En el universo de la alta relojería, pocas casas pueden presumir de una herencia tan firmemente anclada al rendimiento como Tudor.
Con raíces que se remontan a mediados del siglo XX, la marca ha demostrado una y otra vez que la precisión, la innovación y el estilo no son excluyentes, sino elementos esenciales de una misma filosofía.
Este año, esa visión toma una nueva dimensión con el lanzamiento del Black Bay Chrono “Carbon 25”, una edición limitada que marca un hito técnico y rinde homenaje a una larga tradición automovilística.

Desde las primeras competencias en carretera hasta las arenas del desierto, el fabricante de relojes suizo ha estado con los pilotos más atrevidos, estableciendo con ellos una relación que va más allá del patrocinio: es una alianza basada en la confianza en el tiempo como factor decisivo.
Inspirado en el diseño del monoplaza del Visa Cash App Racing Bulls Formula One Team, y limitado a dos mil 25 ejemplares -un guiño a este año emblemático para la marca-, este cronógrafo no solo mide la velocidad: la encarna.
Tecnología en cada detalle
El Black Bay Chrono “Carbon 25” no es una reinterpretación; es una revolución dentro de la línea Black Bay. Su caja completamente realizada en fibra de carbono -incluyendo las sujeciones de la correa- ha sido rediseñada para ofrecer un perfil más fino y una estructura más ligera, maximizando el confort sin comprometer su robustez característica.
Es resultado es una ergonomía refinada que satisface tanto a pilotos como a coleccionistas. El bisel fijo, también de fibra de carbono, incorpora una escala taquimétrica grabada, ideal para medir velocidades medias en el contexto de las competencias automovilísticas.
En combinación con los pulsadores de titanio, diseñado según los cronógrafos Tudor originales de los años 70, el conjunto representa la fusión perfecta entre diseño heritage y funcionalidad moderna.
En su interior late el Calibre Cronógrafo de Manufactura MT5813, un movimiento de altísimo nivel técnico desarrollado en colaboración con Breitling, con espiral de silicio, embrague vertical, rueda de pilares y reserva de marcha de 70 horas.
Este motor interno está certificado por el COSC y, además, Tudor aplica un control de calidad aún más exigente: una variación diaria de tan solo -2/+4 segundos. Es decir, es un calibre concebido para los que no aceptan concesiones, ni en la pista ni fuera de ella.

Estilo y diseño seductores
Lo técnico no está reñido con la estética. El diseño del Carbon 25 es una declaración de estilo contemporáneo, inspirado en el monoplaza del equipo de Fórmula 1 al que acompaña este año.
Su esfera “racing white” abombada, salpicada por subcontadores en fibra de carbono, crea un contraste visual que refuerza su deportividad sin perder sofisticación.

Las agujas Snowflake, una firma histórica de Tudor desde 1969, conservan su forma geométrica pero están delineadas en negro y recubiertas con Swiss Super-LumiNova® grado A, asegurando una legibilidad óptima incluso en condiciones extremas.
Esta fusión entre tradición y funcionalidad refuerza el carácter dual del reloj: instrumento profesional y objeto de deseo. La ventanilla de fecha situada a las 6 h y el contador de 45 minutos evocan los primeros cronógrafos de la casa, mientras que el fondo atornillado de titanio con PVD aloja la numeración individual, reafirmando el carácter exclusivo de cada unidad.
Todo está pensado. Nada es decorativo por azar. La correa híbrida con sujeciones de carbono -ligera, resistente, funcional- remata una pieza concebida con obsesión por los detalles.

Una tradición que no reduce la velocidad
El Black Bay Chrono ‘Carbon 25’ no llega solo como un lanzamiento puntual. Es el legado vivo de más de cinco décadas de innovación técnica.
Desde el revolucionario Oysterdate de 1970, primer cronógrafo Tudor, hasta este sofisticado modelo contemporáneo, la casa ha perfeccionado constantemente su dominio en la categoría, sin ceder a modas pasajeras.
El desarrollo de este nuevo modelo se llevó a cabo en la vanguardista Manufactura Tudor de Le Locle, en Suiza. Este complejo de cinco mil 500 m², con una infraestructura de cuatro plantas, representa la culminación del savoir-faire tradicional fusionado con la automatización inteligente de los procesos más delicados.
Cada reloj se ensambla y se somete a pruebas extremas de resistencia, precisión y durabilidad. No se trata solo de cumplir con los estándares suizos, sino de superarlos sistemáticamente.
Con esta edición, Tudor reafirma lo que lleva décadas demostrando: que la verdadera alta relojería no solo se luce en la muñeca, sino que también responde bajo presión.
Es robusta. Es precisa. Y, sobre todo, es relevante. El Carbon 25 es más que un cronógrafo. Es una celebración de la velocidad, del diseño técnico elevado al arte y de un legado que ha sabido mantenerse dinámico. Porque el verdadero lujo no es ostentación. Es el dominio del tiempo.

La garantía Tudor
Desde que Hans Wilsdorf creó la marca en 1926, Tudor nunca ha dejado de fabricar los relojes más robustos, duraderos, fiables y precisos que existen hoy en día.
Tal es el expertise de la firma y la confianza que tiene en el conocimiento de la calidad superior de sus relojes, que ofrece una garantía de cinco años en todos sus productos.
Garantía transferible, en el caso de que el reloj cambie de usuario durante la cobertura, sin necesidad de registro. Además, la firma suiza recomienda que sus relojes tengan un mantenimiento cada 10 años, aproximadamente, dependiendo del modelo y del grado de uso diario.
Lujo en la muñeca
- Caja: de 42 mm de fibra de carbono rediseñada.
- Bisel: fijo de fibra de carbono con marcas taquimétricas, todo en una pieza.
- Corona: a rosca con acabado PVD con la rosa de Tudor en relieve. Pulsadores a rosca de titanio con acabado PVD a las 2 y las 4 horas.
- Esfera: “Racing white” con contadores negros luminosos, abombada. Fecha a las 6 horas.
- Cristal: de zafiro abombado.
- Hermeticidad: hasta 200 m.
- Brazalete: correa híbrida de cuero y caucho con “patrón de neumático”.
- Movimiento: Calibre de Manufactura MT5813 con función cronógrafo. Movimiento cronógrafo mecánico de cuerda automática con rotor bidireccional.
- Reserva de marcha: aproximadamente 70 horas.
- Precisión: cronómetro suizo con certificación oficial del COSC (Control Oficial Suizo de Cronómetros).
- Funciones: agujas de horas y minutos en el centro, segundos del cronógrafo en el centro, contador de 45 minutos del cronógrafo situado a las 3 horas, segundero pequeño a las 9 h, fecha instantánea a las 6 horas con ajuste rápido sin intervalo de no corrección, función de parada del segundero para una puesta en hora precisa.
- Volante: regulación por tuerca de microajuste para variar la inercia del volante, espiral de silicio amagnético.
- Frecuencia: 28 800 alternancias/hora (4 Hz).
- Diámetro total: 30,4 mm.
- GROSOR: 7,23 mm.
- Rubíes: 41.

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