OPTAN POR EDUCACIÓN PRIVADA

Algunas acciones y cambios realizados en este sexenio no fueron bien recibidos entre algunos docentes y padres de familia, lo que desató inconformidades, e incluso el cambio de alumnos de la educación pública a la privada. 

De acuerdo con datos de la SEP, en los últimos tres años, y a partir del anuncio de la implementación de nuevos planes y programas de estudio en el marco de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), se ha registrado un aumento sostenido de alumnos que son inscritos a escuelas privadas.

Padres de familia como Brenda Macías, residente de Nicolás Romero, en el Estado de México, prefirieron “apretar el cinturón” para garantizar una educación de calidad, ante la desconfianza en el nuevo modelo educativo de la 4T.

En 2020, su hija Camila estudiaba el primer grado de primaria en una escuela pública, pero tras casi dos años de encierro por la pandemia, la familia decidió enviar a la niña a una institución privada. 

“Los gastos, no te miento, es la verdad, son elevados si mandas a tu hijo o hija a escuelas de paga, pero también los primeros años de educación son bien importantes para cualquier niño, y a ella le costaba trabajo leer, escribir y contar”, relata la madre.

Entre las mamás se supo de cambios de libros, de experimentos que iban a aplicar en las escuelas públicas y la verdad es que no me gustó la idea e hicimos cuentas y haciendo unos acomodos en nuestros gastos, vimos que teníamos la oportunidad y mandamos a mi hija a un colegio", apunta.

Brenda Macías asegura que no se arrepiente de la decisión, pues al pagar por educación, los alumnos y maestros no están obligados a usar libros rediseñados en esta Administración, aunque tienen que pagar por los elaborados por editoriales privadas, elegidos por la institución que eligió para educar a su hija. 

“Mi hija está aprendiendo inglés, español y hasta francés, tienen libros de prácticas y las mamás que se quedaron (en el sistema público), tienen algunas quejas, la verdad. Mi hija sigue visitando a sus amigas y es clara la diferencia, pero no pudieron ellas pagar por la educación. No creo que el Presidente ni los diputados, ni los políticos manden a sus hijos a escuelas públicas.

“Los experimentos los hacen con quien no tiene de otra, con quien no tiene para pagar, porque te aseguro que ellos (funcionarios) no mandan a sus hijos a escuelas públicas, porque tienen dinero para una educación de calidad”, lamenta. 

El cambio a planes y programas de estudio fue anunciado por la SEP a mediados de 2022. Desde el ciclo escolar siguiente se registraron aumentos de estudiantes que optaron por la educación privada.

Mientras en el ciclo 2021-2022, el 14.3 por ciento del total de los estudiantes del País estudiaba en escuelas privadas, para el 2022-2023 —que inició en agosto de 2022 tras el anuncio de la Secretaría—, cerró con el 15.4 por ciento, y para el 2023-2024, el porcentaje subió a 16 por ciento.
 
De acuerdo con información de la organización Educación con Rumbo, el mayor aumento en la matrícula de colegios privados, se reportó en la educación básica, que fue donde se implementó la NEM y se cambiaron los libros de texto gratuitos
 
Del ciclo escolar 2022-2023 al 2023-2024, la matrícula de primarias privadas incrementó en 89 mil 389 alumnos y en secundaria a 20 mil 578 estudiantes en México. 

La organización atribuyó este comportamiento a la inconformidad de padres de familia con los nuevos cambios educativos en esta Administración federal. 

Karina Palma conservó a su hijo Milton en primaria pública en la Ciudad de México, porque las cuentas sólo le alcanzaron para pagar cursos de regularización. 

“Los maestros siento que están hechos bolas, se apoyan en libros del año pasado u otros que compran, pero estos nuevos cambios no los entienden y los estudiantes tampoco, además no pueden salir, yo siento que sí hay atrasos”, indica. 

En tanto, el maestro Domingo, de la Ciudad de México, que pidió omitir su apellido por miedo a represalias, e imparte en una secundaria pública, lamenta la carga de trabajo que se sumó al magisterio, ya que, dice, tuvo que enseñar entre improvisaciones y con materiales didácticos con errores.

A veces ni los directores ni los supervisores entendían los cambios, ellos (autoridades educativas) decían que no había eliminación de materias, pero sí hicieron una mezcolanza que por más rectoría, que por más independencia, rectoría que le quisieron dar a los maestros, ha sido complicado. Tuvimos que entender o medio entender en unos días algo que todavía no queda tan claro", comenta.

'BECAS NO CUMPLEN OBJETIVO'

Una de las principales políticas en materia educativa de la Administración que está a punto de concluir su periodo, fueron las becas, pero no necesariamente arrojaron avances para lo que estaban destinadas: combatir al abandono y rezago escolar.  

Marco Fernández, investigador de México Evalúa y el Tec de Monterrey, refiere que el Gobierno actual descobijó aspectos como la capacitación de los docentes, que sufrió recortes en más del 83 por ciento de su presupuesto, terminando con la cifra “irrisoria y claramente insuficiente” de 195 pesos por profesor o profesora, pero con un aumento de recursos a becas.

Estos apoyos económicos a los alumnos, apunta, no fueron universales como se anunciaron y presentaron problemas de regresividad. 

Por un lado, sólo en el primer año de media superior, tienes 22 por ciento de los alumnos que reportan tener becas, en el segundo año aumenta al 65 por ciento y en el tercero al 62, pero recordemos que los primeros dos años, el primero y segundo de prepa, son los que están teniendo mayor caída en la matrícula", señala.

El proyecto Aprender Parejo del que es coordinador, en uno de sus informes mostró la caída de la matrícula pese a las becas en educación media superior. En 2016, la cobertura a este nivel educativo era de entre 49.5 a 81 por ciento, siendo la primera cifra para los alumnos de menos ingreso y la segunda los de más posibilidades. 

Para 2022, la brecha en cobertura osciló entre los 54.6 por ciento y los 79.3. Para la educación superior la distancia en 2016 era de 12.1 por ciento a 51.3 por ciento y en 2022 era de 15.2 a 52.5. 

“A pesar del aumento de becas ha habido una caída en la matrícula. ¿Por qué? Porque los propios jóvenes, en la Encuesta Nacional de Acceso y Permanencia que hace el Inegi, destacan que el primer factor por el cual están abandonando la escuela es precisamente porque sienten que la escuela no es para ellos, que no están aprendiendo. 

“Y esto se debe a que, desde antes de la pandemia, durante y después de la misma, las autoridades jamás se preocuparon por fortalecer el acompañamiento docente o crear programas de tutorías que pudieran hacer que estos estudiantes que estaban recibiendo becas no abandonaran la escuela”, agrega. 

Explica que en un análisis de la distribución de las becas de acuerdo a los niveles de ingreso, se evidenció que familias menos aventajadas quedaron porcentualmente en la misma proporción de becas que recibían antes, durante el sexenio anterior, con el programa de Oportunidades, o sea 51 por ciento. 

“Pero los alumnos y las alumnas que pertenecen al segmento, al quinto quintil, es decir, al segmento de mayor ingreso en la sociedad, crecieron sus becas del 2 al 35 por ciento. Entonces, sí, esto retrata que los pobres no fueron puestos en una prioridad del Gobierno”, enfatiza.

Otro rubro criticado por el especialista fue el programa La Escuela es Nuestra, al que se destinaron más de 100 millones de pesos, pero denotó que existan múltiples problemas en su operación, al considerar que son los padres de familia los responsables de reparaciones y recursos, pero, al no ser expertos en los temas de construcción, se han tenido complicaciones como la caída de techumbres por estar mal edificadas o truenes de la instalación eléctrica al intentar dotar a los planteles de aire acondicionado. 

Para ello sugiere un acompañamiento de los institutos de infraestructura educativa estatal para que las reparaciones se hagan de manera adecuada, programa sobre el que opina se ha fomentado la opacidad. 

Otros “taches” colocados por Marco Fernández al actual sexenio en materia educativa fueron la falta de herramientas tecnológicas, pues solamente 35 por ciento de los planteles públicos del país cuentan con al menos una computadora, en contraste es el 82 por ciento de las escuelas privadas, con lo que destacó la desventaja para prepara a los educandos en las tecnologías del siglo XXI. 

La negativa a hacer una evaluación diagnóstica periódica en los diferentes niveles educativos, fue otro desacierto enlistado al opinar que esto quita información a los docentes para poder desarrollar sus estrategias pedagógicas e ir ayudando a quienes dejaron de aprender aún más por la pandemia.

CONFÍAN SEA 'PRESIDENTA DE LA EDUCACIÓN'

El pasado 15 de marzo, ante maestros y todavía durante campaña, Claudia Sheinbaum prometió ser “la Presidenta de la educación pública”

Para Patricia Vázquez, presidenta ejecutiva de Mexicanos Primero, esta aseveración esperanza a que de una vez por todas, la educación se coloque al centro de la agenda pública y se entienda su importancia para la construcción de un mejor País. 

Aunque al hacer un balance del sexenio que termina la especialista señala que existen más errores que aciertos en el tema educativo, el que la próxima Presidenta sea una científica, da luz en el camino.

“(Sheinbaum) es una mujer que tiene una formación académica mucho más consolidada, y eso también habla, pues, del rol que ha tenido la educación en todos los niveles de su vida, y me parece que también tiene una mirada de analizar los problemas públicos con mucha más solidez académica que solamente una narrativa de un movimiento político”, opina. 

Asimismo, considera que el perfil del próximo titular de la SEP, Mario Delgado, destaca por su experiencia en la administración pública y en dirigir una dependencia, así como en la negociación y el diálogo, al señalar que en este Gobierno se optó por docentes, en el caso de las últimas dos titulares, que no necesariamente abrieron la conversación. 

“Su voz (de Leticia Ramírez, la tercera de tres Secretarios de Educación con AMLO) está absolutamente oculta, callada, silenciada”, señala.

“Veo un equipo que llega acompañando a la Presidenta electa con una trayectoria más consolidada en el sector público, con más entendimiento de lo que significa ser un técnico o un tecnócrata en las diferentes instancias de Gobierno. Vemos esa oportunidad de Mario Delgado que ha tenido experiencia en el sector público, en la Secretaría de Educación de la Ciudad de México, que por lo menos entiende qué significa estar al frente de una dependencia pública, con una experiencia lejos de si es o no es docente. 

“Con una experiencia de lo que significa por lo menos gobernar una dependencia pública y con un cierto perfil político. Vemos perfiles más especializados y eso habla de un contraste versus, insisto, ahorita no sabemos quién es la Secretaria. Es más, la otra vez me preguntaban si alguna vez habíamos tenido una reunión o escuchado su voz fuera de lo que presentan los medios o presentan en los Consejos Técnicos Escolares y no”, añade. 

Con estas cualidades, hace votos porque en el próximo sexenio se tenga una mayor vinculación con organizaciones de la sociedad civil. 

También califica como buena señal que Sheinbaum manifieste intenciones de retomar las relaciones internacionales de México en las diferentes materias y una de ellas sea el área de educación.

“Cuando sabemos que en evaluaciones como PISA y en otros países, otras evaluaciones que hace la propia Unesco, hay países que tienen gobiernos y sistemas políticos radicalmente distintos a los neoliberales y aún así forman parte de una evaluación y una conversación global”, apunta. 

Sin embargo, acota Vázquez, todavía no se ve con total claridad cuál va a ser la posición de la futura Presidenta con sectores de la sociedad civil que no comparten puntos de vista. 

Para la entrevistada, el sello de este sexenio fue la opacidad en los recursos, en programas como La Escuela es Nuestra; además de que notó que las decisiones eran unilaterales y hubo cerrazón a las críticas.

Vázquez opina que la Administración de la 4T le quedó a deber a la infraestructura de los planteles educativos y en servicios básicos. Considera que erró al centrar los apoyos en becas sin consideración de diversas necesidades del sistema educativo nacional.

¿EL LOGRO? BAJAR LA MATRÍCULA

Para el investigador Eduardo Backhoff Escudero, el sexenio de Andrés Manuel López Obrador fue uno de los peores en materia educativa, al advertir que uno de sus principales sellos fue la improvisación. 

El ex presidente del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) refiere que en el intento de tirar todo para construirlo nuevamente, se cometieron diversos y graves errores. 

“Ha habido una regresión, un retroceso en prácticamente todos los sentidos”, considera. 

No obstante, quien dirigió el instituto autónomo que por casi 17 años arrojó datos para medir los avances educativos, remarca que uno de los más grandes desaciertos es el que con AMLO se desairara la información y opiniones que no emanaran del oficialismo. 

Refiere que dos de los indicadores más importantes para evaluar a un país en materia educativa son la matrícula y los aprendizajes.

Este sexenio logró lo que nadie había logrado, que es bajar la matrícula, bajar el número de estudiantes y no nada más el número, la proporción de estudiantes que asisten a la escuela. Más o menos se calcula una pérdida de 1.6 millones de niños", señala.

Según datos de la SEP, al arribo del actual Presidente, en el ciclo escolar 2018-2019, se tenían registrados 35.8 millones de alumnos en todos los niveles en el País. A partir del siguiente año, la matrícula bajó a 35.7, teniendo la peor caída en el ciclo escolar 2021-2022 y en el último periodo reportado (2023-2024), el número de alumnos en México fue de 34.8 millones. 

“Es algo que no habíamos visto en otros sexenios. Siempre, la matrícula había sido a la alza y no a la baja. Por un lado, es la pandemia, pero ya bajó, o ya se acabó y sin embargo, en este ciclo escolar de 2024, el número de alumnos es menor que en el 2018-2019, que es cuando comenzó el sexenio de López Obrador. Es el indicador más importante de todos y es en el que hemos retrocedido”, abunda.

Backhoff Escudero indica que en cuanto a los aprendizajes, también se perdieron durante este sexenio, y remarcó que si bien afectó la pandemia, la situación se complicó por el manejo de autoridades durante la contingencia, con factores como ser uno de los países que tuvo cierres más prolongados de escuelas o sin lecciones en forma, que abonaron al rezago escolar. 

Las clases en línea, dice, evidenciaron las grandes brechas de desigualdad entre el alumnado con una planta docente que no estaba preparada para impartir lecciones vía remota, además de que se sufrieron recortes a la profesionalización docente.

Ante este panorama, considera, que más que nunca era indispensable la evaluación y la información, las que debían ser usadas como herramientas para saber las condiciones de los alumnos mexicanos, nivel de pérdida de aprendizajes y características particulares sobre sus condiciones y necesidades, para que el Estado acudiera a su rescate. 

“Lo que quiero decir es que, además de que nos ha ido mal, perdimos la forma de saber qué tan mal nos ha ido, o de poder monitorear el curso del sistema educativo nacional, y solamente nos queda una sola evaluación, que es la de PISA (que también tuvo el riesgo de frenarse), que se hace cada tres años, pero solo con estudiantes de 15 años de edad”, expone. 

Este Gobierno lo que hizo fue improvisar y dijo a última hora: 'todos parejos'. Entonces, de golpe, a los niños que no habían llevado absolutamente ningún curso, se les dio un nuevo currículum que no tenía nada que ver y que no daba continuidad a lo que ellos habían visto anteriormente. Entonces, ¿qué puedes esperar? Pues un desastre", advierte.