DESVÍOS EN LA PFP
El 13 de julio de 2001, la entonces Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo denunció a seis ex funcionarios de la PFP por pagos indebidos y adquisiciones irregulares de seis aeronaves y 167 vehículos que costaron 151 millones 302 mil pesos.
Uno de ellos era García Luna, a quien se acusó de solicitar 42.5 millones de pesos de la partida de “Acciones Policiales Especiales”, pero los gastó en viáticos y pasajes, arrendamiento de inmuebles, informantes, transporte terrestre y activos.
Este fue uno de los varios casos de supuestos desvíos denunciados ante la PGR contra la gestión de Wilfrido Robledo Madrid, ex Comisionado de la PFP y jefe de García Luna.
Varios de los colaboradores de Robledo fueron sometidos a juicios penales, con excepción de García Luna, quien consiguió que la PGR archivara, por falta de elementos, la averiguación previa en su contra.
PROTECCIÓN AL 'SÚPER POLICÍA'
En privado, Genaro García Luna no se guardaba su admiración por Alberto Pliego Fuentes, subdirector de Combate a la Delincuencia de la Procuraduría mexiquense a fines de los años 90.
El trofeo del “súper policía”, como le decían a Pliego, fue el secuestrador Daniel Arizmendi, a quien capturó en 1998 en el Edomex.
Desde 1997 pesaban sobre el comandante denuncias de robo y extorsión y en el 2000 giraron una orden de aprehensión en su contra por abuso de autoridad. Secuestradores como Erick Sánchez “El Erick” y Marco Tinoco “El Coronel” declararon que Pliego protegía a plagiarios.
En el 2003, José Antonio Ortega Sánchez, abogado de la Coparmex, acusó a García Luna de proteger a Pliego. En el 2005, sin embargo, Pliego fue detenido por la SIEDO, acusado de proteger al capo Juan José Esparragoza “El Azul”. El “súper policía” moriría dos años después en el Penal del Altiplano.
INDICIO DE NARCO EN EL
PRIMER CÍRCULO
El primer indicio de complicidad con el narcotráfico en el primer círculo de García Luna fue el caso de Domingo González Díaz, director del Centro de Mando de la AFI, responsable de los cuerpos de élite y grupos de reacción que ejecutaban los operativos contra traficantes de droga.
Dos testigos protegidos declararon a la PGR que en marzo del 2003 Edgar Valdés Villarreal “La Barbie”, operador de los Beltrán Leyva, entregó un soborno de 1.5 millones de dólares a González para que avisara de las acciones policiales y nombrara en Tamaulipas a mandos regionales de la AFI afines a este grupo criminal.
El 11 de octubre de 2004, la SEIDO giró una orden de localización y presentación contra el mando policiaco, pero no envió a sus policías para detenerlo en las instalaciones de la AFI.
Envió el oficio del mandato ministerial a la AFI para que lo retuviera. González fue alertado y huyó. Nunca fue detenido.
VÍA LIBRE A NARCOS
El 15 de mayo de 2007 un convoy de 12 camionetas con más de medio centenar de sicarios recorrió cerca de 300 kilómetros de carreteras federales en Sonora, sin que ninguna autoridad lo detectara.
Al llegar al municipio de Cananea, se enfrentaron a la Policía estatal y murieron 22 personas: 15 pistoleros, 5 policías y 2 civiles.
El entonces Gobernador Eduardo Bours protestó contra la Secretaría de Seguridad Pública Federal, a cargo de Genaro García Luna, porque la División de Seguridad Regional fue omisa.
Este nuevo escándalo ocasionó que tres días después García Luna destituyera a seis mandos, pero luego dichos funcionarios fueron reasignados a otras áreas.
SECRETARIO PARTICULAR
En el 2008, la PGR llevó a cabo la llamada Operación Limpieza, una investigación contra las redes de funcionarios supuestamente cómplices de las distintas facciones del Cártel de Sinaloa.
Un testigo protegido identificado como “Felipe” declaró que Mario Arturo Velarde Martínez, secretario particular de García Luna en la AFI, tenía vínculos con una presunta red de funcionarios que vendían información al Cártel de Sinaloa.
Agregó que Velarde le dio 4 mil dólares por información de la Interpol, donde laboraba, dinero que compartió con otro funcionario de nombre José Antonio Cueto, supuesto reclutador de funcionarios para los Beltrán. Velarde rechazó la imputación y nunca fue acusado.
ATAQUE A AGENTES DE LA CIA
El 24 de agosto de 2012, un grupo de 14 agentes de la Policía Federal atacó a balazos a una camioneta blindada con placas diplomáticas, en la que viajaban los agentes de la CIA, Stan Dove Boss y Jess Hoods Gardner, y el marino mexicano Fabián Molino Yera, en el poblado de Tres Marías, en Morelos.
La PGR dijo que los policías simularon una circunstancia que resultó ser falsa.
Los policías fueron encarcelados, pero el año pasado 11 fueron absueltos y 3 se quedaron presos, sentenciados a 16 años de prisión.
INTERCEPTADO POR 'EL BARBAS'
Una carta anónima, que en su momento se atribuyó a escoltas de Genaro García Luna, relata que el 19 de octubre de 2008, el entonces titular de la SSP federal fue interceptado en la carretera de Cuernavaca a Tepoztlán por el capo Arturo Beltrán Leyva “El Barbas” y sus sicarios.
Le reclamaron que la SSP Federal aparentemente había decidido apoyar al Cártel de Sinaloa.
El año pasado, el traficante Sergio Villarreal “El Grande” y el lavador de dinero Israel Ávila, ambos operadores de “El Barbas”, narraron el episodio en el juicio de García Luna en Nueva York.
CÍRCULO INMEDIATO
La supuesta advertencia de Arturo Beltrán Leyva “El Barbas” ocurrió el mismo año en que varios colaboradores del primer círculo de García Luna fueron asesinados o detenidos.
En el 2008 ejecutaron en la Ciudad de México a Roberto Velasco Bravo, inspector del área de Operaciones; Édgar Eusebio Millán Gómez, jefe provisional de la Policía Federal, e Igor Alfredo Labastida Calderón, inspector general de la corporación.
El mismo año encarcelaron a Víctor Gerardo Garay Cadena, jefe de la PF, quien fue acusado de ser cómplice de los Beltrán, luego de un operativo en el Desierto de los Leones en el que escapó el colombiano Harold Poveda “El Conejo”, proveedor de cocaína de dicho clan de narcotraficantes. Garay sería absuelto años después.
En el 2012, Edgar Valdés Villarreal “La Barbie”, operador de “El Barbas”, hizo pública una carta donde afirmó que Millán, Labastida y Garay estaban en su nómina.
Lo mismo dijo de Luis Cárdenas Palomino y Francisco Javier Garza Palacios, ex jefes de Seguridad Regional; Facundo Rosas Rosas, ex comisionado de la PF; Ramón Eduardo Pequeño García, ex jefe de la División Antidrogas, y el comandante Armando Espinosa De Benito.
Cárdenas está preso desde el 2021 por torturas a presuntos secuestradores, y Rosas estuvo en la cárcel unos meses en el 2022 por el caso de tráfico de armas Rápido y Furioso, del que fue absuelto. Pequeño es prófugo de la justicia de Estados Unidos por cargos narcotráfico.
Garza y De Benito son los únicos que no han sido perseguidos.
TOPO DE LOS BELTRÁN
Iván Reyes Arzate, ex jefe de la Unidad de Información Sensitiva de la PF, se entregó en el 2017 en EU para afrontar la acusación de colaborar con los Beltrán Leyva. En noviembre fue condenado a 3 años y 4 meses de cárcel.
TESTIGOS PROTEGIDOS MUERTOS
Un aspecto peculiar de las investigaciones de la PGR contra el círculo inmediato de Genaro García Luna es que tres testigos protegidos que declararon contra sus colaboradores fueron asesinados o murieron aparentemente por suicidio.
El primero en ser ejecutado fue el texano Javier Martínez Pérez, testigo con nombre clave “José Rodríguez”, quien acusó a Domingo González, jefe del Centro de Mando de la AFI, de recibir un soborno de 1.5 millones de dólares de “La Barbie” en el 2003, para que les avisaran de los operativos.
Martínez fue ejecutado el 6 de enero de 2007, tras cruzar de McAllen a Reynosa, no obstante que estaba bajo protección de los estadounidenses.
El 20 de noviembre de 2009, Jesús Zambada Reyes, sobrino de Ismael “El Mayo” Zambada, fue hallado muerto, colgado de una cinta amarrada a su cuello en una casa de seguridad de la PGR en Tlalpan. La Procuraduría dijo que todo apuntaba a un suicidio.
Desde el año anterior, Zambada era testigo protegido de la PGR con el nombre clave “Rambo III”, y había declarado que Édgar Enrique Bayardo del Villar, comandante de la División Antidrogas de la PF, protegía a su padre Jesús Zambada García “El Rey Zambada”.
Por los dichos de este joven, el 22 de octubre de 2008 Bayardo fue detenido, pero también obtuvo los beneficios de testigo protegido con el nombre clave “Tigre” y declaró contra Gerardo Garay, el jefe de la PF.
Bayardo fue ejecutado el 1 de diciembre de 2009 en un Starbucks de la Colonia del Valle, cuando salió de una casa de seguridad de la PGR.