Tributo a María de los Ángeles Herrera Porte Petit

Como una mujer que tocaba el alma de quien la conocía, con una gran calidez humana y amor a la vida, de apariencia frágil, pero con la fuerza de mil hombres, así recuerdan sus seres queridos a María de los Ángeles Herrera Porte Petit tras su sensible fallecimiento.

La primogénita del matrimonio conformado por Mauricio Herrera Arechandieta y Elvira Porte Petit Candaudab nació el 26 de septiembre de 1927 en la clínica del doctor Alberto Lozano Garza, en la CDMX.

Sus primeros años de vida fueron en Córdoba, para posteriormente regresar a la Ciudad y más tarde volvió a vivir en Coatzacoalcos.

Junto a sus hermanos, Mauricio y Fernando, (q.e.p.d.), vivió una infancia muy alegre y feliz, rodeada de familia, muchos primos y amigos; hasta su muerte fue la favorita de todas las tías y primas.

Desde pequeña, María de los Ángeles Herrera Porte Petit se inclinó hacia las labores del hogar, así que le gustaba mucho estar con su mamá ayudándole en la casa, en particular lo que involucraba bordar, tejer y cocinar; la música era una de sus pasiones, le gustaba mucho cantar, sobre todo, temas antiguos de tríos.

A decir de sus seres queridos, conquistaba a todo el mundo porque tenía un carácter maravilloso; en su juventud, fue princesa del Carnaval de Xalapa, y como parte del premio participó en un desfile en la ciudad de Veracruz, en un carro alegórico junto a su hermano, Mauricio, quien iba disfrazado de Cantinflas.

Doña María de los Ángeles en la despedida de soltera de su nieta, Lorena Morayta, con su hija, María Carmen

Asimismo, fue Reina de las Mostacillas, en Córdoba. Sus estudios los cursó en el Colegio Mascarone, en Córdoba, y en el Rébsamen, en Xalapa; fue una mujer estudiosa, le encantaba leer y aprender de historia, geografía y cocina.

Su vocación fue la docencia, por lo que estudió en la Normal de Xalapa, de la cual se graduó con altas calificaciones y durante varios años fue maestra de primaria y secundaria impartiendo la clase de Geografía.

María de los Ángeles Herrera Porte Petit se casó con el ingeniero civil Luis Amodio Cevallos, en Coatzacoalcos el 15 de abril de 1954, creando un matrimonio unido de 61 años casados; juntos procrearon y vieron crecer a sus cuatro hijos, María de los Ángeles, Luis, Mauricio y María Carmen.

Le gustaba mucho recibir en su casa y todos los domingos organizaba la comida familiar en la que ella preparaba todo; cuentan que cocinaba desde días antes para agasajar a sus seres queridos con sus platillos favoritos, así como también recibir a sus amigas para las tardes de juego o de café.

La familia entera durante una Navidad.

La recordaré por sus sabios consejos y su cocina tan rica, hacía el mejor mole de olla y bacalao del mundo. Estar en su casa era un apapacho al alma. La llevaré en mi corazón”.

María de los Ángeles Herrera Porte Petit con Josefina Ramírez Porte Petit.

Una de las grandes pasiones de María de los Ángeles Herrera Porte Petit, junto a su esposo, era viajar; dedicaron gran parte de su vida a conocer el mundo. Sus allegados platican que valientes, intrépidos y aventureros agarraban un coche en la parte del mundo que estuviesen y se lanzaban a recorrer cada país hasta conocer cada rincón de él, viajaron en auto de la CDMX hasta Alaska, recorrieron Bosnia, mientras estuvo en guerra, presenciaron los últimos bombarderos en Estambul y se deleitaron con todas las culturas del mundo.

Destacó por ser una mujer cuyo eje de vida en todo momento fue el amor: a la vida, la familia, los animales y a los demás.

Para sus familiares, fue un ejemplo de fortaleza, lucha y entereza, que admiraba a todos; de joven, enfrentando los retos de los pueblos inhóspitos donde vivió mientras su esposo construía puentes y carreteras a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y ya mayor enfrentando sus enfermedades, sorprendiendo a doctores y enfermeras, ya que se sobrepuso a mil diagnósticos y procedimientos de una forma inexplicable, siempre calmada, con buena cara y en la lucha de estar mejor.

María de los Ángeles Herrera Porte Petit con su hija, María Carmen Amodio.

Mi mami querida, fuiste una gran amiga, madre, compañera; aunque tu partida me duele mucho, te llevaré en el corazón y recordaré tus enseñanzas. Te quiero mucho y estarás conmigo por siempre”.

Con sus nietas, Paola, Giannina y Luciana Amodio.

La casa de los abuelos, como ella la llamaba, fue un hogar para consentir a sus seres queridos, donde sus 12 nietos eran los protagonistas y los consentidos y hacían de todo, desde casitas, usar la ropa de los adultos, ver la tele por horas y jugar todo lo imaginable.

María de los Ángeles Herrera Porte Petit falleció el 22 de diciembre a los 97 años de edad, de causas naturales en su hogar, rodeada de toda su familia, como ella siempre quiso.

Sus nietos, Alfredo, Andrés y Lorena Morayta, Luis, Rodrigo, Giannina, Daniel, Mauricio, Paola y Luciana Amodio y Gely y Alejandra Solís, así como sus nueve bisnietos, Juanjo, Gianni, Elena, Lucila, Miguel, Diego, Santiago, Ángela y Alexia, la recuerdan como una excelente mujer, que siempre tuvo el don de hacer sentir especial a todos los que tuvieron el privilegio de convivir con ella.

Maru, como todos le decían a María de los Ángeles Herrera Porte Petit, además de guapa y distinguida, se caracterizó por estar elegante y arreglada, pero a la vez sencilla, cálida y amorosa; alguien que hizo todo a su alcance y más por ser el pilar de una gran familia y mantenerla unida, y al mismo tiempo siendo prudente y discreta. Descanse en paz.

María de los Ángeles Herrera Porte Petit con su bisnieto, Juan José Garrido.

Voy a extrañar mucho a mi ‘Ita’, que siempre estuvo conmigo en Acapulco, con quien me gustaba estar y llevarle postres y chocolates”.

María de los Ángeles Herrera Porte Petit con su esposo, el ingeniero civil Luis Amodio Ceballos.
María de los Ángeles Herrera Porte Petit con su hermano, Mauricio Herrera.

Deja un legado de cariño, generosidad y amor. Nunca la olvidaré”.