El Tribunal de Arbitraje Deportivo redujo el año pasado la suspensión a la rumana Simona Halep al aceptar que la dos veces campeona de Grand Slam no fue responsable del resultado positivo en un control antidopaje en el Abierto de Estados Unidos de 2022.
La Unidad de Integridad del Tenis había pedido al TAS imponer un castigo más severo, de seis años, que hubiera supuesto el final de la carrera de Halep.
La ex número uno del mundo negó haber cometido una infracción por el positivo y echó la culpa a un suplemento nutricional contaminado.