cuestionamientos a las capacidades de las mujeres y retrasos en su crecimiento debido a la maternidad, a roles de cuidado y responsabilidades familiares no sólo afectan su trayectoria individual, sino que perpetúan la subrepresentación femenil en puestos de liderazgo y toma de decisiones, se lee en el informe.
¿Qué hacer?

El PNUD en México emitió recomendaciones clave orientadas a prevenir y mitigar estas violencias, entre las cuales Sánchez destacó:
A corto plazo
▪️ Fortalecer los mecanismos de denuncia y apoyo a las víctimas, garantizando acompañamiento adecuado, confidencialidad y seguridad en todo el proceso.
▪️ Mejorar las políticas y protocolos de las instituciones para prevenir, atender y sancionar la violencia de género.
▪️ Brindar acompañamiento psicológico a las personas que hayan enfrentado violencia de género.
A largo plazo
▪️ Promover la participación y el liderazgo tanto de mujeres como de personas de la comunidad LGBTIQ+ en espacios de toma de decisiones.
▪️ Establecer mecanismos equitativos y transparentes para asignar salarios y oportunidades de desarrollo profesional.
▪️ Dedicar un fondo especial a apoyar iniciativas lideradas por mujeres y personas de la comunidad LGBTIQ+ que contribuyan a prevenir y erradicar la violencia de género.
Fuentes: PNUD en México y PNUDMéxico (YouTube)
Edición: Tonatiúh Rubín
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