Conoce tus sesgos cognitivos y mejora tu economía personal

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En un mundo donde las decisiones financieras pueden marcar la diferencia entre la estabilidad y el estrés, entender cómo funciona nuestra mente es clave para tomar mejores decisiones. María Concepción Cisneros Plazola, Investigadora y profesora Universidad Panamericana, explica que los sesgos cognitivos son “estrategias que usamos para decidir rápidamente, pero que a veces nos llevan a cometer errores o sesgos en nuestro pensamiento”.

 

Algunos de los sesgos cognitivos más comunes que pueden afectar nuestras decisiones financieras son:

Aversión a la pérdida

El miedo a perder algo nos motiva más que la posibilidad de ganar algo equivalente. Cisneros Plazola comenta que “nos hace sentir más dolor por perder dinero que alegría por ganarlo, lo que puede llevar a decisiones irracionales como evitar riesgos o apostar en exceso”. Para controlar este sesgo, es importante establecer metas financieras claras y enfocarse en los objetivos a largo plazo, en lugar de dejar que el miedo a perder dinero dicte nuestras decisiones.

Sesgo de anclaje

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Tendemos a depender demasiado de la primera información que recibimos. Por ejemplo, si vemos un precio original alto y luego un descuento, podemos creer que estamos haciendo un buen negocio, aunque el precio final sea razonable. Para evitar este sesgo, es recomendable investigar y comparar precios antes de tomar decisiones de compra, y no dejarse llevar por la primera impresión.

Sobreconfianza

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Tendemos a sobreestimar nuestras habilidades y conocimientos. Por ejemplo, si hemos tenido éxito en una inversión en el pasado, podríamos creer que somos expertos en invertir y tomar decisiones arriesgadas sin hacer la debida investigación. Para controlar este sesgo, es importante ser humilde y reconocer nuestros límites, y buscar asesoramiento financiero profesional cuando sea necesario.

Sesgo de disponibilidad

Juzgamos la probabilidad de eventos basándonos en ejemplos fácilmente recordables. Por ejemplo, si recientemente vimos un reportaje sobre una empresa que quebró debido a una mala inversión, podríamos creer que todas las inversiones en esa industria son riesgosas, aunque las estadísticas digan lo contrario. Para evitar este sesgo, es recomendable buscar información objetiva y estadísticas antes de tomar decisiones, y no dejarse llevar por la emoción o la impresión del momento.

Efecto de grupo

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Tendemos a seguir a la multitud y hacer lo que otros hacen. Esto puede llevarnos a tomar decisiones financieras basadas en la presión social en lugar de en nuestras propias necesidades y objetivos. Para controlar este sesgo, es importante establecer metas financieras personales claras y tomar decisiones informadas basadas en nuestras propias necesidades y objetivos.

Al entender cómo funcionan nuestros sesgos cognitivos, podemos diseñar ambientes y estrategias que nos ayuden a ahorrar, gastar con inteligencia y planear a largo plazo. María Concepción Cisneros Plazola, señala que “observar si prefieres recompensas inmediatas o si tiendes a gastar sin planear te ayudará a identificar qué sesgos te afectan y a trabajar en ellos”.

La única forma de conocer nuestros sesgos cognitivos es ir con un profesional, un psicólogo conductual, que nos pueda ayudar a entender cómo funciona nuestra mente. Como dice Maria Cisneros “empieza hoy a entender cómo piensa tu mente y toma el control de tu economía”. Recuerda que la clave es conocerte a ti mismo.