El Pájaro de fuego

De la autoría de Mathias Goeritz, esta escultura pública es un ícono de la Ciudad. Forma parte del equipamiento cultural de Jardines del Bosque, fraccionamiento diseñado por Luis Barragán en 1955. El arquitecto tapatío, único mexicano ganador del prestigioso Premio Pritzker, le pidió a Goeritz la realización de una pieza artística, que el escultor alemán decidió poner a dialogar con la fuente que está a unos metros, en la glorieta ubicada en Arcos y Niños Héroes. Se construyó en 1957. 

Con 12.5 metros de altura, esta escultura originalmente estaba pintada de color rojo bermellón, aunque debido a que estuvo pintada durante años de amarillo, muchos tapatíos todavía la consideran como El Pájaro Amarillo. 

La Minerva 

Esta es quizá la escultura más icónica de Guadalajara. Forma parte de su idiosincrasia y de muchos de los productos turísticos e identitarios que hay de ella. Se trata de un monumento que recuerda a la Minerva, una diosa romana cazadora de la guerra, estrechamente relacionada con la diosa griega Atenea.

Fue realizado por Joaquín Arias en 1957 por encargo del entonces Gobernador Agustín Yáñez en la confluencia de las avenidas López Mateos, Vallarta, Golfo de Cortés y Circunvalación Agustín Yañez.

Fuente Hermana Agua 

En 1970, en el cruce de las avenidas Las Rosas y López Mateos, fue construída una fuente dedicada al agua y a las posibilidades de sus propiedades. Fue modificada en 2012 y en las palabras del mismo Fernando González Gortázar, su autor, fue sepultada “bajo una capa de pintura ahulada de color indefinible y vulgaridad insuperable”. 

Fue construída al centro de la colonia Chapalita y según la investigadora Marta Olivares Correa en su artículo “Fernando González Gortázar: un arquitecto poliscópico ‘con duende’” en 2019, fue una obra controvertida. 

“Una vez ejecutada, los colonos consideraron que esos grandes prismas de concreto por los que se desliza el agua eran francamente feos; pero al paso del tiempo, la presencia refrescante del agua y las telúricas masas terminaron por imponerse, y el gusto de los residentes cambió; así, de sufrir un rechazo franco pasó a convertirse en un elemento de orgullo”.

Las pistolas 

Todo el Parque González Gallo fue una obra pública encargada en 1971 al joven Fernando González Gortázar que la realizó aunque en ese entonces tenía tan solo 29 años. El parque estaba dedicado a su padre, el para entonces fallecido ex Gobernador José de Jesús González Gallo. 

Aunque sí es un parque relativamente transitado y activo hasta esta fecha, esta obra es principalmente recordada por las esculturas monumentales que se encuentran al ingreso norte, coloquialmente llamadas las pistolas, tres grandes estructuras de concreto pintadas de amarillo brillante y blanco, para darles movimiento si son vistas desde un coche por la calle.

Plaza-Fuente 

Con una estructura única que remite a sus cubos icónicos en varias esculturas, la Plaza Fuente del difunto, Fernando González Gortázar, es un monumento a lo mejor de su obra. Se trata de un espacio arquitectónico envolvente que, aunque ya no funciona como originalmente fue planeado, sigue siendo un lugar donde se juega y se camina por en medio de la estructura. Fue construída en 1979 como parte de la idea que Gortázar tenía de la arquitectura: “La arquitectura no puede ser ajena a la sociedad y a la política, sino al contrario: lo social y lo político son dos de sus más altas dimensiones”.

La Inmolación de Quetzalcoatl

En el Centro de Guadalajara, en el centro de la llamada Plaza Tapatía Plaza, se erige el conjunto escultórico y la fuente que llevan el nombre de la Inmolación de Quetzalcoatl, realizada por el artista Victor Manuel Contreras, fallecido en 2022, fue inaugurada en 1982. Consta de un conjunto de seis esculturas labradas a mano en bronce de hasta 25 metros de altura. Representa el final de la leyenda prehispánica de Quetzalcoatl como registraron los españoles en la Conquista. La escultura es tan pesada (alrededor de 30 toneladas) que la cabeza de Quetzalcoatl, que tenía que quedar a los pies de la escultura principal, al centro de la fuente, tuvo que quedar sentada varios metros adelante, casi al final de la plaza, pues podía representar un daño estructural en el suelo de la plaza, debajo del que corre la Calzada Independencia.

La Estampida 

Como unos animales vivos que parecen mecidos por el viento, es lo que conforma el conjunto escultórico La Estampida, hecha por Jorge de la Peña, de bronce con 14 caballos galopando, se ubica en el cruce de las avenidas López Mateos y Niños Héroes, que la ha convertido en un punto de reunión para la población. Inaugurada el 5 de febrero de 1982 en el Jardín López Portillo, a un lado del Instituto Cultural Cabañas, la escultura fue cambiada en 1997 por la poca visibilidad y falta de mantenimiento que tenía y fue reubicada en la colonia Jardines de los Arcos donde está actualmente. 

Arcos del Milenio 

Un ícono de la ciudad aunque inacabado, Los Arcos del Milenio están casi en el corazón de Guadalajara, entre dos de las arterias más importantes, Mariano Otero y Lázaro Cárdenas. La idea original del escultor mexicano Sebastián se comenzaron a construir en en julio de 1999, pero desde entonces faltaron varios arcos para completar la idea original 

Más de 52 metros de altura, esta escultura funge como una puerta de Guadalajara con otros municipios y estados, aunque para muchos es un monumento a la incapacidad del estado para culminar con sus propios proyectos.  

Árbol adentro 

Un Encino Siempre Vivo corona la escultura Árbol adentro desde 2017, la primera escultura monumental del cantante y artista plástico José Fors inaugurada en la Avenida Alcalde, en el Centro Histórico de Guadalajara. 

La escultura hecha de bronce a la cera perdida tuvo un costo de 4.5 millones de pesos. Mide 4 metros de altura y 5 metros de profundidad y un peso aproximado de 4 toneladas. Cuenta con una escalera en la parte posterior para que los transeúntes puedan acceder al árbol.

La pieza habla sobre el nacimiento de los pensamientos del ser y la reflexión. Está inspirada en el poema de Octavio Paz: “Creció en mi frente un árbol
Creció hacia dentro
Sus raíces son venas,
Nervios sus ramas,
Sus confusos follajes pensamientos…”.      

Información: Alejandra Carrillo 
Fotos: Especial

Síguenos en X: @muralcom