La mujer del daño
A Ángela Aguilar la revista Glamour la reconoció como la “Mujer del Año” por “inspirar a diario con sus logros y proyectos”. Sin embargo, esto molestó a cientos de personas… Serenos, morenos. No pueden atacar así simplemente sin saber a fondo el motivo de esa decisión.
¿Ustedes creen que es fácil conquistar al artista de moda cuando la hija de éste apenas tiene meses de nacida? ¿Y que, sin que nadie se entere, ella se vaya metiendo como la humedad en el corazón del compositor? ¿De verdad consideran sencillo pasar de ser una novia emergente a una esposa repentina? No cualquiera tiene esas habilidades para lograr que, en cuestión de semanas, un hombre se separe, convertirse en su novia oficial y anunciar su matrimonio. ¡No, señores! Eso no lo hace cualquiera. Para eso se necesita talento y disciplina.
Y si no les parece suficiente que la reconozcan por esas “cualidades”, aquí les va mi argumento final para entender por qué, en cuestión de días, recibió ese nombramiento, la conducción y nominación en los Kids Choice Awards y la nominación al Latin Grammy. Hay que ser muy “fregona” para ser incluida en un premio para adolescentes cuando se está involucrada en un escándalo bastante adulto y para ser considerada, además, en los premios más importantes de la música en español, cuando ninguno de sus temas ha sido realmente un éxito, a excepción de aquel que grabó hace 4 años con quien ahora es su esposo.
Ángela Aguilar pasó de ser la “desvalida” novia, a la que su ex galán Gussy Lau —aparentemente— expuso con unas fotografías personales, a la perfecta villana de las telenovelas. Ella sola, con unas declaraciones fuera de lugar, logró que Cazzu rompiera el silencio de una dama para defender su integridad y reputación.
¿Entienden ahora por qué le dieron el premio a la “Mujer del Año” a la hija de Pepe Aguilar? Que sus “logros” no coincidan con tus valores, eso es otra cosa. Pero de que tiene ciertas habilidades, no hay duda.
'Se disparó en el pie'
Para nadie es un secreto la postura de Eduardo Verástegui en torno a la comunidad LGBTQ+, a pesar de la leyenda urbana que lo acompaña y que sostiene que fue novio de Ricky Martin. Sin embargo, su encono es tal que acaba de “darse un balazo en el pie” al querer enfrentarse con Montserrat Oliver y afirmar que los activistas de dicha comunidad “promueven ideologías que abren las puertas a la pedofilia”.
¡Ah, caray! Creo que a Verástegui nadie le ha informado que los mayores escándalos de pederastia en las últimas décadas han surgido precisamente de diferentes sacerdotes católicos, y no de representantes de la comunidad gay. Parece que su odio es tal que se le están cruzando los cables, porque un transexual o un transgénero no necesariamente buscan aprovecharse de los niños. Intentó anotarse un jonrón (home run) y se ponchó solito.
¡Hasta la próxima semana!