Hay destinos que poseen nombres seductores y Tailandia es uno de ellos. Su fama culinaria despierta el apetito de los gastroturistas, su catálogo en pro de la sustentabilidad atrae a los aficionados al turismo de naturaleza y la finura de sus resorts satisface a los más exigentes sibaritas.

Aquí te presentamos un par de resorts en dos destinos tailandenses que, debido a las experiencias que ofrecen, suelen dejar en los viajeros un gran sabor de boca.

UN SUEÑO EN BANGKOK

Apostado a orillas del río Chao Phraya, el Four Seasons Hotel Bangkok se ha convertido en favorito de quienes desean experimentar la tan variada como seductora cultura tailandesa en un solo sitio.

Con un diseño arquitectónico estructurado en cascada y un paisajismo que se mimetiza con el entorno, este sitio de hospedaje embellece, más de lo que ya están, las orillas del emblemático río.

Desde el momento en que el viajero pone un pie es recibido con el esmerado trato del personal. Luminoso y plagado con bellas flores y espejos de agua, el lobby hace las veces de una mansión thai donde no faltan acogedoras estancias, un espacio social (The Lounge) y amplios pasillos llenos de arte.

Además de las elegantes suites, con impolutas tinas en los cuartos de baño, y vistas que -de tan bellas- invitan a no cerrar las cortinas, el resort presume un spa urbano, un club infantil supervisado, una codiciada suite presidencial de dos pisos, espectaculares piscinas, amplios espacios para celebrar importantes eventos y un muelle privado.

Desde este último se tiene la oportunidad de abordar un lujoso yate para dar un paseo y disfrutar una inolvidable puesta de sol o trasladarse hacia un lujoso mall del otro lado del río.

Este hotel que abrió sus puertas en el 2021 ha sido diseñado por Jean-Michel Gathy, toda una leyenda en la industria hotelera, y se ha convertido en uno de los spots favoritos tanto de lugareños como de extranjeros.

De entrada, presume varios centros de consumo que rinden tributo tanto a la gastronomía de ese país como a la de otros rincones del mundo. La comida cantonesa reina en el afamado Yu Ting Yuan, una variedad de pescados y mariscos se sirve en Brasserie Palmier, modernas creaciones inspiradas en la culinaria italiana son preparadas en Riva del Fiume Ristorante y auténticas joyas de la pastelería son horneadas en Café Madeleine.

Para brindar por las grandes celebraciones es necesario visitar Bkk Social Club, un bar que con su refinado ambiente y mixología de autor se ha convertido en un must de Bangkok.

El turismo de bienestar es otro de los grandes pilares de este resort, así que en The Urban Wellness Center hay tratamientos insignia en los que se usan fórmulas herbales y técnicas transmitidas por generaciones de curanderos tailandeses.

VALE MUCHO MÁS QUE ORO

Los viajeros de cepa están en una constante búsqueda de experiencias que los sacudan y las que ofrece el Four Seasons Tented Camp Golden Triangle hacen vibrar y despiertan los cinco sentidos.

Abrazado por montañas cubiertas de bruma y caudalosos ríos, este campamento de gran lujo se ubica en un área donde convergen Tailandia, Myanmar (Birmania) y Laos…sí, el llamado Triángulo de Oro que hace honor a su nombre, debido a que ahí se escucha el eco cultural de tan ricos países.

Este alojamiento que marida el turismo de aventura con la superabundancia que los sofisticados trotamundos reclaman está a unas 45 millas al norte del centro de Chiang Rai y a unas cuatro horas en auto -por una pintoresca ruta- de Chiang Mai, la segunda ciudad más grande de Tailandia.

Sin embargo, para llegar a este singular sitio, los huéspedes suelen navegar por el Río Ruak y, a partir de ese hecho, están seguros de que vivirán momentos que sólo obtienen quienes han sabido entender lo que realmente significa la palabra lujo.

Necesario es decirlo, este increíble lugar no es para los fanáticos del oropel, pero sí para quienes gozan de pernoctar en tan elegantísimas como privadas tiendas de campaña. Las hay de varios estilos para elegir, algunas cuentan con confortable cama king size, una instagrameable tina de baño en cobre, camas para masaje y una seductora regadera al aire libre. Otras tienen jacuzzi de madera o una pequeña piscina.

Por si fuera poco, el resort permite compartir memorables instantes con los elefantes que viven ahí. Alimentarlos todos los días, escucharlos y verlos pasear por la selva tropical es algo que vale más de lo que cuesta.

Si te emociona pasar una luna de miel fuera de serie, si te gusta escuchar por las noches los ruidos de la indómita naturaleza, si los sabores de la cocina thai enamoran tus papilas gustativas y, especialmente, si quieres desconectar de lo banal para conectar con lo que realmente equivale al oro en la vida, este es tu tipo de lugar.

Edición: Patricia Miranda | Diseño: Marisol Núñez

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