Hace alrededor de 75 años comenzó la idea de proteger las diferencias socioculturales entre productos similares elaborados en regiones diferentes, y surgieron las Denominaciones de Origen (DO). Muchos países quisieron preservar sus artículos o ingredientes, ya que los materiales, métodos de producción y calidad final eran distintivos de un lugar.
De acuerdo con datos de la UNAM, en México se adoptó el sistema de registro en 1958 y está regulado por el Arreglo de Lisboa, Portugal, que obliga a los países a proteger en su territorio la DO de los productos inscritos en la Oficina Internacional de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).
Pero, ¿qué es una DO? Según Jessica Tolentino, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, es la garantía detrás de la calidad de un producto originario de cierta región.
“Estos productos están estrechamente vinculados con las características fisiográficas del terruño, como altitud y clima, y el saber hacer de sus habitantes, que forma parte de sus conocimientos ancestrales. Además, representan la cultura, tradición y la especialización de un determinado arte u oficio que diferencia a una sociedad de otra”, explica.
En Nuestra Tierra
En nuestro País la certificación se realiza ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). Para comenzar se presenta una solicitud y se detallan desde características, componentes y procesos de elaboración, hasta normas oficiales y modos de empaque.
El primer producto registrado fue el tequila y se han sumado otros 14 gastronómicos. Y es que la DO aporta protección jurídica y gran reconocimiento comercial. Marie-Christine Renard Hubert, académica de la Universidad Autónoma de Chapingo, asegura que bien aplicado puede favorecer el desarrollo rural o regional, atraer notoriedad y fomentar el trabajo colectivo, así como la reapropiación de un patrimonio cultural. Aunque considera que el resultado no siempre es positivo.
“Puede llegar a ser un factor de exclusión para los productores de materia prima, ya que no hay garantía de que la renta territorial se distribuya hacia abajo y hacia atrás en la cadena. En México, en muchos casos, la DO sólo ha servido para reforzar a las élites de los sectores industriales”.
“Los productos se destinan a mercados nacionales e internacionales lo que ocasiona que exista una gran presión para aumentar la producción y responder a la demanda alentada por la reputación. Esto ocasiona una sobrexplotación de los recursos naturales y la búsqueda de los ingredientes fuera del territorio de origen, lo que viola las normas”, resalta.
Los productos
En Proceso
En junio de este año se registró el orégano de Nuevo León para que cuente con la DO.
Investigadores de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma del Estado, concluyeron, en estudios, que hay cuatro especies de este ingrediente en 31 municipios.
Fuentes: IMPI
Fotos: Canva, Freepik y archivo
Información: Adriana Silvestre
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