“No todas las metas financieras son iguales. Por ello, es crucial que las parejas gestionen recursos de manera conjunta para definir objetivos claros, específicos y realistas. Es necesario acordar cuándo se desean alcanzar esos objetivos y cómo se trabajará de manera conjunta para lograrlos, priorizando aquellos de corto plazo y dejando para más adelante los de largo plazo”.