La palabra affogato proviene del italiano y significa “ahogado”, lo cual representa la característica principal del helado bañado en el café espresso.

Los inicios del affogato no están claros, sin embargo, algunos apuntan a que se trata de una preparación que surgió a finales de 1900 con la creación de la máquina de café espresso, según la barista formada en la Asociación de Cafés Especiales, Keiko Sato. 

Otros apuntan a que el postre surgió en el siglo 17, tiempos en que se extendió la producción de helado por el trabajo de Francesco Procopio dei Coltelli, un italiano que inventó la primera máquina del delicioso postre.

Dicho inventor abrió en París, Francia, la primera heladería en el mundo bajo el nombre de Café Procope, donde también ofrecía una carta de café. Con el paso del tiempo y su popularidad, ambas preparaciones terminaron por ser llevadas hacia los demás continentes del mundo.

Por otro lado, dos teorías sobre el origen de este postre lo remontan a la región de Emilia-Romagna, donde se empezó a servir como un digestivo después de las comidas y en Piamonte, lugar en el que se le consideraba como un desayuno que proporcionaba energía.