Unboxing

Desempacar esta consola me dio más emoción respecto al PS5 Pro, que hace unos meses tuve la oportunidad de probar. En principio, los materiales de la caja son de mayor calidad y los accesorios al interior estaban resguardados en otras cajitas. Todo muy ordenado y prístino.

Adentro, hallamos un control estándar en color blanco, digo estándar porque la marca tiene un mando para profesionales llamado Xbox Elite Series 2; hubiera sido una gran sorpresa encontrarlo. El cable de energía y un cable HDMI de alta velocidad completan los accesorios incluidos.

Luego, fue momento de retirar a la protagonista de esta reseña, la Xbox Series X digital, cubierta por una tela blanca que asemejaba más a una camisa bastante ajustada. Lo admito, fue un momento sexy y fugaz.

A este punto, la experiencia del unboxing parecía más un ritual donde los olores a nuevo y el plástico blanco estimulaban cada rincón los sentidos. Hablando del color y un poco de humor, por fin se hizo canon el chiste del refrigerador que perseguía a esta consola en su lanzamiento.

En el lanzamiento de la serie, la forma rectangular y robusta de la consola fue objeto de memes, inclusive Microsoft aprovechó esta viralidad para vender pequeños frigobares con forma de la Series X en cantidades limitadas.

A detalle: Xbox Series X Digital

  • CPU: AMD Zen 2 de 8 núcleos a 3,8 GHz.
  • GPU: 12 TFLOPS, GPU personalizada RDNA 2 de 52 unidades de cómputo a 1,825 GHz.
  • Memoria: GDDR6 de 16 GB.
  • Almacenamiento interno: 1 TB.
  • Resoluciones: 4K hasta 8K.
  • FPS: Objetivo de hasta 120 cuadros por segundo.
  • Audio: Dolby Digital 5.1, DTS 5.1, Dolby TrueHD con Atmos y L-PCM hasta 7.1.
  • Puertos: HDMI, 3 puertos USB 3.1 Gen 1.
  • WiFi: 2.4 GHz y 5 GHz.

Momento de cambio

Sabemos que vienes a leer nuestra experiencia con la consola; si prefieres ir directamente, avanza al siguiente módulo. Sin embargo, si dispones de tiempo, nos gustaría compartir algunos datos relevantes sobre cómo evolucionó la industria del videojuego hacia un mercado diversificado, en el que se observa un nuevo auge de los formatos portátiles, mientras que los servicios digitales se mantienen firmes y podrían desplazar, a mediano plazo, a los formatos físicos.

No es novedoso que el segmento de juegos móviles concentre la mayor porción del mercado global de videojuegos. Según datos de Newzoo, consultora especializada, en 2024 el gaming móvil representa un 49 por ciento de las ganancias (equivalentes a 92.6 billones de dólares), mientras que el gaming de consola abarca un 28 por ciento y el PC Gaming un 23 por ciento.

Aunque Newzoo no clasifica a Nintendo dentro de los móviles, en la práctica la empresa influye en este sector al trasladar varios títulos de celular a su consola, como Asphalt 9 Legends o Horizon Chase Turbo. Además, no solo en Android o iOS, sino que los desarrolladores también adaptan juegos originalmente diseñados para consolas y PC, como The Witcher 3: Wild Hunt o Doom Eternal.

Si a la estrategia de Nintendo se le suman sus exclusivos, como The Legend of Zelda, la franquicia de Mario Bros. y la posibilidad de ejecutar juegos de NES, SNES o N64, se obtiene uno de los servicios más completos para quienes buscan movilidad o desean jugar desde la comodidad de su hogar.

Lo que pretendemos es demostrar que el modelo de Nintendo es versátil, y esto lo saben tanto Xbox como PlayStation, que han mostrado interés en incursionar en lo portátil. El año pasado, Microsoft anunció el desarrollo de una nueva consola portátil y un sistema operativo más intuitivo para adaptarse a los videojuegos.

Por su parte, los de Sony declararon a finales de 2024 que prepara una consola portátil para competir con Nintendo, mientras que su actual PlayStation Portal se vuelve más ambiciosa al permitir jugar en la nube, de forma similar a Xbox Cloud Gaming, siempre que se disponga de una suscripción a PlayStation Plus y una conexión a internet estable.

Otro fenómeno se manifiesta simultáneamente: los formatos físicos están en declive. La nota más reciente en este sentido fue publicada por Sony en enero pasado, al concluir la producción de discos grabables Blu-ray; si bien se trata de un segmento distante de la industria gamer, marca un nuevo escenario.

Además, los formatos físicos, además de implicar mayores costos para las empresas, se ven superados por el elevado tamaño de los archivos de algunos videojuegos. Por ejemplo, Black Myth: Wukong demanda 130 GB en PC y 104 GB en PS5, mientras que Red Dead Redemption 2 requiere 150 GB en PC y 120 GB en PS5.

En junio de 2024, Mat Piscatella, reconocido experto en investigación de mercados del gaming en Estados Unidos por la agencia Circana, afirmó: 

“La gente probablemente debería acostumbrarse a que no existan versiones físicas de videojuegos de Xbox en el mercado”. 

Meses después, en octubre, indicó en una publicación de BlueSky que, del periodo de enero a agosto de 2024, el 91 por ciento de las ventas de videojuegos de Xbox en Estados Unidos fueron digitales, mientras que solo el 9 por ciento correspondió a formatos físicos.

En enero pasado, Piscatella mostró una gráfica de Circana que evidencia que el gasto en videojuegos físicos en Estados Unidos ha estado en caída libre desde 2008, siendo 2024 el año con el descenso más pronunciado. El analista espera que el Switch 2 revierta esta tendencia durante el presente año.

Por otro lado, el sitio Games Industry, a partir de datos de Newzoo, informó que a diciembre de 2024 la proporción global de ventas digitales fue del 84 por ciento, en comparación con un 16 por ciento para los formatos físicos.

Es aquí donde cobra sentido la actual estrategia de Xbox con Game Pass, su modelo de negocio al estilo Netflix que, mediante un pago mensual, permite a los usuarios acceder a numerosos juegos, disfrutar de estrenos desde el primer día y, lo más interesante, transformar cualquier televisor en una Xbox.

Con la campaña “Esto es Xbox“, la firma busca atraer a más jugadores a sus arcas desde múltiples dispositivos, que abarcan televisores, celulares, tabletas e incluso módulos de streaming como el Fire TV Stick de Amazon.

La clave que refuerza la estrategia digital es el nuevo Xbox Series X sin lector de discos, un producto que garantiza la experiencia de juego más exclusiva de Xbox y maximiza los beneficios de Game Pass. Lanzada en octubre pasado, presenta algunos inconvenientes, pues no hubo una mejora en el hardware como PS5 Pro y su capacidad de almacenamiento es limitada.

La experiencia

Avancemos. Cuando Xbox estrenó esta serie en 2020, me propuse investigar a fondo las ventajas y desventajas de la Series X y la Series S. Descubrí que la consola de menor precio ofrecía un valor superior, ya que contaba con pocos títulos de nueva generación y permitía disfrutar de Game Pass.

Además, en ese período, salir de compras se asemejaba a una misión de zombies, y, por supuesto, no me apetecía arriesgar mi seguridad para adquirir videojuegos físicos.

Incluso desde la generación anterior, de PS4 y Xbox One, dejé de comprar juegos en disco, sabiendo que en realidad adquiero una licencia digital que se actualizará automáticamente en línea, recibirá parches con el tiempo, o dejaría de existir como ocurrió con Marvel’s Avengers o Concorde.

Quien comprenda esto, rápidamente tendrá más facilidad para decidirse a adquirir la Series X Digital. Hablando de ello, esta consola resulta más económica en comparación con la versión con lector de discos y con la nueva edición Series X Galaxy Black.

En Walmart México, la Xbox Series X Digital Robot White se ofrece desde $9,000, mientras que la versión con lector de disco de 1 TB (Carbon Black) se vende por $11,899. En Liverpool, la Series X Galaxy Black de 2 TB tiene un precio de $20,899.

Aunque la Xbox Series S no compite en términos de rendimiento, es importante recordar que la versión más completa incrementa su costo únicamente por el almacenamiento (800 GB), ya que el poder de procesamiento y las resoluciones son idénticos a los de sus hermanas.

La Series X ofrece resolución 4K, tasa de actualización de hasta 120 cuadros por segundo, HDR y las tecnologías Dolby Vision y Dolby Atmos. Para aprovechar estas características, recomendamos conectar la consola a una televisión de alta gama.

Una pantalla de al menos 60 pulgadas con tecnologías OLED o QLED marca la diferencia. Alternativamente, un monitor OLED con alta frecuencia de actualización forma parte de la receta ideal para exprimir al máximo el potencial de esta consola.

Si tu televisor alcanza solo 60 Hz, no pasa nada. Como mencioné en la reseña de la PS5 Pro, la calidad gráfica no es determinante para que la experiencia de juego sea excelente; al final, una gran historia o compartir momentos con amigos vale más.

Al ser un producto nuevo, me hubiera encantado que la compañía actualizara el hardware y ofreciera un extra como los 2 TB así como mejoras en el rendimiento de los juegos como la tecnología PSSR de PlayStation que incrementa los cuadros por segundo manteniendo una resolución aceptable.

No obstante, comprendemos que Xbox mantuvo el precio accesible para llegar a más usuarios, pero vamos, al ser lo digital la principal oferta, me gustaría contar con más almacenamiento para disfrutar a lo grande del Xbox Game Pass.

Volviendo a las características, el conjunto de puertos es idéntico al de la primera Series X: dos puertos USB-A en la parte trasera, uno en la frontal, puerto Ethernet, enchufe de energía, HDMI y ranura de expansión.

Una vez conectada la consola, era momento de echar unas partidas. Sin embargo, Xbox no incluyó una prueba gratuita para Xbox Game Pass Ultimate, lo cual considero un total despropósito cuando el marketing de la consola invita a los usuarios a descargar todo lo posible.

Durante las pruebas, jugué más con los títulos emblemáticos de Xbox como Call of Duty: Black Ops 6, Ninja Gaiden 2 Black y Doom Eternal. A continuación mostramos algunas capturas de cómo se ven los gráficos.

Mis comentarios son positivos en cada prueba, ya que el rendimiento cumple con lo esperado de un producto insignia de esta generación: estabilidad, fluidez, gráficos nítidos y, en ciertos casos, tasas de cuadros aceleradas.

La conclusión surge al comparar con la Xbox Series S. Por ejemplo, en el juego de Indiana Jones y el Gran Círculo, existe una zona similar a la de un museo donde se pueden leer las descripciones de los objetos exhibidos. Al comparar esta sección en la Series S, resultó casi ilegible. Asimismo, en este juego, los reflejos y la iluminación bañan cada escenario de forma más realista en la consola insignia que en su versión menor.

En No Man’s Sky también noté una definición superior en la Series X, respecto a Series S, lo que refuerza que la consola se aprovecha mejor con un televisor tan capaz como un OLED.

En Black Ops 6 y Ninja Gaiden 2 Black, la tasa de cuadros es decisiva para enfrentar a los enemigos. Aunque no existía una función que mostrara el número exacto de cuadros, puedo decir que la experiencia fue satisfactoria, con varios triunfos obtenidos.

Durante las pruebas, temí que el ventilador se activara a plena potencia, pero el sistema de enfriamiento resultó tan eficaz que ningún ruido interrumpió las intensas y prolongadas sesiones de juego.

No fue necesario desarmar la consola para verificar las novedades en hardware implementadas por Xbox; el trabajo sucio lo han realizado creadores como Austin Evans, quien descubrió que el nuevo sistema de enfriamiento utiliza menos cobre, pero mantiene la misma eficiencia que la versión anterior.

Conclusiones

La consola está pensada para jugadores menos hardcore, quienes valoran una experiencia de juego casual y de mayor calidad gráfica respecto a lo que ofrece Xbox Series S, ya que obtienes mayor detalle gráfico, un montón de títulos en Game Pass y de paso una estación de entretenimiento. 

La experiencia se opone a un ferviente coleccionismo del cual también valoramos y somos parte. Los fans que han seguido la marca desde la primera edición y quienes cuenten con una extensa biblioteca de títulos de las generaciones pasadas deberán de irse por alguna versión de discos.

Aunque obtuvimos gratas experiencias, hay algunos puntos a tomar en cuenta y mejorar. El primero es que Xbox debería incluir un servicio de prueba de Xbox Game Pass al momento de compra, de esta manera fácilmente se puede enganchar a cualquier en el servicio ‘on demand’.

Estaría dispuesto unos pesos de más por más almacenamiento. Tomando en cuenta que el enfoque es amasar una biblioteca para juegos multijugador y de campaña solitaria, vendría bien más que los 800 GB disponible que apenas te deja instalar unos 6 juegos triple A.

Otra de las dudas que podría sembrar entre la comunidad gamer es qué tanto se compara con PS5 Pro, y nuestra respuesta es que a nivel de hardware, la consola de Sony aventaja ligeramente en calidad gráfica y cuadros por segundo al incluir el acelerador con IA, PSSR.

Por otro lado, Sony domina la producción de títulos exclusivos, pero el irrisorio precio de la versión Pro no se compara con la accesibilidad de la versión digital de Xbox, además su servicio permite jugar en la nube, cosa que PlayStation apenas da sus primeros pasos.

No obstante, PS5 Pro ofrece distintos modos de visualización gráfica para que el usuario elija si busca mayor tasa de cuadros por segundo a cambio de sacrificar algo de calidad gráfica o ir por el mayor detalle visual recortando los FPS en el paso. Como sea, en Xbox no es frecuente esto.

Entonces, ¿vale la pena? Por el precio, calidad visual y un modelo de suscripción consistente, es un rotundo sí. No obstante, en el futuro pensarás en adquirir una memoria externa oficial, la cual le viene bien para explotar al máximo Game Pass, solo que su precio es ridículamente cara.

 

Xbox Series X Digital
$9,000 en Walmart México

Calificación 4 estrellas de 5 ⭐⭐⭐⭐

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