Coronados con la imágen mariana de la Virgen María, madre de Jesús en el relato bíblico, este altar simboliza su angustia y su tristeza pero está rodeado de símbolos diversos católicos y también de culturas indígenas originarias. 

El símbolo más importante del altar, ahora recuperado en una visión cultural e histórica, es la luz de las veladoras, protagonistas de los altares también nombrados como Incendios de dolores, por sus flamas siempre encendidas. 

Altar de Dolores montado por José Hernández, en Casa Iteso Clavijero 2006

Tradicionalmente estos eran montados en las casas y en las áreas comunes de las iglesias durante el virreinato en una ofrenda a María en la Pasión de Cristo, llorando por la crucifixión de su hijo. 

Durante la colonia, en la parte superior del altar de Dolores se colocaba a la Virgen de los Dolores, y de ahí hacia abajo, en forma escalonada, velas de cera, banderitas de plata y oro en candeleros, ollitas, ladrillos, pinos y otras figuras de barro sembrados de chía y alegría, platos, macetas, naranjas con banderitas del color del oro, frascos, botellones y lamparitas de aceite, entre otros elementos. A los lados del altar se colocaban las macetas de las mejores plantas y a al pie se formaba un tapete con salvado extendido, según registró la arqueóloga mexicana Reina A. Cedillo en su investigación “El altar de Dolores. Rescate arqueológico de una tradición mexicana”.

Altar a Nuestra Señora de los Dolores. en la casa Museo López Portillo se instalo un altar con todos los elementos tradicionles y con especial significado

Hoy los símbolos que permanecen en esta representación son las velas o cirios, que representan la fe y la esperanza, el papel picado representa la fragilidad de la vida, los espejos simbolizan la introspección, los germinados de trigo o chía representan la vida nueva que surge del sufrimiento, el agua en vasos o copas simbolizan las lágrimas de la virgen y en Guadalajara se hace agua de limón o jamaica para compartir con los otros y las otras que participan en el rito. 

Altar de Dolores y Cristos Tendidos instalados en la secretaria de turismo. Con esto se da inicio simbólicamente a las actividades de la Semana Santa en Jalisco. Una de las tradiciones mas emblemáticas son los altares de Dolores y Los Cristos tendidos enSan Martin Hidalgo, así como la Judea en el municipio de Tlaquepaque una de las mas importantes de Mexico. 2019.;

Las frutas, semillas o dulces en ocasiones se colocan para representar la abundancia espiritual o el consuelo y las naranjas agrias o limas partidas con banderitas simbolizan el dolor.

En ese sentido puede decirse que los Altares de Dolores son una de las expresiones más vivas del sincretismo religioso y cultural en México. Aunque su origen se remonta a la devoción católica traída por los españoles —particularmente hacia la Virgen María en su advocación de los Dolores—, con el tiempo esta práctica fue adoptando elementos simbólicos profundamente arraigados en las culturas indígenas. Así, al lado de los cirios, las imágenes marianas y los rezos, aparecen germinados de chía y trigo, papel picado, vasitos de agua, naranjas con banderitas y espejos, que remiten tanto al dolor como a la renovación, y están relacionados con los ciclos agrícolas de los pueblos originarios. 

Altar de dolores o incendio de dolores... realizado por la escuela de música maestra Alheli Cervantes, Aurora ville con alumnos de música del de la udg. 2016

Esta fusión no es una simple mezcla, sino una reinterpretación que se ha transmitido de generación en generación, transformando un rito colonial en una manifestación íntimamente ligada a la identidad y la estética del pueblo mexicano. En estados como Jalisco, estos altares no solo se colocan en iglesias, sino en casas, mercados y espacios públicos, reforzando su carácter comunitario y popular.

Colección Blaisten, María Izquierdo, Viernes de Dolores, 1944 - 45 Oleo / tela 76 x 60.5 cm

Las representaciones de la Dolorosa se han transformado con el tiempo. 

Para la pintora jalisciense María Izquierdo, por ejemplo, la imagen mariana fue una importante inspiración. En el texto “Los altares de Dolores: La identificación de María Izquierdo con la virgen Dolorosa”, escrito por Cecilia Itzel Noriega Vega en 2015, señala que los altares de Dolores pintados por María Izquierdo no son simples representaciones religiosas, sino formas íntimas y personales de procesar el dolor y el trauma en seis obras realizadas entre 1943 y 1948, Izquierdo transforma la imagen tradicional de la Virgen Dolorosa —fuertemente arraigada a la religiosidad popular de su infancia en San Juan de los Lagos— para convertirla en un reflejo de su experiencia subjetiva de pérdida, ausencia materna y enfermedad. 

Aspectos de un altar de Dolores colocado en el Instituto Cultura Cabañas 2002.

Para muchas instituciones en Guadalajara, más allá del rito estrictamente católico los elementos y la variedad iconográfica y estética de los Altares de Dolores son parte de la tradición y la cultura tapatía y cada año se encienden para mostrarlos a la comunidad y a los visitantes en la primavera.

Información: Alejandra Carrillo 

Fotos: Especial

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