El peso mexicano ha estado expuesto a una gran volatilidad en los últimos meses, afectado por diversas variables internas y externas, lo que ha puesto en entredicho su mote de superpeso.

¿Podrá la moneda nacional recuperar terreno frente al dólar o habrá puesto fin a su racha de apreciación?

Peso imparable

Lo primero que hay que dejar en claro es que el tipo de cambio es un factor importante en el entorno macroeconómico, pero no debe usarse como un elemento para medir el desempeño de una economía, ya que su valor —sobre todo bajo un régimen de libre flotación, como el que opera en México— se determina por la oferta y demanda en el mercado.

También hay que considerar que el intercambio de divisas se efectúa en el mercado cambiario que opera las 24 horas de los 365 días del año, por lo que es considerado un mercado bastante liquido y expuesto a la reacción del flujo de información mundial. Como consecuencia, sus precios son muy difíciles de pronosticar.

Bajo este panorama, el tipo de cambio llamó la atención de los analistas luego de que el dólar cerró el pasado 8 de abril en un precio de 16.3195 pesos en el mercado internacional (Forex), un valor no visto en más de ocho años y, de paso, estableció un mínimo en lo que va del sexenio del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Hasta ese entonces, el peso acumulaba una apreciación de 3.8 por ciento frente al dólar en lo que iba del año, mientras que en su comparación desde que inició el sexenio de la autodenominada 4T se revalorizó 20 por ciento.

Dicho comportamiento en el tipo de cambio venía precedido por un 2023 espectacular para la moneda nacional, con una apreciación de 14.90 por ciento, su mejor desempeño desde 1976, impulsado por el diferencial de tasas de interés en México frente a otras economías y por la mayor captación de divisas.

Volatilidad tras elecciones

Sin embargo, el comportamiento del superpeso se desinfló después de los comicios federales del 2 de junio, en el que resultó ganadora Claudia Sheinbaum con alrededor de 60 por ciento de los votos.

Si bien el mercado ya descontaba la victoria de Sheinbaum en las urnas, lo que generó cierto nerviosismo a los inversionistas fue la confirmación de la Presidenta electa de retomar las iniciativas de reformas propuestas por AMLO, pero ahora con una mayor participación de Morena en el Congreso, lo que facilitaría su camino para avalar los cambios a la Constitución.

El paquete de 20 reformas presentado por López Obrador, 18 de ellas constitucionales, contempla un cambio al sistema judicial que sometería a voto popular la designación de jueces y magistrados (sin importar su experiencia ni conocimientos previos), así como la desaparición de contrapesos con autonomía política, como la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), entre otros.

Lo anterior propició un contexto interno fragilizado por la coyuntura política interna ante la falta de certidumbre de un Estado de Derecho y políticas propicias para invertir, lo que, sumado a una turbulencia financiera internacional, generó que las principales variables del País se vieran afectadas, entre ellas el tipo de cambio.

Un día después del aplastante triunfo de Sheinbaum, el peso se depreció 3.9 por ciento frente al dólar; en la primera semana de junio se desplomó 8 por ciento y en ese mes acumuló una pérdida de 7.6 por ciento. De este modo, el dólar pasó de 17.0215 a 18.3133 en un sólo mes. Volatilidad pura.

Sensibilidad del peso

Al ser la tercera divisa más transaccionable en los mercados emergentes y la primera en América Latina, el peso se ve afectado por el comportamiento de otras monedas y de distintos sucesos a nivel mundial: noticias de ataques, caídas de bolsas, datos económicos negativos de los socios comerciales de México, etcétera.

Asimismo, la incertidumbre en la economía interna y en los mensajes a los inversionistas foráneos también pesan sobre la moneda nacional.

El más reciente evento internacional que golpeó notablemente a la moneda nacional se debió a que el Banco de Japón (BoJ) endureció su política monetaria por primera vez en casi dos décadas al elevar sus tasas de interés desde cero a 0.25 por ciento, lo que, sumado a una apreciación del yen, propició un azote global a las operaciones del llamado carry trade.

El carry trade es una estrategia de los inversionistas que consiste en financiarse en una moneda con bajas tasas de interés para invertirlo en otros activos con mejores rendimientos. Durante varios meses, el diferencial de tasas había sido una de las variables que impulsaron al superpeso, pero con el alza de tipos en Japón los inversionistas se deshicieron de sus posiciones en esta táctica, afectando a la divisa mexicana.

Entorno actual

Al 21 de agosto, el peso ahora acumuló una pérdida de casi 14 por ciento en lo transcurrido del año y de 13.25 desde junio, al tiempo que redujo su revalorización en lo que va del sexenio a sólo 5.5 por ciento.

En este entorno, algunos analistas económicos señalan que la etapa del superpeso ha quedado en el pasado, ya que a corto y mediano plazos se prevén distintos eventos y factores que podrían inyectar más incertidumbre a la moneda: entre otros, las elecciones presidenciales en Estados Unidos; el posible enfriamiento del nearshoring ante políticas proteccionistas; riesgos geopolíticos; el elevado déficit fiscal que heredará la Administración de Sheinbaum; y la posible validación del conjunto de reformas del saliente López Obrador.

A inicios de 2024, la expectativa del mercado era que el tipo de cambio se ubicara en 18.50 pesos por dólar para cierre de año; ahora, el consenso estima que finalice en 19.50 unidades.

El peso del peso

De acuerdo con el Banco de Pagos Internacionales (BPI o BIS, por sus siglas en inglés), el volumen de operación diario en el mercado cambiario en México fue de aproximadamente 21 mil millones de dólares en 2022, mientras que a nivel global el volumen de operación del peso alcanzó un monto promedio de 114 mil millones de dólares.

De esta manera, el peso mexicano se colocó como la decimosexta moneda de mayor operación en el mundo, ubicándose como la tercera divisa más operada dentro del conjunto de países emergentes, detrás del renminbi chino y de la rupia india.

Fuentes: Franklin Templeton, Banco de México (Banxico), Estudios Económicos de Citibanamex, BIS y Banco Base

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