LA SEP: REPROBADA

Eduardo Andere M.*

Inicia el ciclo escolar 2024-2025. Es un buen momento para evaluar la política educativa del sexenio que agoniza y revisar la plataforma de despegue del nuevo sexenio. El resultado es reprobatorio.

El sexenio de AMLO recortó la participación del gasto educativo sobre el gasto total programable del Gobierno federal en casi dos puntos porcentuales. En 2018 el gasto en educación sobre el gasto total programable representaba el 17.5%, en 2023 cerró en 15.7%, el más bajo desde 1995. Esto es grave.

Con frecuencia, los economistas de la educación sostienen que es más importante “cómo se gasta que cuánto se gasta” y eso es acertado solo a partir de un nivel de gasto mínimo. Porque muy poco gasto, no importa cómo se gaste, impide cualquier arranque.

El gasto de México en educación es excesivamente bajo; el más bajo de todos los países miembros de la OCDE, incluyendo a sus colegas latinoamericanos, Chile y Colombia.

El gasto anual acumulado en 2020 de México para todos los niveles educativos fue de 3,132 dólares internacionales, contra 4,481 de Colombia, 7,077 de Chile, 11,576 de la OCDE, 11,903 de Finlandia, 18,974 de Estados Unidos y 25,545 de Luxemburgo. No es necesario volar tan alto como Estados Unidos o Luxemburgo, pero un valor similar al de la OCDE suena razonable. Ahí, la máxima “es más importante cómo se gaste que cuánto se gasta” cobra sentido.

¿Quién ha ganado en el reparto del gasto a lo largo de los años, pero sobre todo en el último sexenio, en orden descendiente?: Energía, Desarrollo Social, Seguridad Pública, Salud, Trabajo y Previsión Social, Defensa Nacional, Marina y Educación que ganó muy poco: 48%. Por ejemplo, Energía ganó, entre 2001 y 2021, 760%.

En cobertura educativa de educación básica (3 a 14 años), las cosas no andan bien tampoco. La tasa neta de escolarización ha bajado desde el 2014-2015, que alcanzó un nivel de 95%, hasta 90.2% en el ciclo escolar 2022-2023. Cierto, hubo una fuerte caída del 2019 al 2021 por la pandemia al pasar de 93.1% a 89.9%, pero ya para el 2022 deberíamos haber observado una recuperación, sin embargo, del ciclo escolar 2019-2020 al 2022-2023 perdimos 1 millón 144 mil niños que no han regresado a la escuela, con todo y que el presupuesto de becas para educación básica ha crecido de 29 mil millones de pesos en 2020 a 36 mil 500 millones de pesos en 2024.

En equidad seguimos desiguales. Por ejemplo, en el grado promedio de escolaridad la Ciudad de México tiene un nivel cercano a los 12 grados de estudio, Chiapas apenas alcanza ocho grados. La enorme diferencia entre los mejores y los peores se observa en casi todos los indicadores educativos.

En infraestructura las cosas tampoco andan tan bien. Alrededor del 25% de las escuelas de básica y media superior no tienen agua potable; cerca del 20% no tienen lavamanos; el 42 % y el 30% de las escuelas en básica y media superior, respectivamente, no tienen computadoras; el 53% y el 47% de las escuelas en básica y media superior, respectivamente, no tienen conexión a internet. Es más, cerca del 8% y 13% de las escuelas de educación básica y media superior, respectivamente, no tienen electricidad.
Y si nos vamos a la calidad de los aprendizajes medida por pruebas estandarizadas, las cosas andan peor, tanto con mediciones nacionales como internacionales. PISA es la prueba en la que mejor nos va. Solo para tomar un dato, en la última prueba PISA 2022, en matemáticas, el porcentaje de estudiantes (entre 15 y 16 años) que se ubicó en los niveles más bajos de desempeño fue cercano al 66%.

Los cambios de la Nueva Escuela Mexicana no apuntan en la dirección correcta. En términos concisos la oferta de la 4T en materia educativa se agrupa en cinco pilares: retórica de cambio; reasignación de recursos del Ramo 11 hacia dos programas epítome (La Escuela es Nuestra y las Becas Benito Juárez); las nuevas universidades; los nuevos programas de estudios y libros de texto gratuitos.

Todos esos pilares han sido criticados. Pero el punto más relevante y criticable es el cambio de enfoque educativo: de una pedagogía del aprendizaje a una pedagogía política. En este cambio, la SEP ha perdido su brújula educativa y ha hecho un galimatías tanto en la asignación de recursos como en la imposición de un modelo educativo antipedagógico, doctrinario y antitético. Sobra decir que la imposición de la SEP se ha llevado a cabo violando todo tipo de normas jurídicas, administrativas y pedagógicas.

Además, el connubio histórico entre la SEP y las organizaciones laborales se ha reforzado pavimentando el camino para que el Estado vuelva a perder la rectoría de la educación.

En una administración pública sana, una SEP auténtica debería presentarle al Presidente las opciones efectivas; por su parte, el Presidente debería abstenerse de imponer la agenda educativa.

Los vientos no soplan a favor de la niñez y la juventud, quienes en forma directa serán los más afectados por el nuevo rumbo del barco educativo, pero en el largo plazo, todo México perderá. Si el nuevo Gobierno trae la idea de adoptar, o aún más, reforzar la NEM, bueno, dentro de seis años no hablaremos del fracaso sino del desastre educativo.

* Investigador visitante del Boston College

CERRAR BRECHAS Y ABRIR CAMINOS

Pablo Yanes*

Educación para la vida, para el trabajo y la ciudadanía es uno de los ejes del Gobierno de Clara Brugada.

Concebimos la educación como un derecho en sí y, al mismo tiempo, habilitante de otros derechos. También como un proceso permanente a lo largo de la vida, como un medio permanente de acceso, adquisición y construcción de conocimientos, capacidades y destrezas, como desarrollo del pensamiento crítico, formación de hábitos colaborativos, capacidad de adquirir habilidades fundamentales y desarrollar habilidades socioemocionales.

Esto es, aprender a aprender y, como dice Edgar Morin, también aprender a desaprender.

Desde esta mirada de los derechos y en el marco del arreglo institucional que en la Ciudad de México le otorga al Gobierno federal la administración de la educación básica, el Gobierno de Clara Brugada tendrá una relación cercana, fluida y complementaria con la Federación para hacer de la educación una de las herramientas fundamentales del desarrollo, del bienestar y de la construcción de paz.

La escuela estará en el centro de la comunidad y las niñas, niños y jóvenes en el centro de la escuela. Partimos de los importantes avances logrados durante el Gobierno de Claudia Sheinbaum y Martí Batres en materia de acceso a la educación en cobertura y disponibilidad, en becas, útiles escolares y protección social, particularmente con el programa Mi Beca para Empezar y que ahora tendrá escala nacional, reconocido como un derecho.

Pero también asumimos la urgencia de ir más allá para cumplir con los requisitos de accesibilidad, adaptabilidad, asequibilidad y aceptabilidad que marcan las mejores prácticas internacionales. La importancia, por ende, de cerrar brechas de desigualdad en materia educativa y hacer de la escuela pública el espacio donde se recibe la mejor educación, para que la educación sea una palanca para abatir desigualdades y no para reproducirlas o ampliarlas inclusivas.

En el Gobierno de Clara Brugada, la educación en general y la escuela en particular, además de las funciones propiamente pedagógicas, cumplirán un importante papel en la construcción del sistema público de cuidados, en la mejora del espacio público y en el fortalecimiento de la escuela como pilar del desarrollo territorial y comunitario.

Una de las prioridades mayores del próximo Gobierno será el cierre de brechas de desigualdad en el acceso y pertinencia de la educación, comenzando por la primera infancia.

El próximo Gobierno dará un especial impulso a las políticas y programas dirigidos a las niñas y los niños más pequeños mediante la expansión de la educación inicial, la puesta en marcha del programa Desde la Cuna y la conformación de centros de desarrollo y cuidado infantil, así como la ampliación de los servicios en la red de Utopías en toda la ciudad.

Se llevará a cabo un amplio programa de recuperación sustantiva de la infraestructura educativa con mejoras de fondo en la calidad de las instalaciones y el mobiliario educativo para que las escuelas sean funcionales, pero también bellas, y que se conviertan en entornos que propicien el gusto por aprender y convivir y sean referentes del espacio público en las comunidades.

El entorno educativo importa mucho y por ello nos proponemos su mejora sustancial.

La ampliación de los horarios escolares será una prioridad para contar con la red más amplia de escuelas de tiempo completo que deberán ser uno de los pilares del sistema público de cuidados. La ampliación de los horarios escolares tiene múltiples beneficios para las niñas y los niños, así como para sus familias.

Concebimos la ampliación de los horarios desde una doble perspectiva: la del interés superior de la infancia y la del abatimiento de la pobreza de tiempo para las mujeres.

Horarios extendidos y escuelas de tiempo completo amplían las capacidades de aprendizaje de niñas y niños, permiten adquirir hábitos saludables de alimentación y mejorar la convivencia e interacción social, factores claves en el desarrollo de las habilidades socioemocionales.

La ampliación de horarios no es solo más horas de aprendizaje, sino ampliación de aprendizajes significativos. Por ello, el propósito es aprovechar los horarios extendidos para expandir la enseñanza de las artes, la práctica de deportes y desarrollar la curiosidad por el pensamiento científico, la tecnología y la innovación.

Horarios extendidos y escuelas de tiempo completo son una apuesta por una educación también completa e integral en donde las artes, la actividad física y la construcción de cultura cívica y ciudadana tengan un papel fundamental.

Pero también las escuelas de tiempo completo son una apuesta para redistribuir los trabajos de cuidado y abatir la pobreza de tiempo principal y mayoritariamente de las mujeres. Con horarios escolares mucho más extendidos se crean condiciones materiales para una mejor y mayor inserción laboral de las mujeres y para una mayor disposición de tiempo para sus propios proyectos de vida.

Elevar la escolaridad promedio de la ciudad pasa por contar con más estudiantes en educación media superior y superior. Como ha señalado la Jefa de Gobierno electa deberá haber tantas preparatorias como secundarias para garantizar espacios para todos los jóvenes.

Asimismo, nos proponemos en diálogo y concertación con todo el ecosistema educativo alcanzar un nuevo consenso sobre los mecanismos de acceso a la educación media superior y superior para superar sesgos y exclusiones que deberán poderse superar.

Para mejorar las condiciones de las y los estudiantes de las universidades públicas en la ciudad pondremos en marcha un programa universal de apoyos económicos para que puedan solventar gastos de acceso a la educación, como es el caso del transporte.

El acceso universal y efectivo a la educación en la ciudad tiene muchos otros desafíos en los que nos proponemos colaborar para su superación: acceso a la educación relevante y consistente con la diversidad cultural para integrantes de pueblos y comunidades indígenas, alcanzar la plena integración educativa relevante y en condiciones de igualdad de las personas con discapacidad, lograr el analfabetismo cero particularmente concentrado en mujeres mayores de 50 años, lograr que todos y todos los niños asistan a la escuela y abatir significativamente el rezago educativo.

La educación es una palanca fundamental del desarrollo. Para su mejora y fortalecimiento se requiere la participación activa de niñas, niños y jóvenes, madres y padres de familia, investigadores académicos, maestras y maestros, organizaciones sociales y comunitarias. Por ello, las políticas de educación, ciencia, tecnología e innovación del Gobierno de la ciudad serán de mucho diálogo y construcción de acuerdos. Hagamos de la transformación de la educación un objetivo compartido y un bien público. Cerremos brechas de desigualdad y abramos nuevos caminos para la educación de todas y todos.

* Próximo Secretario de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación del Gobierno de Clara Brugada. Actualmente es Secretario Técnico del Consejo Asesor de la Jefa de Gobierno electa.