
Después de las celebraciones, las sobras se convierten en el protagonista del refrigerador. Recalentar proteínas como pavo, filete, lomo o costillas puede ser un reto si no se quiere sacrificar sabor y textura.
Uno de los puntos clave es evitar la deshidratación de las proteínas por lo que deberás enfocarte la cantidad de jugo y de grasa que cada una contiene.
Te compartimos algunas prácticas para recalentar y disfrutar tus proteínas como si estuvieran recién hechas.
1. Asegúrate de etiquetar las sobras para saber cuándo se prepararon y tener un mayor control sobre la durabilidad de los alimentos.
2. Si congelaste la proteína, cuida el proceso de descongelación. Debes pasar primero al refrigerador para evitar algún tipo de contaminación o descomposición del plato.
3. Proteínas carentes de grasa intramuscular o que no tienen jugo después de un término, como el lomo de cerdo y el pavo, deberás recalentarlas a baño María o junto con algún gravy o caldo para ayudarlas a recuperar líquido y estén jugosas.
4. Carne como el filete de res se debe rebanar delgado y dorarse en una plancha o sartén ya que es una pieza magra y si la calientas completa corre el riesgo de resecarse por la cocción previa. Puedes agregarle una salsa para complementar.
5. Si recalentarás costilla de cerdo, puedes hacerlo de una forma más libre gracias a su cantidad de grasa y al hueso. Puedes recalentar en un horno eléctrico o en el sartén.