La lasaña es un platillo italiano que, según la historia, podría contener cercana relación con la cocina griega.

Una de las teorías sobre su origen proviene de su etimología, la cual apunta al término griego “laganon”, que significa “pan plano”. También se le ha encontrado similitud con el latín “lasanum” equivalente a “olla para cocinar”.

Esta preparación comenzó a ganar popularidad en Italia, desde la época de César Augusto, el primer emperador de Roma, sin embargo, solía realizarse con ingredientes totalmente diferentes como capas gruesas de pasta que incluían trozos de pescado y panza de cerdo.

La lasaña comenzó a prepararse a la manera moderna en Emilia-Romaña, con una salsa acompañada de carne, similar a lo que hoy se conoce como boloñesa, y fideos, a los cuales se les añadió la popular salsa bechamel, originaria de esta región al norte de Italia.

Con el paso de los años, la preparación e ingredientes que contiene la lasaña fueron variando según cada provincia del país; como por ejemplo la lasaña napolitana, originaria de Nápoles, la cual se identifica por contener trozos de distintas proteínas y vegetales, o bien la de Génova, la cual lleva salsa pesto.