Erika Ugalde

Erika Ugalde lleva 10 años como actriz de doblaje y ha trabajado con los grandes de Hollywood. Es la voz de Desagrado en “Intensa-Mente”, de Pixar; Maeve Wiley (Emma Mackey) en “Sex Education”, de Netflix; y de Chani (Zendaya) en” Duna 2”, de Warner Bros.

En entrevista sobre el creciente papel de la Gen AI en la industria del doblaje, Ugalde enfatizó el valor irremplazable de la emoción y la experiencia humana en la actuación de voz.

Si bien reconoció los avances de la IA en la clonación de voces, afirmó que las máquinas no pueden replicar la profundidad emocional ni los matices que los actores aportan, basados en experiencias humanas.

“El robot no ha vivido, nosotros sí”, expresó Ugalde.

Consideró que el público rechaza el doblaje generado por IA, prefiriendo la autenticidad que solo los actores profesionales pueden alcanzar tras años de trabajo y cercanía con la industria.

Ugalde subrayó la urgente necesidad de regulaciones que protejan los derechos de los actores de voz y recalcó la importancia de contratos claros que definan la propiedad de los derechos vocales.

A pesar de sus preocupaciones, Ugalde ve una oportunidad en la Gen AI, comparando esta situación con la pandemia de Covid-19, cuando la industria se vio obligada a adaptarse.

Durante ese tiempo, en concreto durante 2020, los actores improvisaron cabinas profesionales en sus hogares y aprendieron a usar nuevas tecnologías para trabajar a distancia, lo que les abrió nuevas oportunidades.

Al eliminar barreras físicas, Ugalde ahora colabora con empresas de Argentina, Miami y Uruguay.

“Espero que con la IA sea igual”, dijo.

Con optimismo cauteloso, la actriz vislumbró un futuro donde IA y humanos colaboren para crear actuaciones aún más convincentes.

Mario Filio

Mario Filio es un referente del doblaje latinoamericano. Ha prestado su voz a Obi-Wan Kenobi en “Star Wars”; a Goofy en varios proyectos de Disney; a Ralph el Demoledor, de Pixar; y al Rey Julien en “Madagascar”.

A pesar de su afabilidad, la IA es un tema que le preocupa. Para él, solo hay dos opciones: regulación o regulación.

Filio forma parte de la Organización de Voces Unidas (OVU), una iniciativa creada en abril de 2023 que promueve el diálogo sobre la Gen AI y busca ser clave en la elaboración de leyes sobre contenidos de IA en países como Argentina, Costa Rica, España y México.

En su manifiesto, disponible en su sitio web, la OVU, integrada por actores de doblaje de América Latina y España, solicita que los empleadores incluyan en sus contratos información clara sobre el uso de la voz, desde los territorios en los que se transmitirá hasta la temporalidad.

Además, buscan una compensación justa por el uso de sus voces en la creación de herramientas de IA generativa y quieren ser ellos los que decidan si trabajarán exclusivamente como voces humanas verificadas, híbridas o sintetizadas en lo que denominaron “nueva fase” de la industria.

La OVU cuenta con el respaldo de miembros sindicalizados del sector, como Romina Marroquín Payró, de la Asociación Nacional de Actores en México, y Jaime Roca, presidente del Sindicato de Actores de Voz y Voice Talents de Madrid.

Filio asegura que la falta de regulación expone a los actores de doblaje a abusos por parte de distribuidoras o compañías que los contratan.

Citó el caso de un colega que le mostró un contrato que literalmente decía que, al firmar, cedía los derechos de su voz para la creación de modelos de IA que serían utilizados en futuras producciones.

“Al no haber ningún antecedente ni ley, puedes caer en este tipo de cláusulas ambiguas”, advirtió Filio.

Sin embargo, señaló que la OVU enfrenta retos, ya que los abogados les han comentado que proteger algo intangible como la voz es complejo, aunque no imposible.

Cristina Hernández

Cristina Hernández es el vivo retrato de su personaje Alegría en “Intensa-Mente”, con una sonrisa tatuada de oreja a oreja, pero cuando se habla de IA en el doblaje, su semblante cambia bruscamente hacia el de Furia.

Reconocida por ser la voz de Anne Hathaway y Bombón en “Las Chicas Superpoderosas”, Hernández ha visto varios cambios en la actuación de doblaje, como la transición de lo analógico a lo digital. Sin embargo, considera que el salto con la IA ha sido cuántico.

Hernández añadió un ángulo ético, legal y moral a la conversación. Explicó que, al ser una voz reconocida, clonar su voz es sencillo, lo que podría derivar en un mal uso, como la creación de contenido falso que afecte su reputación.

Coincidió con Ugalde y Filio sobre las lagunas legales que dejan a los actores desprotegidos y expresó su preocupación por cómo, debido a la falta de regulación, se entrenan modelos de IA con sus voces sin autorización, lo que representa una amenaza no solo para los actores, sino para todas las personas.

Hernández mencionó que quienes usan IA para duplicar voces como las de Humberto Vélez y René García están, sin quererlo, entrenando gratis a los productos de compañías que no pagan regalías, comprometiendo así su profesión.

Al igual que Filio, Hernández es parte de la OVU. Junto con Daniel Soler, su presidente, acudieron a finales del año pasado a la Cámara de Diputados, donde un grupo de legisladores de la Oficina de Ciencia y Tecnología escucharon sus preocupaciones.

Los diputados se mostraron sorprendidos por los dichos de la OVU y admitieron que nadie les había mencionado el tema. Hicieron promesas de rigor, como la elaboración de una propuesta, pero el asunto se estancó.

No obstante, Hernández prometió guerra sin cuartel. Afirmó que reactivarán la conversación pronto, ahora que el nuevo gobierno federal entró en funciones con la Presidenta Claudia Sheinbaum.

De todas formas, la industria busca de manera paralela formas de protegerse, mencionó la actriz. Una opción es aplicar marcas a nivel de metadatos en sus voces para registrar cualquier alteración.

“Pedimos que se registren las voces de todos los profesionales, y no solo las voces, sino cualquier contenido de personas relacionadas con la industria creativa, como diseñadores o escritores. Somos todos, sí o sí”, concluyó Hernández.

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