Fue vendida por Christie’s Hong Kong en septiembre de 2024, por 12.2 millones de dólares. Esta obra abstracta, dividida en tres paneles, utiliza colores vibrantes y dinámicos para transmitir emoción y movimiento. Zao Wou-Ki, un pintor chino-francés, fusionó el arte occidental y las tradiciones orientales, logrando un lenguaje visual único que lo convirtió en una figura clave del arte moderno.