A propósito del Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, el cual se conmemora mañana, la tapatía Mago Solórzano Mercado abrió su corazón para contar cómo enfrentó ella ese padecimiento que cobra las vidas de tantas mujeres.
“En ese momento tenía 49 años”, recuerda Mago, “físicamente me sentía muy bien, fuerte y con energía. Con un trabajo en un despacho financiero que me gustaba mucho, y de hobby atendiendo mi emprendimiento (un negocio que promueve hábitos saludables)”.
Lamentablemente, su vida tomó un rumbo diferente cuando, durante su chequeo anual, se enteró de que tenía un pequeño tumor.
Su radiólogo, el Dr. Óscar Bañuelos, le comunicó que sospechaba que algo andaba mal y le solicitó que se practicara una biopsia para corroborarlo.
Fue el 12 de agosto de 2021 que Mago recibió la temida confirmación: tenía cáncer de mama y debía pasar por varios estudios para saber a qué se estaban enfrentando.
“Yo no lo podía creer”, confiesa Mago, “uno de los peores miedos de mi vida haciéndose realidad. Y desde ese momento empezó un viaje completamente desconocido para mí y para mi familia”.
Una época difícil
Para recibir una segunda opinión sobre su diagnóstico, el cual implicaba un tratamiento inicial de 32 radiaciones y cuatro ciclos de quimioterapia administrados por un catéter, Mago viajó a Houston, Estados Unidos, donde no solo le confirmaron que padecía cáncer de mama, sino que también descubrieron que se trataba de un tipo identificado como triple negativo.
“Usualmente es más agresivo y difícil de tratar”, explica Mago, “no responde a la terapia hormonal, ni a los medicamentos que combaten a la proteína de HER2. Solamente entre el 10 a 15 por ciento de los casos de cáncer de mama son triple negativo”.
La difícil situación fue aún más dura para Mago porque, por esas mismas fechas, se encontraba agonizando una querida tía materna, Luz María Mercado Sánchez, cuyo organismo fue invadido por el cáncer, lo que le impidió moverse durante varios años, y finalmente falleció con su cuerpo totalmente destrozado.
También la abuelita materna de Mago padeció esta enfermedad: a María Sánchez Martín la diagnosticaron cuando tenía más de 80 años, le quitaron un seno, y murió de causas naturales a los 95 años.
“Las tres con cáncer de mama”, dice Mago, “yo quiero romper este círculo familiar”.
Muy bendecida y amada
Al principio, este proceso fue muy difícil para Mago porque la incertidumbre era muy fuerte.
“Cada día que pasaba era como una batalla por ganar, porque no sabes si vas a amanecer o no, y en qué condiciones”, explica Mago. “Fui recuperando la confianza poco a poco. Y hoy te digo que esa experiencia fue un regalo de vida por todos los aprendizajes y muestras de amor que me dejó”.
Su tratamiento duró siete meses y, físicamente, no tuvo ningún efecto secundario: nada de náuseas, pérdida de peso o anemia. Su doctor no podía creer que ella estuviera en tan buena forma después de su último ciclo de quimioterapia.
“Mi cuerpo estaba muy preparado para recibir esa bomba de tóxicos que finalmente son los que te salvan”, dice esta coach de bienestar y salud. “Fui muy cuidadosa en seguir el tratamiento médico al pie de la letra”.
Eso sí, Mago aclara que jamás habría podido lograrlo sola: sus seres queridos siempre estuvieron al pendiente de ella, brindándole un apoyo que fue fundamental. Su esposo, sus hijos, sus papás, sus hermanos, su familia extendida, sus amigos… todo el mundo estuvo echándole porras.
“¿Y sabes qué?, yo me dejé querer”, cuenta Mago, “llegó un momento que dejé de luchar contra esta realidad y la acepté. Y a partir de ahí mi proceso fue todo dulzura y fiesta, amor y compañía”.
Su fe fue un pilar fundamental en su lucha. Todos los días, Dios se manifestaba de diferente manera: en el grupo de amigas que preparaba la comida para su familia durante los siete días posteriores a la quimioterapia, para que Mago no tuviera que preocuparse de nada, o en el otro grupo de amigas que rezaba constantemente por ella, incluso por las noches a través de un chat que tenían.
“Y nunca se borrará de mi mente y mi alma ver llegar a mi segunda sesión de quimioterapia a mis hijos y a mi marido rapados, siendo empáticos con el proceso de perder el pelo que iba a vivir”, expresa Mago. “La enfermedad fue tan misericordiosa conmigo que se raparon en balde. Nunca perdí la totalidad de mi pelo”.
Ejemplo a seguir
¿Cómo sigue Mago hoy en día, a sus 52 años de edad? ¿Ha logrado vencer por completo al cáncer o continúa su lucha contra la enfermedad?
“Es difícil contestar a esta pregunta con objetividad”, responde esta especialista en finanzas, “para mí, estoy curada. Sin embargo, para la ciencia médica, estoy en remisión”.
Es por eso que, dos años y siete meses después de que concluyó su último tratamiento, Mago continúa practicándose estudios periódicamente.
También procura llevar un estilo de vida saludable que involucra descanso y ejercicio. Consume comida primaria (alimentos que son naturales y no han sido procesados) y se enfoca en su familia, su trabajo, su vida espiritual, sus pasatiempos y sus amigos.
Luego de su experiencia con el cáncer, Mago ha profundizado en valores como la gratitud, el amor, la esperanza, la empatía y la resiliencia, y ahora le gustaría compartir consejos para otras mujeres.
El primero es que inicies lo más pronto posible un plan de ahorro específico para este tema; el segundo, elabora una estrategia de vida saludable y apégate a ella lo más que puedas; el tercero, convive con la naturaleza, pues en ella se encuentran siempre mensajes muy sabios; el cuarto, adquiere la mayor cantidad de hábitos positivos que se puedan incorporar a la vida diaria, y el quinto, ayuda con tiempo, conocimientos y aportaciones económicas a las organizaciones altruistas que apoyan a las pacientes con cáncer.
“Enfoquémonos en promover la salud y no en curar la enfermedad, ya que, una vez enferma, todo es más complicado y además muy costoso. El cáncer de mama no es un enemigo invencible. Con conocimiento y acciones podemos enfrentarlo y superarlo. Cada revisión y cada paso que se da hacia un estilo de vida sano son actos de compromiso con nosotros mismos, con México y con el mundo”, afirma Mago.
“La prevención y la detección temprana son nuestros mejores aliados. Nunca olviden que la comunidad y el apoyo son poderosos, y que el miedo no puede, ni debe, detenernos jamás. Si estás sana, apoya a las que no; si estás enferma, déjate apoyar. Que nosotros, la sociedad mexicana, seamos la inspiración del mundo sobre la manera como buscamos anticiparnos, apoyarnos y superarnos ante esta enfermedad”.
Para conmemorar el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, Mago se vestirá de rosa mañana, festejará con su familia la gran bendición de estar sana, y trabajará en su Fundación Zano, una iniciativa que nació como respuesta a su victoria sobre la adversidad.
Su fundación
Al recuperar su salud, Mago sintió un profundo llamado a ayudar a otras mujeres que enfrentaban la misma batalla.
Fue por ello que el 21 de febrero de 2024 instituyó una organización sin fines de lucro, la cual está vinculada a su negocio, Zano Vida Funcional, el cual promueve los hábitos saludables.
“El objetivo de crear la Fundación Zano fue proporcionar asesoría sobre los pasos a seguir cuando una mujer es diagnosticada con cáncer de mama”, ahonda Mago.
“Y paralelo a esto, apoyar a mujeres jóvenes sanas con un plan de ahorro, estructurado y legalmente establecido, que garantice total o parcialmente el respaldo financiero necesario para enfrentar gastos adyacentes a los costos médicos asociados con cáncer femenino”.
En caso de que las mujeres beneficiadas por este programa permanezcan sanas hasta sus 50 años, una mitad de los recursos acumulados se utilizará para fomentar su desarrollo personal y profesional, y la otra mitad se destinará a iniciar un nuevo plan de apoyo para otra candidata. De esta manera se contribuye al fortalecimiento de una sociedad saludable y económicamente activa en México.
“El propósito de la Fundación nace de mi testimonio, de mi experiencia con el cáncer, y de los retos que tuve que enfrentar y de los cuales me hubiera gustado tener más apoyo”, comenta Mago.
“Por ejemplo, mi tratamiento duró siete meses. Los gastos médicos fuertes los pagó un seguro de gastos médicos mayores que yo tenía. Sin embargo, muchos otros gastos salieron de los ahorros de la familia”.
Entre estos últimos desembolsos estuvieron el deducible y el coaseguro, servicios relacionados con el cuidado de la piel, nutrición y atención psicológica, y otros estudios que se realizaron por temas preventivos que no tenían relación directa con la enfermedad.
“Pero, sobre todo, lo que más me costó es que mi familia dejó de recibir el ingreso que yo producía con mi trabajo”, recuerda Mago. “Los gastos extras no planeados, más la falta de mi ingreso, nos puso en una situación vulnerable económicamente. ¡Y eso que yo contaba con un seguro de gastos médicos! No quiero pensar qué pasará con las mujeres que no lo tienen”.
Tal inquietud la llevó a investigar si existía alguna asociación que se enfocara en ese rubro, y como no la encontró, decidió establecer un organismo que se dedicara a apoyar formalmente a las mujeres en el diseño de un plan que les garantizara la atención médica en caso de requerirla.
“Estoy convencida de que la prevención es una pieza clave para poder superar la enfermedad. Buscar tener un cuerpo sano, un espíritu sano y un plan financiero sano”.
¿Cómo ayudar?
La Fundación Zano, a pesar de ser una iniciativa joven, ya está brindando asesoría y seleccionando a las primeras beneficiarias de su programa de apoyo económico. Mago comparte que, aunque queda mucho por hacer, los primeros meses han sido muy prometedores.
“Los tapatíos somos muy comprometidos en apoyar causas sociales que beneficien el futuro de México”, dice Mago. “El mayor reto que tenemos en este momento es darle estructura legal a la Fundación. Y conseguir los fondos para cerrar este 2024 apoyando a las primeras 50 jóvenes mexicanas. Esto significa recaudar una suma de un millón de pesos”.
Su plan para el futuro es crear una amplia red de patrocinadores y voluntarios, y ya tiene contempladas varias campañas supercreativas para recaudar fondos, generar conciencia, y poder cumplir con su meta de 2025: ¡apoyar a 100 mujeres mexicanas!
Contacto
+ Instagram: @magosolorzano
+ Instagram: @zano_vidafuncional
+ Sitio web: www.fundacionzano.encontacto.digital
Su familia
Mago está casada con Armando Sánchez, con quien tiene tres hijos: José Pablo, de 24 años de edad; Juan Diego, de 21, y Mateo, de 15.
Desde su perspectiva única, ellos enriquecen el testimonio de esta valiente mujer y brindan palabras de aliento a quienes enfrentan desafíos similares.
“Creo que el apoyo (familiar) es fundamental. Estoy seguro que acompañar a tu esposa a las consultas y estar presente en cada estudio hace que las cosas sean menos difíciles. La carga compartida es siempre más fácil de llevar. Y lo más importante en mi caso, sin duda, creo que es que nunca tuve la duda de que Mago iba a quedar completamente sana. La confianza se transmite, y eso para mí es sumamente importante”.
- Armando Sánchez, esposo
“Ya sabíamos que nuestra mamá era muy fuerte, pero en esa experiencia obviamente se notó más la fuerza y perseverancia. Me gusta mucho que, al ser una vencedora del cáncer de mama, haya creado la Fundación para poder apoyar a muchas personas que padecen de eso y que tengan un ejemplo de éxito a seguir”.
- Juan Diego Sánchez, hijo
“Yo le diría a otros hijos que (estén pasando por lo mismo que yo pasé) que estén presentes en esa etapa, porque es una etapa muy difícil por la que nadie quiere pasar. Pero sin embargo pasa, entonces les diría que estén ahí para cuidarla y apoyarla (a su mamá)”.
- Mateo Sánchez, hijo
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Información: Carolina Herrera. Fotos sesión: Emilio de la Cruz. Fotos personales: cortesía. Video: Rodolfo Lasso.