ESCLEROSIS MÚLTIPLE

Diagnóstico,  tratamiento y tips de autocuidado

CONOCIENDO LA EM

Datos de la Secretaría de Salud de México, estiman que unas 20 mil personas entre 20 y 35 años de edad padecen esclerosis múltiple (EM), y a nivel mundial esta cifra asciende a 2.3 millones.

  • Esta enfermedad autoinmune provoca que el sistema inmunológico ataque por error la mielina, sustancia que rodea y protege las fibras nerviosas del cerebro y la médula espinal –sistema nervioso central–, de la misma forma que la tela de aislar cubre los cables eléctricos.

Cuando alguna parte de este recubrimiento de mielina o aislante se destruye, los impulsos nerviosos al cerebro se interrumpen y distorsionan, lo que puede causar síntomas como:

  • Debilidad muscular

  • Problemas de visión

  • Entumecimiento

  • Dificultades de memoria

La Esclerosis Múltiple es tres veces más común entre las mujeres. A menudo los síntomas comienzan entre los 25 y 40 años, aunque puede aparecer a cualquier edad.

  • El doctor Abdul Alchaki, neurólogo especialista en EM del Hospital Houston Methodist señala que, en primera instancia, el diagnóstico puede provocar angustia al tratarse de una enfermedad crónica, pero existen ahora tratamientos más avanzados.
  • “El primer año puede ser muy estresante. Pero cuando los veo en la clínica el segundo año y después, generalmente están sonriendo. Los pacientes me dicen: ‘Tenías razón, ¡estoy haciendo todo lo que quiero!'”.
  •  Aún no existe cura total, pero la ciencia médica actual ha avanzado en contribuir a ralentizar la progresión de la EM, manejar los síntomas y ganar calidad de vida. Como siempre, una diagnóstico oportuno mejora el pronóstico de los pacientes.

PADECIMIENTOS ASOCIADOS

Las personas con EM son más vulnerables a ciertas complicaciones que, de no atenderse a tiempo, pueden agravarse. Estas pueden incluir:

  • Enfermedades del corazón
  • Neumonía
  • Úlceras por presión
  • Infecciones del tracto urinario

Hay tres tipos principales de esclerosis múltiple:

  • Remitente-recurrente (EMRR): Este es el tipo más común. Las personas tienen ataques periódicos de síntomas que luego desaparecen parcial o completamente.

  • Secundaria progresiva: Algunas personas con EMRR desarrollan este tipo, en el cual los síntomas empeoran progresivamente y es poco probable que desaparezcan por períodos de tiempo.

  • Primaria progresiva: Alrededor del 10 al 15 por ciento de las personas con EM desarrollarán este tipo, en el cual la función neurológica empeora tan pronto como aparecen los síntomas.

¿QUÉ HACEN LOS TRATAMIENTOS?

Hasta ahora, no existe un único tratamiento que sea el mejor para todas las personas con EM. Cada caso requiere una evaluación individual para personalizar el abordaje médico.

El neurólogo Alchaki explica que las terapias modificadoras de la enfermedad (DMT, por sus siglas en inglés) han sido un cambio radical en la mejora de la calidad y esperanza de vida de muchas personas. Las DMT, que se administran en forma de medicamentos orales, inyecciones o infusiones, pueden:

  • Reducir la frecuencia con la que los pacientes tienen recaídas.
  • Ralentizar la progresión de la enfermedad.
  • Prevenir la formación de nuevas lesiones de EM en el cerebro y la médula espinal.
  • Una cosa que las DMT no pueden hacer es revertir el daño que ya se ha producido, por ello el diagnóstico y tratamiento oportunos son sumamente importantes.

CUATRO TIPS DE AUTOCUIDADO

El doctor Alchaki enfatiza que un tratamiento a tiempo hace la diferencia para que las personas con EM puedan llevar una vida plena y activa, pues al tratamiento médico pueden sumarse algunos cambios en el estilo de vida como:

1. No fumar

Fumar se ha relacionado con una progresión más rápida de los síntomas.

2. Dieta balanceada

Una dieta equilibrada puede regular el sistema inmunológico y promover la salud general.

3. Calidad de sueño

Procurar una buena higiene del sueño, pues la EM puede causar insomnio, necesidad frecuente de orinar durante la noche, narcolepsia y espasmos en las piernas.

4. Practicar actividad física

El ejercicio moderado y regular puede mejorar la movilidad, la fuerza y la salud mental, además de reducir el riesgo de complicaciones como enfermedades cardíacas y problemas respiratorios.

Fuente: Con información de Hospital Houston Methodist

DERECHOS RESERVADOS 2025