El 6 de junio estallaron las protestas en Los Ángeles contra las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que junto con el FBI y el departamento de Investigaciones de Seguridad Nacional, realizaron redadas en fábricas y tiendas, resultando en más de 100 arrestos por presuntas violaciones migratorias y uso de documentación falsa.

ICE lanzó la “Operación General”, una iniciativa respaldada por el Presidente Donald Trump, con el objetivo de aumentar las detenciones de inmigrantes, movilizando a más de 5 mil agentes y tropas de la Guardia Nacional.

En la semana del conflicto, se registraron más de 500 arrestos relacionados con las protestas en Los Ángeles, incluyendo a líderes sindicales y activistas.

Entre las personas detenidas, ha habido algunos cargos más graves, como agresión a policías y posesión de bomba molotov y un arma. Nueve agentes han resultado heridos, en su mayoría con lesiones menores.

Las autoridades emplearon gases lacrimógenos, balas de goma y granadas aturdidoras para dispersar a los manifestantes, resultando en múltiples heridos y denuncias por uso excesivo de la fuerza.

La Alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, impuso un toque de queda en el centro de la ciudad para intentar contener los disturbios.

La Alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, impuso un toque de queda en el centro de la ciudad para intentar contener los disturbios.

El Presidente Trump ordenó el despliegue de 2 mil soldados de la Guardia Nacional y 700 marines en Los Ángeles para controlar las protestas, una acción criticada por autoridades locales por considerarla una militarización innecesaria.

La ciudad de Glendale, California, terminó su contrato con ICE para albergar detenidos, citando divisiones comunitarias y preocupaciones por la seguridad pública.

Trump defendió las acciones afirmando que las protestas fortalecen su determinación de deportar a más inmigrantes y calificando a Los Ángeles como una ciudad “invadida por criminales”.

Kristi Noem, Secretaria de Seguridad Nacional de EU, acusó públicamente a la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, de incitar las protestas violentas en Los Ángeles contra las redadas del ICE. Noem afirmó que Sheinbaum salió y alentó más protestas en Los Ángeles, y la condenó por ello.

Organizaciones de derechos humanos y líderes comunitarios han expresado su apoyo a los manifestantes y condenado las acciones de ICE, destacando la necesidad de proteger los derechos de los inmigrantes.

Las acciones de ICE y la respuesta federal han profundizado las divisiones entre el Gobierno federal y las autoridades estatales y locales, generando debates sobre la legalidad y moralidad de las políticas migratorias actuales.

Trump hizo oídos sordos ante las objeciones del Gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, por la militarización de las calles de Los Ángeles. Es la primera vez desde 1965 que un presidente estadounidense ordena el despliegue de la Guardia Nacional sin el consentimiento de un Gobernador, quienes generalmente están al mando de esta unidad de reserva.

Claudia Sheinbaum instó el viernes a las autoridades de EU a no tomar medidas contra las personas que asistan a los juegos de la Copa Oro, que inicia el sábado en Los Ángeles con el duelo de la Selección Mexicana contra la República Dominicana.

Varias ciudades de EU se preparan para las protestas convocadas para este sábado, cuando Trump tiene previsto asistir a un inusual desfile militar en Washington, que coincide con su cumpleaños 79.