KAMALA HARRIS
La Vicepresidenta Kamala Harris defendió lealmente a su jefe aunque reconoció que había tenido un “comienzo lento”.
Harris no puede sustituirle en la cabeza de la candidatura por defecto si Biden decide hacerse a un lado y también surge un dilema significativo: Harris enfrenta niveles de impopularidad comparables a los de Biden.
Encuestas recientes de la Universidad de Monmouth y la Universidad de Suffolk revelan que su desaprobación supera su aprobación en un margen considerable de 18 y 16 puntos, respectivamente.
Además, su desempeño en la campaña presidencial de 2020 fue decepcionante, lo que suscita dudas sobre su capacidad para mejorar la situación actual del partido en comparación con Biden.
Trump dijo que estaría muy contento de ir contra Harris.
MICHELLE OBAMA
Aunque es poco probable, Michelle Obama es la alternativa para un grupo de demócratas y se trata de la ex Primera Dama más popular de Estados Unidos.
Sin embargo, Biden recibió un fuerte apoyo del ex Presidente Barack Obama, quien sigue siendo una de las voces más respetadas del Partido Demócrata.
“Las noches de debates malos ocurren”, dijo.
GAVIN NEWSOM
El Gobernador de California es uno de los candidatos que suena más fuerte para un posible relevó del Presidente Biden a la candidatura demócrata.
Pero Newsom afirmó que “nunca le daré la espalda al Presidente Biden”. “No conozco a ningún demócrata de mi partido que haría eso”.
El problema de Newsom, según medios estadounidenses, es que fue ex Alcalde de San Francisco, por lo que los republicanos se lanzarían contra él por los niveles de delincuencia.
GRETCHEN WHITMER
La Gobernadora de Michigan es una opción viable al tener un perfil casi ideal para reemplazar al Presidente Joe Biden de la candidatura demócrata.
Proviene de un estado crucial para los demócratas, quienes necesitan mantener el control en el Medio Oeste debido a sus desafíos en otros estados clave.
Whitmer ha ganado sus dos elecciones allí con un margen de alrededor del 10 por ciento.
Las encuestas de este año muestran que su índice de aprobación en Michigan oscila entre el 54 y el 61 por ciento.
Además, cuenta con más experiencia y un perfil nacional más prominente que muchos otros gobernadores demócratas en ascenso.