Es un platillo que se remonta a la Edad Media en Milán, Italia, cuyas primeras versiones fueron registradas en el año 1290 en el libro “Liber de Coquina”, donde se hace referencia a esta preparación como una receta caracterizada por la mezcla de varias láminas de pasta con queso y especias.

Con el paso del tiempo y el surgimiento de nuevas técnicas de cocina, fue hasta el siglo 18 que el entonces presidente de Estados Unidos, Thomas Jefferson, quedó encantado con el platillo al grado de llevar la receta a Estados Unidos en el siglo 18, después de pasar algunos días en Italia.

La primera versión estadounidense de este platillo fue publicada en 1824, en el libro “The Virginia Housewife” de Mary Randolph, donde lo denominó como “macaroni y queso”, una creación culinaria que resulta de la cocción de macarrones con una mezcla de queso cheddar rallado y posteriormente horneado.

La preparación ganó popularidad durante la Crisis de 1929, debido a que se convirtió en una opción fácil y económica para servir algo en las mesas. Casi diez años más tarde, la compañía Kraft Foods industrializó el Mac & Cheese, convirtiéndolo en un alimento mucho más barato y práctico debido a su formato de cocción instantánea.